Marcos Fernández de Salamanca (Madrid, 2001) siempre tuvo dudas acerca del sistema educativo y eso le generaba cierta desmotivación. “Me acuerdo de que durante mi adolescencia me peleé conmigo mismo porque no me gustaba cómo se plantea en España la E.S.O. y el Bachillerato. Me decía: ‘Tienes que acabarlo’. Terminé todo e, incluso, hice la Selectividad sacando una buena nota. Aun así, cuando finalicé la etapa estaba horrorizado y decidí no estudiar una carrera, sino trabajar y reflexionar sobre qué quería hacer”, explica el joven de 23 años a EL ESPAÑOL.

Así fue como Marcos, que “no tenía ningún tipo de experiencia laboral”, empezó a trabajar como camarero. Estuvo en la cadena de hostelería Anubis Coctelería, en el centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos; y después, en el de Las Rozas. “Acababa de terminar el Bachillerato en 2020 y necesitaba trabajar, ahorrar y pensar a qué me quería dedicar. Fui camarero y coctelero y luego, encargado”, añade en conversación con este diario.

Tras esta etapa, en la que hizo otro módulo y también trabajó en otro bar, Marcos Fernández de Salamanca decidió comenzar el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web en el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-tad). Era 2022. Dos años después, el joven madrileño se encuentra a escasos días de concluir esta Formación Profesional. Será este viernes, 14 de junio, cuando termine sus prácticas curriculares, pero cuando las acabe no será otro joven que engrose las cifras del paro.

A Marcos Fernández de Salamanca le han ofrecido continuar en la empresa como trabajador fijo, una oferta que ha aceptado. “Trabajaré como desarrollador web júnior en la misma empresa en la que he hecho las prácticas: Neoris. La verdad es que he aprendido mucho en ella, además de que han confiado en mí y he estado dentro de un proyecto concreto. Eso sí, he trabajado mucho y por eso me han ofrecido continuar. Tengo otros compañeros que no han aprovechado sus prácticas y no seguirán”, dice el joven, reivindicando que pese a ser un sector con 100% de empleabilidad “hay que currárselo”.

A Marcos le han ofrecido trabajo fijo en la empresa donde ha realizado las prácticas. Cedida

Nada más lejos de la realidad. Según el portal de empleo Talent, un programador o desarrollador web puede llegar a ganar 34.750 euros al año en España. Siendo, además, un sector con amplia demanda. “A mí, estando en mitad de la FP, me contactaron varias veces por LinkedIn ofreciéndome trabajo”, confirma Marcos.

Él rechazaba las ofertas de trabajo “porque aún no estaba titulado”, además de que no le ha hecho falta. Ahora empezará su trabajo como júnior, cobrando un salario remunerado en esta categoría entre los 16.000 y 20.000 euros anuales. “Lo bueno de este sector es que si trabajas bien, puedes escalar mucho”, dice el joven con esperanza.

FP de Desarrollador Web

Pero este acceso al mercado laboral por parte de Marcos no ha sido fruto de la casualidad. Ha habido mucha reflexión detrás. No se lanzó a estudiar el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web sin pensar. Lo meditó mucho. Cuando terminó su primera etapa como camarero, el madrileño aún no tenía claro hacia dónde quería dirigir su formación.

De ahí que lo primero que estudió, en 2021, fue un módulo de Música de un año. “Como soy músico en mis tiempos libres y me encanta la música, decidí aprender a producirla, mezclar audios, pero ya sabía que eso no me daría de comer. Fue más bien por afición. Después, volví a trabajar como camarero y ya empecé a pensar en una profesión que me diese estabilidad laboral, que me gustase y que me permita escalar”, explica Marcos.

Marcos Fernández de Salamanca, delante de un ordenador. Cedida

 

Fue cuando Marcos, con ayuda de Carlos, su padre, descubrió el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web. “Desde siempre mi padre me había animado a entrar en la U-tad, porque él la había conocido desde que se fundó y porque desde pequeño siempre me había gustado el mundo de la programación. Al final, me animó a hacer el grado y a mí me convenció por las oportunidades laborales que tenía, además de que era un mundo que me llamaba mucho la atención”, explica Marcos.

Pregunta.– ¿En qué consiste el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web?

Respuesta.– En resumidas cuentas, se trata de un ciclo que le da al alumno las herramientas y los recursos necesarios para que en dos años sea capaz de, literalmente, diseñar y desarrollar una página web entera por su propia cuenta. Además, cuando empiezas en este grado superior te das cuenta de que parte de cero, así que cualquier persona puede entrar y puede aprender todo de nuevas.

10.000 euros y trabajo

Este ciclo, que cuesta alrededor de 10.000 euros los dos años, promete una amplia o casi plena inserción laboral. Marcos es el ejemplo de ello. “En realidad, hemos visto lo de los 10.000 euros como una inversión, ya que si acabas con trabajo puedes recuperar pronto la inversión y luego dedicarte a escalar en un mundo que tiene mucha demanda y posibilidades de escalar”, culmina el joven.

P.– Piense a lo grande. ¿Cuál y dónde sería el trabajo de sus sueños?

R.– La verdad es que no tengo ninguna empresa fija en mi cabeza. Eso me da igual. Me interesa más trabajar en proyectos que me motiven, que me gusten. Por ejemplo, ahora estoy trabajando con Neoris en un proyecto de una empresa educativa que me encanta. Lo importante es que los proyectos estén chulos y yo me siento muy cómodo.

Marcos acaba de empezar y está feliz de haber elegido un sector con proyección. Eso sí, siempre destaca el esfuerzo: “Recomendaría estudiar este ciclo a todos aquellos a los que les gusta la tecnología, pero deben saber que tienen que estar dispuesto a esforzarse y a querer seguir aprendiendo todos los días. Es un sector que avanza muy rápido y tienes que estar constantemente formándote”.