Los inmigrantes de los tres pueblos en los que ha ganado Orriols, asustados por su auge: "Nos acosan"
La líder de Aliança Catalana y alcaldesa de Ripoll ha conseguido dos escaños que afianzan su liderazgo. "Es una moción de confianza".
14 mayo, 2024 02:20En las calles de Ripoll todo el mundo mira de reojo, con recelo, se niega a hablar, como si quisiera ocultar que su papeleta hubiera contribuido a reforzar políticamente a Aliança Catalana, el partido ultraderechista e independentista radical de la alcaldesa ripollesa Silvia Orriols. Gracias al apoyo recibido en las urnas el pasado domingo, los extremistas enseñan hoy músculo tras haberse convertido en la principal fuerza de tres municipios del oeste de Gerona: la propia Ripoll (35% de los votos) y sus vecinas Campdevànol (26%) y Les Llosses (35%), que forman el 'triángulo de la discordia' azul oscuro en un mapa teñido de rojo PSC y celeste Junts.
A Mohamed, vecino de Ripoll desde 1999, le preocupa especialmente el auge del discurso antiinmigración de Orriols. Cruza una de las calles de la ciudad en la que ondean varias esteladas con la figura de Sant Eudald, patrón de este municipio de 10.000 habitantes cuya festividad se celebró con honores la semana pasada. Muchos de sus vecinos confiesan que le pidieron al santo un resultado electoral que no llegó.
"Yo llevo trabajando aquí desde que llegué de Marruecos. Hoy soy jefe de cocina, tengo tres pisos alquilados y pago mis impuestos. He cotizado más que esta tía en toda su vida [se refiere a Orriols], que se dedica a señalarnos por la calle", asegura en un perfecto castellano con acento mientras sostiene un manojo de cebolletas en una mano y otro de acelgas en la contraria, ambas recién recogidas de su huerto.
Mohamed está haciendo referencia al discurso islamófobo y de tintes racistas al que se acoge Aliança Catalana desde su fundación en 2020. Una prédica similar a la de Vox en la que Orriols mezcla el miedo a la inseguridad en las calles, al fanatismo religioso y a la falta de integración y en cuyo mensaje esgrime cifras de criminalidad manipuladas con un almizcle de medias verdades. Un partido que, como asegura a este diario una de sus cofundadoras a condición de no revelar su identidad, nació "por el miedo que sintió el pueblo tras los atentados de 2017" y con la intención de "buscar justicia".
"Vivimos en un estado de inseguridad, de reincidencia criminal y de impunidad con los delincuentes", afirma la propia Silvia Orriols a EL ESPAÑOL. Lo hace, por supuesto, en catalán, ya que se niega a paladear el castellano. "Es fundamental recrudecer el Código Penal y establecer un control estricto de las fronteras y acabar con los fundamentalistas y los delincuentes que ponen en peligro la ciudad de nuestros vecinos. Hablamos de culturas absolutamente retrógradas". Se refiere, claro, a los musulmanes, que suponen alrededor del 15% de la población de Ripoll.
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Orriols, sostiene Mohamed, no se digna a saludar a los inmigrantes por la calle. Ella y su familia, asegura, ponen mala cara cuando se cruzan con ellos, lo que hace que se sientan acosados y despreciados. "Es lo mismo de siempre: que si recibimos pagas, que si somos criminales, que si el terrorismo. Orriols habló de cerrar mezquitas y de expulsar inmigrantes, cosa que ni siquiera ha hecho ni va a poder hacer. En Madrid también hubo un atentado, con más muertos que el de Barcelona, y no hay tanto rechazo al extranjero como aquí. Los catalanes son más racistas que el resto de españoles, pero no es algo de ahora".
"El problema es que este discurso cala en la gente mayor, no tanto entre los jóvenes", continúa Mohamed, quien se revela como votante de Ciudadanos en sus tiempos de gloria y, ahora, tras desaparecer del mapa electoral en estas últimas elecciones, de los socialistas de Salvador Illa. "¡Es racismo puro y duro! No dice una cosa que sea verdad. Sólo vende mentiras. Que vivimos de ayudas. ¿Dónde están? Yo no he recibido nunca ni una. Es un mensaje peligroso, igual que el independentismo, que sólo nos puede traer la ruina".
La zona cero de Aliança
Los tres territorios donde Aliança Catalana ha quedado en primera posición –Ripoll, Campdevànol y Les Llosses– son una excepción en el mapamundi provincial, aunque en otros doce municipios han quedado segundos y, en Gombrèn (25%), han empatado con Junts. Así las cosas, y mirando el panorama general de la Generalitat, los de Orriols han logrado irrumpir en el Parlament con 118.000 votos, un 3,8% de los totales, lo que se traduce en dos escaños que, si bien son más simbólicos que útiles para la gobernabilidad, anticipan que su apocalíptico discurso antiinmigración ha calado entre los ciudadanos a los que predican.
Aliança Catalana ha conseguido dos diputados. Uno por Gerona, con 26.857 votos (9,03%), y un segundo por Lleida tras contar 12.966 papeletas y sumar un 7,78% del total de electores. El primer sillón del Parlament será ocupado por la propia alcaldesa de Ripoll mientras que el segundo lo sentará Ramón Abad, cabeza de lista por Lleida y exdiputado de Esquerra Republicana reciclado en militante de la formación ultra.
