Un ciudadano ha alertado este mediodía a las autoridades policiales de la presencia en un centro comercial de Madrid de Rebeca García, la mujer venezolana de 34 años que se hizo viral tras la denuncia de varias mujeres que afirmaron haber sido acosadas con métodos parecidos a los de la protagonista de Mi reno de peluche, la serie basada en hechos reales de Netflix.
La Policia Nacional se dirigió hasta el lugar, donde localizó y retuvo temporalmente a García, ante una posible reclamación de Venezuela. Sin embargo, fuentes policiales han confirmado a EL ESPAÑOL que los agentes de la División de Cooperación Internacional realizaron, con la retenida en comisaría, una búsqueda en la base de datos que resultó negativa: en la actualidad no consta ninguna reclamación judicial ni diplomática de otro país.
Ante estos hechos, Rebeca García fue puesta en libertad sin ningún cargo, a pesar de que el fiscal venezolano Tarek William Saab asegurara en Twitter que el Ministerio Público de Venezuela pediría a España la detención y la extradicación de García y su hermano.
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Hablan las víctimas
Dos víctimas de Rebeca García mantuvieron una conversación teléfonica en exclusiva hace unos días con EL ESPAÑOL. Daniela Bellosa y Andreina de Trindade explicaron cómo era el acoso que sufrían por su parte: "Iba casi todos los días a mi gimnasio. Una vez me pegó una nalgada con una toalla, me esperaba fuera del recinto, me seguía a mi casa, esperaba con el coche fuera del edificio y se quedaba viendo a ver si salía o no. Se sabía las placas de todos los coches de mi familia", relata Daniela.
En el caso de Andreina, todo empezó como un encuentro de trabajo. Rebeca se puso en contacto con ella. "Desde el principio la encontré un comportamiento extraño. Cuando ella dice su nombre, yo ya me percato de que es ella, y ahí empezó todo". Era agosto de 2020.
Rebeca siempre empieza con un tono "más romántico, como de quererme conocer". Con el tiempo, se fue volviendo cada vez más violenta. "A medida que ella veía que yo la ignoraba, se iba poniendo agresiva. También morbosa, porque era un comportamiento intermitente", explicó Andreina.
Pero todo empeoró con el inicio de 2024. "Ella averiguó dónde trabajaba y empezó a mandarme regalos, cartas, dibujos, flores... mientras seguía mandándome mensajes violentos y explícitos, por mensaje y por correo electrónico. Aunque yo la tenía bloqueada, todo eso me llegaba a la bandeja de spam", narró a EL ESPAÑOL.
'Un libro para Coco'
Claudia Aguirrezabal, Coco Aguirre como la conocen en redes, fue una de las primeras víctimas de Rebeca. El acoso hacia ella comenzó casi a la par que el de Daniela.
"En mi caso venía esporádicamente a gritar frente a mi edificio, me mandaba mensajes de texto y correos. Nada parecía ser muy peligroso", ha relatado a través de un hilo de X.
Sin embargó, todo incrementó a raíz de la pandemia. "Este incesante acoso fue escalando. Todo tomó otro rumbo cuando Rebeca entró a mi edificio y esperó a que yo entrara con mi coche, salió corriendo hacia mi puerta y la intentó forzar. Al no poder entrar, se montó en el capó de mi coche y saltó en el techo".
El acoso llegó hasta tal extremo que Rebeca ha publicado un libro de más de 400 páginas que está a la venta en Amazon y que se titula Un libro para Coco Aguirre. Según ha contado Anny, Rebeca empezó escribiéndolo "en un drive, a modo diario" e iba guardándolo para después enviárselo a sus víctimas. "En el libro relata todo lo que nos hacía. Además, luengo nos lo mandaba a nosotras para que los leyéramos. Es realmente terrorífico", expresa Anny.
De momento, son pocas las víctimas que han tenido el valor de hablar. No se cuentan con los dedos de una mano pero, en el libro, la propia Rebeca habla de hasta 15 víctimas, a las que cita con nombres y apellidos.