La Asociación SOS Desaparecidos emitió la alerta el día 23. Se busca a Mariel González Gutiérrez, de 27 años de edad y nacionalidad mexicana y a Sebastián Cobos González, su hijo de dos años. Madre e hijo fueron vistos por última vez el pasado jueves, 21 de marzo en Santa Cruz de Tenerife. Cogieron un vuelo a las 6,30 horas en el aeropuerto de Tenerife Norte y aterrizaron en Madrid a las 10,30 de la mañana. Ahí se volatilizaron.
La desaparición está denunciada ante la Guardia Civil, pero no por Mariel, sino por el pequeño: se trataría de una sustracción de menores, un secuestro parental, denunciado el pasado jueves ante la Benemérita en Arona, en Santa Cruz de Tenerife. La Guardia Civil ya lo busca y el pequeño figura en el Censo Nacional de desaparecidos del Ministerio de Interior.
Su padre, David, tiene 23 años. Él y Mariel se conocieron en una fiesta en la isla y ella quedó embarazada. La historia la cuenta Javier Somoza, portavoz de Nisde, la Asociación Niños Sin Derechos Contra la Sustracción Internacional de Menores. "Ella no tenía arraigo, pero se quedó y dio a luz al niño allí", respaldada totalmente por David, "que procura darle de todo y la acoge en la casa de su padre".
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No es la promera vez que Mariel desaparece con el pequeño. De marzo a octubre de 2023 se llevó al niño a México, seis meses, sin permiso de David y sin que éste pudiera verlo. Allí, "intentó nacionalizar al niño como mexicano, pero no pudo hacerlo porque no tenía la partida de nacimiento", indica Somoza. El padre del pequeño la convenció de que regresara para arreglar la situación y Mariel lo hace.
Pero en noviembre de ese año, y al iniciarse los trámites para regularizar la situación del pequeño, "Mariel lo denuncia por malos tratos. A la asociación nos llamó la hermana de David, contándonos el caso. Le aconsejamos que se presentase en el cuartel y solicitase el Habeas Corpus", figura jurídica que obliga a que toda persona detenida sea presentada en un plazo preventivo determinado ante el juzgado pertinente, que podría ordenar la libertad inmediata del detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.
Denuncia instrumental
Indica el portavoz de Nisde que la jueza del juzgado de violencia de género detectó de inmediato "que aquello era una denuncia instrumental". Hizo también algo más: las únicas medidas cautelares que dictó fueron el cierre de fronteras para el niño y la retirada de su pasaporte, para evitar que el pequeño pudiera ser sustraído por la madre para volvérselo a llevar a México. El matiz, incide, es importante para Nisde, "porque nosotros no llevamos casos en los que haya violencia de género de por medio, aunque sean por sentencias de conformidad".
La medida cautelar de la jueza, consultada por EL ESPAÑOL, data del 16 de noviembre. También fija la patria potestad, que se la concede a los dos progenitores. La guardia y custodia también queda fijada como compartida. Todo, de mutuo acuerdo entre Mariel y David, hasta la celebración del juicio que tienen los dos para dirimir definitivamente la situación del menor.
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Tras recibir ese varapalo judicial, la mujer se trasladó al norte de la isla. Sus trabajos en la hostelería no le hacen tener demasiados ingresos, así que ingresa en una casa de acogida y comienza a alternarse al niño con David de acuerdo con los turnos estipulados. El pasado 16 de marzo la joven abandona la casa de acogida con el pequeño. "Los de la casa dieron parte ese día a la Guardia Civil. Lo que no es de recibo es que David se enterase el día 21, cinco días después".
David recibió esa llamada por la mañana... y para entonces Mariel había pasado 5 días en Tenerife, en paradero desconocido, vitales de haberlo sabido antes. No solo eso: ya había aterrizado en Madrid llevándose al niño. "Esto se lo han hecho al padre. ¿Y si esto mismo se lo hubieran hecho a la madre y el que lo sustrae es el padre? ¿Habría pasado esto?", se pregunta Javier Somoza.
El padre del pequeño se enteró, además, porque los agentes le telefonearon preguntándole si sabía dónde estaba su hijo, según la documentación que lo corrobora y a la que ha tenido acceso este periódico. Fue entonces cuando el padre interpuso la denuncia por sustracción de menores.
Mariel tiene 27 años de edad, mide 1,55 metros, es de complexión delgada, tiene el pelo negro y liso y los ojos marrones. Sebastián acaba de cumplir los dos años de edad, es delgado, mide unos 0,70 metros, y tiene el pelo castaño y liso y los ojos marrones.
Además de con el 112, y con el 062 de la Guardia Civil, para facilitar su localización se han indicado los números de teléfono 649 952 957 y 644 712 806, para que la ciudadanía pueda compartir cualquier información sobre ellos y su paradero.
El pequeño ya figura en el registro del Centro Nacional de Desaparecidos del Ministerio de Interior. "Menor desparecido desde el pasado 16 de marzo de 2024. Pudiera haber abandonado el territorio nacional en unión de su progenitora con destino México, desconociéndose el posible paradero en dicho país", reza la web del ministerio.
"Tenemos la esperanza de que ella, que no tiene mucho dinero, no haya podido comprar un vuelo a México todavía, porque son muy caros. Y ha vivido de acogida, así que por mucho dinero que le hayan enviado sus padres..." explican desde Nisde. Eso sí, advierte su portavoz que "si se va para México, David no vuelve a ver a su hijo en la vida".
El marco legal
Desde la entidad subrayan que es absolutamente anacrónico que en las sustracciones de menores el marco de referencia sea el Convenio de La Haya, "redactado en 1976 y en ratificado en España en 1980. Han pasado 48 años. Javier Somoza lo cuestiona, "porque el mundo ha cambiado mucho de esta época a hoy". Ese convenio, explica, "es el manual perfecto para hacerse trampas al solitario. Rusia no devuelve ningún niño. Polonia, tampoco..." enumera.
Eso en cuanto al marco internacional. El coladero, explica, se encuentra en España por el incumplimiento del artículo 156 del Código Civil, que estipula que para que un menor pueda viajar "hace falta el permiso de los dos progenitores, los que tiene la patria potestad del niño", como es el caso del pequeño Sebastián, quien ha viajado, en principio, hasta Madrid sin el permiso de uno de ellos, pero que ya en 2023 pudo viajar a México seis meses sin el permiso paterno.
"Pero esto pasa solo en España, donde nadie va a parar a una madre. Por eso España está a la cabeza de Europa en secuestros parentales". En 2022, "y según datos del CGPJ, salieron de España secuestrados por sus padres incumpliendo esto 1.339 niños, de los que se desconoce absolutamente su paradero en 428 casos. Pero de esto no se habla en este país", incide.