Su nombre es Ignacio Mira. La historia del joven ha llegado a los medios tras impresionar sus compañeros: A lo largo de los años ha sufrido catorce operaciones, pero esto no le ha impedido que este año al graduarse de Derecho en la Universidad de Granada obtuviese quince matrículas de honor.
Todo empezó un febrero de 2011 cuando Ignacio tuvo su primera operación al fémur. El joven padece de una enfermedad genética que provoca que su pierna derecha no crezca a la vez que su pierna izquierda. Esto recibe el nombre de dismetría ósea.
Todo esto dio inicio a una ola de operaciones, catorce para ser exactos, a las que Mira tuvo que someterse para curarle la infección al fémur, más tarde para extraerle los tornillos y, tras deformarle la tibia en una operación, reconstruirla. En Pamplona fue que el joven vio sus últimas tres operaciones para reconstruir la pierna. No fue un proceso fácil.
"A causa de la dismetría, mi pierna no se acababa de recuperar, por lo que cuando me operaban, el callo era un chicle y luego se rompía. De hecho un día aparecí en el hospital con la pierna en la mano.", rememora Mira a EL ESPAÑOL.
Clases a distancia
Ya desde la primera operación las clases presenciales se acabaron para el joven. Ignacio tenía el colegio a distancia desde el hospital e incluso recuerda con cariño a Tere, la profesora que la Junta de Andalucía le mandó a casa: "Se portaba súper bien conmigo".
Sin embargo, cuando llegó a Bachillerato la Junta no podía enviarle otro profesor a casa por lo que tuvo que hacer un parón de unos años hasta que cumplió los 20 y se matriculó en un curso a distancia. "El sistema funcionaba bastante bien. A cualquier hora podía llamar a mis profesores y el día del examen tenía que hacerlo en el centro. Finalmente me gradué con un 9,6 en Bachillerato.", afirma Mira.
A día de hoy, tras sus catorce operaciones, el joven puede vivir sin condición o efecto alguno en su día a día. "Solo tengo que tener una revisión una vez al año", cuenta Ignacio.
Derecho en la universidad
Quizás el único efecto que tuvieron las operaciones fue en el desamor que le generó por la Medicina. "Cuando tenía diez años quería hacer Medicina pero después de las operaciones se me quitaron las ganas.", cuenta Ignacio.
En su lugar, Mira optó por estudiar Derecho. De hecho, le debe su pasión por la carrera a su prima: "Recuerdo que estando de vacaciones mi prima mayor me enseñó un caso que tenía que poner la sentencia. Me llamó mucho la atención su capacidad resolutiva y a partir de eso me empezaron a llamar mucho la atención los casos. Empecé a ver las sentencias desde el hospital y dije: Bueno, esto creo que es lo mío."
Así, tras graduarse de Bachillerato, decidió estudiar Derecho en la Universidad de Granada. El joven le debe esta elección a su gran influencia en el gremio, su prima María Rosa: "Mi prima es profesora de la universidad y su marido es catedrático, entonces los he tenido como referentes siempre."
Sin embargo, su gran apoyo a la hora de elegir Granada fue su tía Conchi. "Mi tia ha sido la que me ha dado la oportunidad de estudiar allí. Después de la operación me dijo que fuese a estudiar donde quiera después de recuperarme. Me ha ayudado mucho siempre.", revelaba Ignacio a este medio.
Una vez llegó a la Universidad, el joven afrontaba un nuevo reto: volver a las clases presenciales. No obstante, nunca llegó a ser un obstáculo para Mira. Todo lo contrario, recuerda la Universidad como su mejor etapa. "Si pudiese hacía otros cuatro años más.", apunta Ignacio.
Mira le debe su gran experiencia a sus compañeros, docentes y pasión por el derecho, que ha crecido durante este tiempo: "Del 1 al 10, mi experiencia fue un 11. Tuve la suerte de entrar y conocer a un grupo de amigos desde el primer día hasta el final. También tuve un grupo de profesores magníficos. Eso ha hecho que me interese mucho más por el derecho."
A pesar de obtener nada más y nada menos que quince matrículas a lo largo de la carrera, Mira no cree que haya tenido una "obsesión por rendir en clase". De hecho afirma que su experiencia fue todo lo contrario. "He salido de fiesta y he salido de tapas. Lo que más tiempo me ocupa es el arbitraje. Lo único es que cuando llegaba a casa, de 16 a 20 me ponía a hacer los apuntes y repasar para llevar los apuntes al día.", afirma Ignacio.
Su otra pasión
Además del derecho, el joven afirma que su otra pasión es el arbitraje. Una pasión a la que le ha dedicado años y le ha abierto un mundo en el que "hago deporte a lo largo de la semana, he hecho muchos amigos que ya son compañeros y me ha dado la oportunidad de viajar".
Actualmente, sus dos pasiones el derecho y el arbitraje le han dado la oportunidad de desempeñar un trabajo en la Federación Andaluza de Fútbol. Allí Mira trabaja tanto como juez de competición y disciplina deportiva como cumpliendo tareas administrativas cubriendo una baja. Pero de cara al año que viene ya sabe cuál será su trabajo: presidente del comité de competención de la Federación.