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"Los resultados de Ripoll eran importantes", asegura Orriols a este diario. "Eran una moción de confianza, una oportunidad que los ripollenses nos estaban dando para decirnos que estaban conformes con nuestra forma de gestión y de gobierno. Están satisfechos con nosotros. La ciudadanía ya está harta de las políticas formales y de la corrección que obvia temas tan importantes como la inseguridad y la inmigración. Nosotros no tenemos miramientos en señalar los problemas que afectan a los ciudadanos".
Su victoria ha pillado por sorpresa a los dirigentes de Les Llosses y Campdevànol, ya que contradice la tendencia de estos municipios en las urnas en las últimas elecciones. El ayuntamiento llossenc, por ejemplo, está compuesto por cinco concejales, cuatro del movimiento vecinal izquierdista Totes les Llosses, encabezado por el actual alcalde, Jaume Cuní Soler, y uno de Esquerra Republicana. Sin embargo, de sus 200 habitantes, un 35% ha votado a Aliança, un partido que ni siquiera tiene representación en el consistorio. Algo similar ha ocurrido en Campdevànol, donde Aliança tampoco tiene representación a pesar de haber sido primera fuerza política en las urnas del pasado domingo. ¿Está cambiando la tendencia?
"Nos ha pillado por sorpresa", confiesa Cuní desde el ayuntamiento del municipio diseminado de Les Llosses, el más grande en extensión de Gerona a pesar de ser el menos densamente poblado. "Han sacado más votos en un municipio que, precisamente, siempre ha hecho gala de tener una ideología antagónica. No me lo esperaba. Creo que parte del resultado se explica por que su discurso ha calado en Ripoll, y como el resto de municipios tenemos mucha proximidad, se ha irradiado. Al final, se trata de un mensaje muy rural. Aquí los llamamos 'viejos carlistas'".
Cuní, de nuevo, encuentra la razón de ser del éxito de Aliança Catalana en el miedo que genera la inmigración. Al fin y al cabo, los atentados de 2017 en los que varios lobos solitarios simpatizantes del ISIS segaron la vida de 20 personas en la masacre de La Rambla, eran todos chicos de Ripoll. "Ahí afloraron esos sentimientos racistas que están en todas las sociedades. Y la Generalitat de Cataluña, que tiene obligación de hacer políticas de bienestar social, nunca ha invertido aquí para ayudar a sanar esas heridas".
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De similar opinión es Oriol Lázaro, alcalde de Campdevànol por Junts, a pesar de ser independiente. "Al final hay vasos comunicantes entre las tres poblaciones, pues estamos a poco más de tres kilómetros los unos de los otros. El contacto social es muy elevado y es fácil que haya un trasvase de ideas y opiniones entre poblaciones. Yo creo que a Aliança lo han votado mas por sus postulados de extrema derecha que por ser independentista. Es un partido abiertamente racista. Hay una persecución a una cultura y, lamentablemente, hay personas que compran este tipo de mensajes".
Lázaro continúa: "En esta zona, e incluso en Ripoll, no hay un problema mayor de inmigración que en otras muchas zonas de España. Creo que debemos conseguir la integración del inmigrante, que se adapte a la sociedad, y exigirle que, igual que se le garantizan sus derechos, se le reclamen sus deberes y obligaciones. Pero expulsar a gente porque sí, como dice Orriols, es una locura. No puedes demonizar a todas las personas".
El batiburrillo de Aliança
El discurso de los ya bautizados como 'indepes ultras', y a los que algunos se refieren, de forma simplista, como 'el Vox catalán' a pesar de tener un mensaje antitético en lo que se refiere al destino de España y de Cataluña, entremezcla la mesiánica idea de la reconquista de los valores tradicionales con la necesidad de cerrar las fronteras para proteger la seguridad de sus ciudadanos y frenar así el mestizaje cultural para no pervertir la esencia tradicional catalana. Un discurso con reminiscencias al de cualquier partido de ultraderecha internacional.
La diferencia es que su discurso pretende resucitar el sueño de la Cataluña libre e independiente heredado de Junts y CiU. Silvia Orriols, recordemos, fue una acérrima defensora de Quim Torra y, especialmente, de Carles Puigdemont cuando este lanzó la declaración unilateral de independencia. Lo defendió a capa y espada, pero luego quedó desencantada ante la tibieza del post-procès, por lo que en 2020, tras haber formado parte de grupúsculos como el ultra Front Nacional de Catalunya o el movimiento Els Intransigents, decidió cofundar Aliança Catalana.
A pesar de sus ambiciones para Cataluña, localmente Orriols quiere transformar Ripoll, cuna de la patria catalana, en un símbolo de la reconquista de los valores y tradicionales locales. De ese espíritu de "reconquista" de los orígenes del que se refiere como "su país" emerge toda su ideología.
"Ripoll es la villa que guarda los restos del fundador de la dinastía condal catalana, aquel que hizo recular a los sarracenos y permitió la creación de esta patria. Hay mucho simbolismo asociado a esta tierra y, evidentemente, pretendemos volver a capitanear el destino de nuestro país". Para ello, asegura Orriols, "Cataluña debe dejar de ser una colonia de España" y "tener sus propias políticas fiscales y migratorias", así como "restituir el estado de independencia".