Javier Peralta Calvillo, un algecireño de 45 años, es graduado en Física y Astrofísica por la Universidad de La Laguna, en Tenerife. Siempre ha tenido interés en la investigación científica, así que empezó a crearse carrera "poquito a poco" estudiando un doctorado en Bilbao con el grupo de Ciencias Planetarias. Estuvo hasta en una misión espacial de la Agencia Espacial Europea.
Después de seguir especializándose con postdoctorados y cuando ya había adquirido experiencia por varios países del mundo, decidió volver a España en el año 2020, cuando consiguió un proyecto de investigación llamado EMERGIA, en el que trabaja actualmente en la Universidad de Sevilla estudiando al planeta Venus y su atmósfera.
Pero sus problemas surgen cuando quiere acceder al plan de estabilización que le ofrece la universidad, por el cual pasaría a ser docente cuando termine su contrato con EMERGIA. Para ello, debía superar un proceso de acreditación universitaria.
Su sorpresa llegó cuando la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), que es la autoridad que concede la acreditación, se la negó a causa de no reconocer la autoría de Javier en 10 de los 50 artículos presentados.
Ahora, hace tan solo una semana, ha decidido junto con sus abogados presentar una demanda en la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional contra la ANECA, el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Consejo de Universidades.
Unos requisitos "muy fuertes"
Uno de los pasos que forman parte del proceso para la obtención de esa acreditación es superar una serie de requisitos que, para Javier, son "bastante fuertes". Entre ellos, haber publicado al menos 50 artículos.
Y aquí está el quid de la cuestión. Cuando Javier quiso inciar ese proceso de estabilización, tan sólo contaba con 47 artículos publicados. "Me tuve que esforzar mucho durante un casi un año entero. Trabajé muy duro para poder cumplir todos los requisitos, entre ellos la publicación de esos artículos, y al final lo conseguí, y solicité la acreditación en febrero de 2023", cuenta.
Pero su trabajo fue en vano. La comisión de Física, que era la que en su caso le evaluaba, le envió en junio de ese mismo año un "requerimiento de subsanación". "Me demandaban una cosa que me sorprendió mucho. Me dijeron que no había presentado al menos 10 trabajos en los que hubiera tenido una contribución destacada", explica.
Jamás se esperó esta respuesta, porque de esos 10 artículos, en los 10 figura como autor principal. "Pero debe de ser que eso no es una prueba", relata atónito. Como eso no fue suficiente, Javier envió un arsenal de pruebas. Cartas de sus coautores certificando la contribución destacada, pruebas de que había sido autor principal, la sección de contribuciones (que son los documentos que desglosan la contribución de cada persona en el artículo)... en total casi 80 páginas de documentación, "pero no ha habido manera", y finalmente le denegaron la acreditación en septiembre.
Un proceso irregular
Al recibir este revés, Javier entró en un proceso "lleno de irregularidades". "No me aplicaron un supuesto que me beneficiaba y que venía recogido en el reglamento pero, además, cuando entré en la fase de alegaciones, lo tuve que hacer a ciegas porque ni la ANECA ni la comisión me envió los documentos que necesitaba para hacer esas alegaciones", explica.
No le fueron enviadas las actas de reunión ni la identidad del personal que le ha evaluado, documentos necesarios para hacer dichas alegaciones, dejándole en lo que legalmente se conoce como "indefensión jurídica". Aún así, envió las alegaciones como pudo, pero en diciembre empezaron las acusaciones.
"En diciembre me contestaron diciendo que mis colaboradores habían falseado sus declaraciones por cercanía al candidato, cuando algunos son eminencias, siguieron diciendo que ser primer autor no es una prueba de contribución destacada y, entre otras cosas, me bajaron la nota de investigación al mínimo posible, cosa que está prohibida", argumenta.
Con todo esto, en enero de 2024 Javier decide presentar un recurso ya ante una entidad superior a la ANECA, que es el Consejo de Universidades. Envió un escrito acompañado de nuevas pruebas, incluida toda su correspondencia privada desde el año 2010 donde demostraba que la iniciativa de las investigaciones era suya e, incluso, una carta de la Presidencia de la Sociedad Española de Astronomía dándole la razón en los supuestos que justificaban su autoría.
"Esta sociedad me dio la razón y aseguraba que ser autor principal contaba como prueba de contribución destacada. Presenté centenares de informes, pero ni con esas", cuenta.
El pasado marzo el Consejo de Universidades dio la razón a la ANECA, y la acreditación universitaria le fue denegada. Ante eso, solo le quedó el camino de lo contencioso-administrativo, y fue entonces cuando presentó la demanda el día 26 de abril.
Un futuro incierto
A pesar de la demanda, nadie la garantiza nada a Javier. Por lo pronto, la parte acusada tendrá 20 días para presentar la documentación que en su momento le denegaron. Y por lo demás, el futuro es incierto.
"Es un proceso que va para largo. Estos 20 días pueden alargarse otros 20 en caso de no presentar la documentación completa, y luego ya solo queda esperar", explica.
Aunque se muestra optimista para 'ganar', reconoce que hay dos maneras de lograrlo, y una es más idónea que la otra. "Tengo dos opciones, o que la Audiencia Nacional reconozca que cumplía los requisitos y me conceden la acreditación, o se anula todo el proceso anterior y tendría que empezar de nuevo. Aunque las dos implican ganar, una es mejor que la otra claramente", matiza.
En el segundo supuesto, los plazos dependerían de la carga de trabajo que tuviera la correspondiente comisión, que ahora mismo están "saturadas de solicitudes" por un cambio en el reglamento que concede las acreditaciones.
En una situación típica, el proceso podría demorarse entre seis meses y un año, así que a Javier solo le queda esperar, aunque es consciente de que, entre el juicio, el veredicto y una posible revaluación, posiblemente su contrato con EMERGIA ya haya acabado.
Como consecuencia de esto último, optaría a una plaza con contrato indefinido que no tiene calidad de funcionario, lo que se llama "contratado doctor", pero para ello tendrá que pasar por un concurso-oposición. "Lo malo es que, si luego puedo optar a esa plaza de funcionario y me conceden la acreditación, voy a tener que pasar dos veces por concurso-oposición", explica.
Así, Javier asegura que le están obligando "a pasar dos veces por lo mismo", por culpa de lo que considera que ha sido "un proceso lleno de irregularidades que se podría haber evitado".