Erick y los otros 400.000 venezolanos en España que no han podido votar: "El régimen nos teme"
Sólo un 6% de los venezolanos en España pudo acreditarse para votar en los centros electorales de Madrid, Barcelona, Vigo o Tenerife.
29 julio, 2024 02:43Casi medio millón de venezolanos vive actualmente en España y, sin embargo, sólo 25.000 personas lograron formar parte del censo electoral para ser parte de los comicios de este domingo 28 de julio. "A la mayoría no se nos ha permitido votar, aún teniendo residencia legal en España y la cédula vigente", explica a EL ESPAÑOL el venezolano Erick Zuleta. Su caso es aún más destacado: tuvo que exiliarse en España después de ser presidente de la Federación Nacional de Transportes de Venezuela y ver peligrada su integridad en el país sudamericano.
"La Embajada sólo ha acatado las órdenes impuestas por el régimen para hacer que votar sea imposible", dice. En su caso, no le han permitido renovar un pasaporte venezolano que han exigido como requisito indispensable. Su nombre no está en las listas del Centro Cultural Fernando de los Ríos, el lugar elegido por el Consulado de Venezuela en Madrid para que voten los venezolanos en la diáspora. Pero, aún así, ha decidido desplazarse hasta el lugar para manifestar su posición. "Es un día especialmente importante para todos", sentencia.
En este centro cultural, ubicado en la Calle de Camarena del barrio de Aluche, es donde la mayor parte de los venezolanos en España que sí lograron estar en el censo tienen que votar. Le sigue, por orden, la provincia de Barcelona y la de Santa Cruz de Tenerife. Pero, sin embargo, es en Madrid donde también hay más venezolanos sin derecho al voto. En las inmediaciones del centro, propiedad del Ayuntamiento, uno puede escuchar historias de las más diversas, pero todas comparten la misma resolución: desde el diputado exiliado al que no han dejado votar hasta el joven migrante que recién llega a España y cuyo trámite para ejercer el voto no ha podido cumplimentar.
El caso es que la diáspora venezolana no tiene fuerza de voto, y eso el régimen lo sabe. De los casi cinco millones de venezolanos que deberían haber votado en el exterior, sólo un 1% ha conseguido inscribirse correctamente en el censo electoral. Según la información publicada por el Gobierno de Venezuela, el patrón electoral establecido para las elecciones presidenciales, en las que Nicolás Maduro busca su segunda reelección frente al candidato opositor Edmundo González Urritia, previó solamente a 69.000 personas mundialmente; de las que un 36% estaban en España.
En el exilio
"Te diré una cosa. El régimen nos teme. Sabe que nos expulsó de nuestro país y que si podemos votar nunca lo vamos a hacer por ellos", continúa Esteban, previsto de su sombrero de cogollo y bandera de Venezuela en su camiseta. A pesar de no poder votar, mantienen un ambiente festivo en las cercanías del centro de votación, custodiado por personal de seguridad que no permite entrar a personas que no esté en el censo electoral pero tampoco a los medios de comunicación.
Algo que han denunciado Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas, Dinorah Figuera, actual presidenta de la Asamblea Nacional, e Ismael García, diputado nacional. Los tres se encuentran actualmente en el exilio madrileño e igualmente no han podido votar. "Este es un proceso que manejan aquí las autoridades venezolanas, la Embajada, los consulados, y ellos forman parte de esa familia de abusadores", ha explicado García a EL ESPAÑOL a las puertas del centro de votación.
Los políticos en la diáspora se han mostrado convencidos de que la candidatura de Edmundo González Urrutia ganará las elecciones y han hecho un llamamiento a las autoridades venezolanas y militares para que respeten el mandato en las urnas. Una reflexión que ha compartido también el coordinador de la campaña de González Urrutia y María Corina Machado en España, José Antonio Vega, que ha reconocido que "hay miedo, porque durante los últimos meses hubo amenazas y detenciones entre opositores".
"Los venezolanos estamos realmente dispuestos a un cambio. Los que estamos aquí y no podemos votar estamos aquí igualmente apoyando a los que sí", ha dicho Antonia, mientras esperaba fuera del centro cultural a que su hija votara. "Ni yo ni mi marido hemos logrado votar, a pesar de que somos ciudadanos venezolanos y residimos legalmente en España", expresa.
Andrés llegó a España hace apenas un mes y tampoco ha podido formalizar su registro en el censo electoral: "Me apena mucho, porque yo sé muy bien el camino que he tenido que recorrer para llegar hasta aquí, y me gustaría poder ejercer mi derecho al voto, al cambio, a que mi país vuelva a ser lo que fue antes y no el infierno del que nos han obligado a irnos. Pero mientras no se pueda, siempre estaré con mi voz de frente".
Trabas burocráticas
La mayoría de las personas que no han podido votar acusan directamente al Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Este estableció un periodo de sólo 30 días para que los venezolanos en el exterior se registraran para votar. "En otras elecciones hemos tenido plazos de varios meses", afirma Gabriel, voluntario de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
Otros venezolanos afincados en España han denunciado ante EL ESPAÑOL que para darse de alta en el censo electoral se les exigía tener un pasaporte vigente, cuyo costo asciende hasta los 320 euros —120 de tasa de trámite más 200 de servicio administrativo— que no podían costear. "Quisieron limitar nuestro voto, saben que la mayoría estamos en contra del chavismo", explica Eduardo Miguel, mientras en su móvil ve el voto de los venezolanos en Australia, ya escrutado. "Mira, casi 800 votos para Edmundo y sólo tres para Maduro", señala.
Incluso con todos los obstáculos, los venezolanos en España han seguido muy de cerca las elecciones, participan activamente en ellas, se manifiestan por lo que consideran que es la libertad de su nación y celebran. Aunque tratan de no mostrar su nerviosismo: "Hoy no voy a dormir, está claro que no", se despide entre risas Ismael García. Para ellos, los ojos todavía permanecen abiertos, achantados por la pena de no poder votar, pero ¿quién podría dormir con tantos sueños?