María y Angelines, las otras 'José Luis Moreno': venden sus casas, pero ahí vivirán hasta que mueran
Un comprador de nuda propiedad paga entre el 50 y el 80% del valor total de un inmueble, pero no lo podrá usar y disfrutar hasta que el vendedor fallezca.
4 abril, 2024 02:32María Jesús Seoane (La Coruña, 1938) lo estaba pasando mal. Quería vender su casa a la vez que buscaba un lugar en el que vivir el resto de sus días. “Un alquiler, pero nadie me aceptaba por tener más de 80 años”, explica la mujer en conversación con EL ESPAÑOL. Al borde de caer en la depresión por la precaria situación que padecía, un día escuchó en la radio la figura de la venta de la nuda propiedad. O lo que es lo mismo, la venta a otra persona del título de la propiedad de un inmueble, pero sin poderlo usar hasta que el vendedor fallece.
Fue hace un año, en abril de 2023, cuando María Jesús Seoane vendió la nuda propiedad de su casa a un particular a través de la Inmobiliaria Eduardo Molet, especializada en este tipo de compraventa. “Llamé a la inmobiliaria y ahí conocí a Belén, que fue como un ángel para mí. Me ayudó a vender la nuda propiedad de mi casa y estoy encantada. Me ha salvado la vida. Gracias a ello puedo contar con un dinero y vivir en mi hogar el resto de mis días”, cuenta la mujer a este medio.
En su caso, por ejemplo, María Jesús Seoane no contaba con una pensión por jubilación y haber efectuado la venta de la nuda propiedad le ha servido para desahogar su economía. A sus 85 años, la gallega ahora está viviendo con toda la paz y tranquilidad y recomienda a sus allegados a hacerlo “porque es un proceso seguro”.
Esa seguridad, evidentemente, es conocida por el productor de televisión, José Luis Moreno (Madrid, 1947). Pese a sus problemas judiciales, el ventrílocuo ha puesto esta semana en venta la nuda propiedad de su mansión de Boadilla del Monte (Madrid). El valor: ocho millones y medio de euros. Así consta en el portal Idealista. El famoso, en este sentido, tiene la estrategia de ingresar un buen dinero y seguir viviendo en su casa hasta su muerte. Ahí el usufructo pasaría al comprador. Así, Moreno ejerce un modelo de compraventa que se está poniendo de moda en España durante el último lustro.
Soltera y aliviando deudas
“Hace cinco años la sociedad española no conocía mucho la nuda propiedad, por lo que a la gente le daba miedo vender el título de la propiedad pensando que se podían quedar sin usar su casa”, explica a EL ESPAÑOL Eduardo Molet, experto, consultor inmobiliario y dueño de la Inmobiliaria Eduardo Molet. En la actualidad, su empresa realiza la mitad de las compraventas por nuda propiedad que se hacen cada año en España.
Un caso excepcional, en este sentido, fue el de Angelines Plaza (Madrid, 1946), pues la mujer conoció lo que era la nuda propiedad hace siete años. “Vi que se podía vender la nuda propiedad de mi casa a través de un anuncio de televisión”, cuenta a este diario la vendedora. Pionera, Angelines Plaza decidió llamar a Eduardo Molet para que le ayudara a gestionar este tipo de compraventa. Lo necesitaba.
La mujer, soltera, tenía dos perros y uno de ellos enfermó gravemente. “Tuve que darle un tratamiento durante tres años en los que gasté 11.000 euros. Como no tenía suficiente dinero, pedí algunos préstamos al banco hasta que llegó un punto en el que me llegó el agua al cuello”, recuerda esta mujer de 78 años.
Fue cuando se enteró de que podía vender la nuda propiedad de su casa. “Pero yo era desconfiada y aunque me atendieron muy bien en la inmobiliaria de Eduardo Molet, quise informarme por mi cuenta. Hablé con conocidos abogados y expertos fiscales y me dijeron que era una figura fiable, así que decidí vender”, cuenta Angelines Plaza, que desde entonces no es la titular de su casa, pero tiene el usufructo vitalicio de ella hasta que fallezca.
