Murcia

Juani perdió en un accidente de tráfico a su hijo Rubén cuando solo tenía 15 años y la pesadilla vuelve a repetirse para su familia porque ahora es ella la que lucha por su vida en la UCI, después de haber sido atropellada este sábado, por un conductor ebrio, junto a sus dos amigas: Loli y Salvadora. "Cuando me llamaron para contármelo, me dijeron que Juani estaba prácticamente muerta", se lamenta su exmarido Miguel, al que los cuatro años que llevan separados no han sido un obstáculo para ser el primero en plantarse en el hospital. "Es una mujer con un gran corazón".

No habla en vano Miguel Yagües, propietario de una conocida empresa de construcción de maquinaria, ya que la buena de Juani Palazón es una de las voluntarias que cada año se desplaza a Lourdes, para ayudar a aquellos enfermos que buscan un milagro en la gruta del santuario francés donde la iglesia católica tiene contabilizadas 16 apariciones de la Virgen María. "Ella también ha colaborado en obras sociales y en una ONG de Murcia, ayudando a mujeres inmigrantes a las que enseñaba a cocinar y a hablar castellano", tal y como resalta emocionado su exmarido.

Este empresario siente impotencia tras conocer que el mismo día del triple atropello quedó en libertad Miguel: el conductor del Mercedes que arrolló a las tres amigas, justo cuando cruzaban por un paso de peatones de la avenida de la Industria de Molina de Segura. Y todo ello, a pesar de que se saltó un semáforo en rojo, arrojó una tasa de alcoholemia de 0'65 y de que Dolores Abenza murió sobre el asfalto, con 63 años, mientras que sus amigas Salvadora Martínez, de 62 años, y Juani Palazón, de 60, fueron trasladadas en ambulancia al Hospital Virgen de la Arrixaca.

"Es una auténtica salvajada que dejasen en libertad al conductor: creo que se merece que el juez lo envíe a prisión", tal y como reflexiona Miguel Yagües en conversación con EL ESPAÑOL. De hecho, el empresario avanza que va "a poner una denuncia" contra el conductor: Miguel R. L., un jubilado del sector bancario, de 65 años, natural de Lorquí como las tres víctimas y que en la actualidad reside en el Llano de Molina.

El Mercedes Clase M que conducía Miguel, de 65 años, un banquero jubilado que está implicado en el triple atropello de Molina de Segura. Cedida / E. E.

Este lunes fue enterrada en Lorquí, en medio de tres días de luto oficial y de un mar de lágrimas de todos los vecinos: Dolores Abenza, madre de dos hijos y una hija, profesora de Primaria, muy querida y valorada por la comunidad educativa del Colegio San Vicente Ferrer de Murcia. "Las tres son buenas mujeres", subraya desolado el empresario, sobre el trágico final que ha sufrido la pobre Loli, mientras que sus amigas, Juani y Salvadora, tratan de salir adelante en la UCI, aunque Miguel remarca que los facultativos han sido menos optimistas con su exmujer.

"Ella se encuentra en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos: los médicos fueron muy fuertes al principio, luego nos dieron más ánimo, pero la cosa puede terminar de cualquier manera", tal y como detalla con resignación Miguel. "La mayor dificultad que tiene Juani es la hemorragia interna que padece y un fuerte traumatismo craneoencefálico: me han dicho que los primeros días van a ser claves".

El empresario habla con la sinceridad de un hombre curtido, por desgracia, en este tipo de situaciones. "Hace 19 años perdí a mi hijo Rubén en un accidente de tráfico", recuerda sin dar detalles. "Estoy muy afectado, aunque estamos separados, Juani es la mujer con la que he tenido dos hijos. Estuvimos casados 36 años". De aquella unión queda su otro hijo: Miguel, convertido en su mayor apoyo en este duro trance. "En cuando lo llamé salió de Holanda a España. Miguel es un crack para mí: estudió Derecho, Ciencias Políticas y Criminología y trabaja en la Agencia Espacial Europea". 

Padre e hijo conviven con un enorme nudo en la garganta, aguardando a las dos visitas que pueden realizar a diario a Juani: una mujer entregada a causas religiosas y sociales que ahora se debate entre la vida y la muerte. Todo ello, a pesar de haber actuado con prudencia: Juani buscó uno de los pasos de peatones de la avenida de la Industria de Molina de Segura, para cruzar junto a sus amigas Loli y Salvadora, para dirigirse al aparcamiento donde estacionaron el coche de una de las sexagenarias, con la idea de regresar a Lorquí tras haber disfrutado del típico tardeo del sábado.

"Ellas se conocen del pueblo de siempre, pero ahora es cuando más relación tenían porque antes cada una hacía su vida en su casa, hasta que las tres se separaron y empezaron a salir juntas", resume Miguel. Este sábado, volvieron a quedar, como tantas veces, sin ser conscientes de que sería la última salida del trío de amigas por culpa de Miguel: un antiguo empleado del sector bancario, de 65 años, que se subió ebrio al volante de su flamante Mercedes todoterreno, Clase M, sin valorar las consecuencias que tendrían sus actos sobre las vidas de Loli, Juani y Salvadora.

Efectivos de emergencias desplegados en el paso de peatones de la avenida de la Industria de Molina de Segura, tras el atropello de las tres vecinas de Lorquí. Cedida

En el Hospital Virgen de La Arrixaca no cesa el trasiego de familiares y amigos de Juani Palazón, de 60 años, y Salvadora Martínez, de 62 años. Este lunes, cuando el reloj ronda las seis de la tarde, a pesar de que todavía falta mucho para que los médicos autoricen la segunda visita de la jornada a la UCI, en la sala de espera ya aguardan con cara de circunstancias: Caridad y Vicente, amigos íntimos de Juani. "Ella es una bellísima persona, es muy religiosa y siempre se ha volcado en ayudar a la gente", tal y como destaca el matrimonio al periodista de EL ESPAÑOL.

"Es muy triste que Juani haya terminado en la UCI por un atropello, como su hijo Rubén al que se lo llevó por delante un coche cuando se paró con su escúter en un cruce", según detallan Caridad y Vicente, sobre el terrible paralelismo que han sufrido madre e hijo. "Cuando murió Rubén ella se refugió mucho más en la religión y en ayudar a los demás porque cuatro años después de su muerte, comenzó a viajar a Lourdes. Allí se vestía de enfermera para ayudar a todos los enfermos".

Esta vecina de Lorquí siempre había sido muy creyente, como lo demuestra que mucho antes ya ejercía de catequista con los niños, pero a raíz de la pérdida de su hijo redobló su implicación en las actividades de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol y en otros proyectos para ayudar a los más desfavorecidos. "También estuvo un tiempo echando una mano en un comedor social", ejemplifican Caridad y Vicente.

Indignación vecinal

El matrimonio, como muchos vecinos de Lorquí, no entiende cómo es posible que el Código Penal permita que el conductor que ha protagonizado el triple atropello esté en libertad, a la espera de que la Policía Local termine el atestado y lo entregue en los juzgados de Molina de Segura. Solo entonces será citado Miguel R.L., para declarar como investigado, por un delito de homicidio imprudente, dos de lesiones y otro contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos del alcohol. "Tenía que estar en prisión: ¡Es una injusticia muy grande!", claman Caridad y Vicente.

"Nuestra amiga va a necesitar un milagro". Como los que buscaban los enfermos que peregrinaban al santuario francés de Lourdes y siempre se encontraban con la bondad y la cálida sonrisa de Juani.