Jordi Ignasi Mas, primer entrenador de Marc Cucurella, con el futbolista en un torneo prebenjamín.

Jordi Ignasi Mas, primer entrenador de Marc Cucurella, con el futbolista en un torneo prebenjamín. Cedida

Reportajes

Marc Cucurella, según su primer entrenador: de ser tímido y "poca cosa" a desmelenarse con La Roja

16 julio, 2024 02:47

Muchas veces cuestionado, alguna que otra incluso insultado y, por ende, muy poco valorado. La historia de amor entre Marc Cucurella (Alella, Barcelona, 1998) y los aficionados al fútbol españoles no empezó de la mejor de las maneras

Sobre la cabeza del futbolista planeaban muchas dudas. Fue debido a la lesión de José Luis Gayá que Cucurella recibiera la llamada del seleccionador español, Luis de la Fuente. Las críticas no tardaron en llegar. Su temporada algo irregular en el Chelsea, precedida de una lesión grave en el tobillo, hizo que en todo un país, prácticamente nadie entendiera esta decisión. 

Con las esperanzas puestas en Álex Grimaldo como titular en el lateral izquierdo de 'La Roja', después de un temporadón con el Leverkusen, el guion dio un giro de 180 grados. Y no por demérito propio, sino por brillo ajeno: Cucurella trabajó a la sombra y en silencio cocinando poco a poco su derecho a hacerse indiscutible en la zaga rojigualda.

Ya lo hacía así en Alella, en su equipo del futbol sala, cuando sólo era prebenjamín. Lo cuenta el que fue su primer entrenador, Jordi Ignasi Mas. Tenía 6 años, pero parecía más pequeño. Su físico de "poca cosa" no hacía justicia a su calidad como futbolista. Tanto es así, que fue a los 8 cuando el Espanyol se fijó en él, y a los 14 cuando firmó su primer contrato con el Barça. 

Hoy, EL ESPAÑOL ha hablado con Ignasi para saber más sobre el héroe fabricado en la Masía, que ha pasado de ser el niño "tímido" de Alella, que se fue a Barcelona para inciar una carrera futbolística discreta por el fútbol nacional, a ser campeón de Europa con la Absoluta. 

El más "pequeñito" del equipo

Su exhibición durante el partido contra Croacia lo cambió todo. Poco a poco, y mérito a mérito, el joven Cucurella se fue reconciliando con una España que dudaba pero que hoy le admira y le consagra como el mayor descubrimiento de esta Eurocopa

Fue su bota izquierda la que dio la asistencia para un gol de Mikel Oyarzabal que sentenció la final contra Inglaterra y que hizo que la Selección Española se alzara con el título de campeona de Europa. 

Por todo el juego que ha dado, tanto dentro como fuera del campo, se ha ganado el cariño de toda una afición que le ha erigido como ídolo de masas. Su desparpajo, su actitud carismática y sus ansias de éxito han convertido a Marc Cucurella en personaje destacado en esta competición.

Primera ficha de Marc Cucurella.

Primera ficha de Marc Cucurella. Cedida

Aunque no siempre ha sido así. Ignasi cuenta como 'Cucu' (su manera de referirse al futbolista) pasaba desapercibido entre sus compañeros, aunque no futbolísticamente hablando. "Quizás por su físico, siendo tan pequeñito, tan poca cosa, pues no era un niño extrovertido. No era el típico bromista ni nada, sino todo lo contrario. Era muy tímido", explica Ignasi.

"Pero jugando ya era otra cosa", añade. Fue sobre todo idea de su padre, Óscar Cucurella, que Marc jugara en el equipo de fútbol sala del pueblo. Aunque era algo inevitable. 

"En Alella la única manera de jugar al fútbol era apuntándote al club de fútbol sala. Todos los niños de pueblo lo hacían, y entre ellos estaban sus primos. Son una familia grande, sobre todo por parte de madre, y todos los jóvenes jugaban. Y 'Cucu' y su hermano pequeño siguieron el mismo camino", cuenta.

Ignasi con Cucurella.

Ignasi con Cucurella. Cedida

Ignasi entrenó a Marc en los años 2004 y 2005, los últimos que pasó Cucurella en Alella antes de que el Espanyol le echara el ojo. "Tenía 6 añitos, estaba en el equipo de niños del pueblo, y el nivel era el que era... pero él ya destacaba por encima del resto", dice. 

"Era puro nervio. Era muy intenso y jugaba mucho con las dos piernas. También era muy cumplidor, podía llevármele a jugar con niños dos años más mayores que él y daba el nivel, así que muchas jornadas doblaba", explica.

Y eso fue lo que hizo que el club de Cornellà se fijara en él. Aunque la decisión no fue fácil. "Me acuerdo que su padre vino a comentármelo, que el Espanyol le quería, y que no sabía qué hacer. Yo le dije que fuera para adelante, pero claro, por un tema de logística fue complicado", revela. 

Aunque Alella es una localidad muy próxima a Barcelona, para Óscar fue difícil cumplir el sueño de su hijo. "Tenían que estar todo el día para arriba y para abajo, además 'Cucu' no es el único hijo y tenían que compaginarse para poder llegar a todo", confiesa Ignasi. 