“Cuando me dieron el dinero, lo primero que hice fue pagar las deudas; lo segundo, darme un capricho y me fui al Concierto de Año Nuevo de Viena, porque siempre había querido ir, y lo demás lo he ahorrado. Ahora tengo 78 años, y según pasen los años, necesitaré más ayuda, así que quiero contar con un dinero para mis necesidades”, reconoce.
Nuda propiedad y usufructo vitalicio
Como se ha venido contando, la venta de la nuda propiedad en España se ha popularizado, sobre todo, en los últimos cinco años. Según datos de la Inmobiliaria Eduardo Molet, entre el 2022 y 2023 aumentaron un 68% las ventas de la nuda propiedad. Este 2024, por ejemplo, se espera que se cierren alrededor de 23.000 compraventas de este tipo. Pese a ello, siguen existiendo dudas sobre lo que es la nuda propiedad. Por ello, EL ESPAÑOL ha contactado con Eduardo Molet, que lleva más de 25 años en el sector inmobiliario.
Pregunta.– Eduardo, ¿en qué consiste la venta de la nuda propiedad de un inmueble?
Respuesta.– Pues mira, cuando somos propietarios de una vivienda tenemos lo que se denomina pleno dominio. Este pleno dominio se compone de dos derechos: el derecho a la nuda propiedad y el derecho al usufructo vitalicio. El derecho a la nuda propiedad es el derecho a la propiedad desnuda, es decir, es el título de propiedad, que es solamente un título.
Si quieres usar y disfrutar la casa, tienes que tener también el derecho al usufructo vitalicio. Entonces, en España puedes vender la nuda propiedad (el título de propiedad, la propiedad desnuda) y mantener el derecho al usufructo vitalicio. De esa manera, la persona que vende el título de su casa, puede seguir viviendo en ella hasta que fallezca. O si, por ejemplo, son una pareja los vendedores, hasta que fallezca el último de ellos.
P.– ¿Cuál es el perfil medio de los vendedores de nuda propiedad en España?
R.– El perfil medio del vendedor es el de una persona de 75 años que, con su pensión, no puede mantener la calidad de vida y necesita ingresos para completar dicha pensión y mantener la vida que tenía antes de jubilarse. Además de estas personas, también venden personas que quieren ayudar a sus hijos, personas que no tienen hijos y quieren disponer su dinero para invertirlo en acciones sociales, viajes, etc.
P.– ¿Y el de los compradores?
R.– El perfil medio es el de una persona de 50 años, solvente, que ve en la compra de nuda propiedad una buena inversión a medio y largo plazo. Se asegura así un plan de pensiones a largo plazo porque el ladrillo es un producto financiero seguro. Suele ser un inversor local, que se queda en su propia ciudad
P.– ¿Qué gana cada parte?
R.– El vendedor gana disponer del dinero de una sola vez ante notario, tener menos gastos (no paga derramas extraordinarias ni IBI) y si el día de mañana decide alquilar la casa, hace suya la renta o, también, puede vivir en su casa para siempre. El comprador, por su parte, invierte en un sector muy seguro como el sector inmobiliario y adquiere una vivienda por un importe menor del precio de mercado.
En este sentido, según explica el propio Molet, en función de la edad del vendedor el ahorro para el comprador puede ser mayor o menor. “Si el vendedor tiene 60 y pico años, el precio de la vivienda estará en torno al 60% de su valor total porque le queda mucha esperanza de vida. Si tiene 90 años, el precio llega al 88%”, explica el consultor. En todo caso, el comprador, en función de las características de la vivienda, puede pagar por una vivienda entre el 50 y el 80% de su valor real.
La contraparte deja de percibir el resto, eso sí, pero se garantiza ganar un dinero de manera inmediata –y más en casos en los que no tienen herederos–. Son los casos de, por ejemplo, María Jesús Seoane y Angelines Plaza, que han vendido la nuda propiedad de sus casas y están “encantadas” y viviendo en ellas hasta que fallezcan. Ahora es el productor de televisión, José Luis Moreno, quien se ha lanzado a vender la nuda propiedad de su mansión por ocho millones y medio de euros.