Y así transcurrieron seis años hasta que, en 2012, el Barça se lo llevó a la Masía para incorporarlo a su equipo de juveniles. Por aquellas Cucurella sólo tenía 14 años. A pesar de un interés latente del club blaugrana en el catalán, nunca llegó a debutar con el primer equipo en liga

Esto hizo que se marchara cedido a equipos como el Eibar o el Getafe, hasta que el Brighton apostó por él. Fichó con el club inglés por cinco temporadas, pero ya en la primera su buen nivel despertó el interés del Manchester City y del Chelsea. Fue este último el que finalmente efectuó la compra, por un total de 65 millones de euros.

Una leyenda en Alella

Actualmente sigue militando en el Chelsea y, a pesar de su discreto paso por los clubes españoles, siempre ha sido un viejo conocido de la Selección Española. Fue internacional en la sub-16, sub-17, sub-19 y sub-21, pero no recibió la llamada de la absoluta hasta el año 2020. De nuevo, por una lesión de Gayá. 

Tuvo que esperar hasta el año siguiente para debutar, pero es un momento que no se olvida en Alella. Lo recuerdan perfectamente algunos de los vecinos del pueblo catalán, famoso por sus vinos, cavas y perfumes. Ellos han sido quienes han visto fraguarse el talento del joven Cucurella que con 25 años acaba de convertirse en campeón de Europa. 

"Para nosotros es un orgullo que un alellense haya llegado a donde ha llegado él. Sobre todo entre la gente de mi edad, de entre los 20 y los 30, es todo un ídolo", cuenta uno de los camareros de la taberna 'Compañía de Alella'. 

Estas mismas palabras las suscribe también Ignasi, quien asegura que "desde hace días, no se habla de otra cosa". "Ahora mismo todo el mundo está Cucurella para arriba, Cucurella para abajo", dice. 

Marc y su exentrenador siguen manteniendo una estrecha relación, aunque el futbolista ya no se deja ver tanto por las calles del pueblo. "Al final él vive en Inglaterra y claro, la distancia es lo que tiene. Viene a ver a su familia, que es de Alella de toda la vida, de vez en cuando. Pero ya no tanto como cuando vivía en España", confiesa. 

Aún así, Marc ha querido retomar ese contacto con su tierra. Ha sido gracias a su faceta de empresario con el proyecto 'Campus Marc Cucurella', una iniciativa para formar a jóvenes futbolistas. Aunque hasta ahora el campus estaba afincado en Barcelona, el proyecto se ha hecho efectivo este año por primera vez en Alella, de la mano con el CF Alella, y del cual forma parte Ignasi. 

"Es un proyecto del cual estamos muy orgullosos. Él tenía la intención de venir por aquí para hablar con los niños, pero como ha pasado todo esto de la Eurocopa todavía no ha podido. Veremos a ver como lo gestionamos, igual por videollamada", finaliza Ignasi. 

Un ídolo en las redes

En contraste con lo que cuenta su entrenador de él cuando era pequeño, Cucurella ha llamado la atención de todos ya no sólo por su juego, si no por su desparpajo y sentido del humor tanto en ruedas de prensa como en redes sociales. 

Ya en Inglaterra, su icónico pelo y su actitud hicieron que los hinchas ingleses le hicieran hasta una canción. "Cucurella, Cucurella. He eats paella. He drinks Estrella... His hair is fucking massive", le cantaban desde las gradas de Stamford Bridge. Ahora, los españoles han hecho suya la canción, traduciéndola al castellano y convirtiéndola en un trend viral de Tik Tok.  

Muchos de sus compañeros de la selección le han definido como el rey del vestuario, y así lo ha demostrado durante todo el campeonato. Desde la promesa de teñirse el pelo de rojo si se hacían con el trofeo o cantar su propia canción en la celebración tras ganar la final han hecho que Cucurella se convierta en uno de los temas del momento en redes. 

Una discreta vida familiar

A pesar de que todos los focos se encuentran sobre él, poco se sabe de la vida familiar de Marc Cucurella. En 2018 comenzó su relación con la influencer y diseñadora de moda catalana Claudia Rodríguez, y su vínculo se mantiene hasta la actualidad. 

Juntos han formado una familia numerosa conformada por ellos dos y sus tres hijos: Mateo, Río y Bella. En 2019 nació Mateo, el primer hijo de la pareja. Dos años después, Claudia Rodríguez dio a luz a Río, y hace apenas un año a Bella, la primera niña y última hija de ambos.

Cucurella y su familia disfrazados de 'IT'.

Cucurella y su familia disfrazados de 'IT'.

Juntos llevan una vida familiar en la ciudad de Londres, donde actualmente están afincados por la vida laboral del futbolista. La pareja hace gala de ello en redes sociales, aunque para el panorama nacional, la familia Cucurella Saseta es aún desconocida. 

Lo poco que se sabe, por ejemplo, de su madre, Patricia Saseta, es que es la artífice de su particular peinado. Fue idea suya que Marc se dejara el pelo largo, para así poder distinguirlo de los demás más fácilmente en los partidos de fútbol. 

Desde entonces, el futbolista ha mantenido su melena, y ha asegurado en varias ocasiones que así es su estilo y que no se la piensa cortar. Ahora, está por ver si hará efectiva su promesa de teñírsela de rojo, y solo el tiempo dirá si Patricia tendrá un motivo más para diferenciar a su hijo del resto.