Una cena entre amigos. Una cena en silencio, donde lo único que se escuchan son los ruidos de los dedos pulsando dos veces seguidas una pequeña pantalla o deslizándose arriba y abajo. Como mucho suena una música de un vídeo de Tik Tok. Todas las cabezas se mantienen agachadas. Bueno todas no. Una está centrada en la comida, examinando desde qué posición tiene mejor pinta para poder sacar una foto y subirla a Instagram. 

Estamos más que acostumbrados a este tipo de escenarios, y ya no nos resultan ni extraños. Un escenario que parece inofensivo, pero que también podría ser una señal de advertencia hacia un terreno desconocido y de difícil solución: la adicción tecnológica. 

Los españoles pasan de media 5 horas y 45 minutos al día usando sus teléfonos móviles, según revela el informe Digital Data Report: Spain 2023. La mayoría de ese tiempo lo utilizan para interactuar o navegar en las distintas redes sociales. España cuenta con una población de 47 millones y medio de personas, y el 85% ya están registrados en alguna red social. 

Esta necesidad incansable de estar todo el día conectados, ya sea para cotillear, compartir nuestro día a día, informarse, interactuar con "amigos" en línea o buscar a personas con tus mismos miedos y problemas, han desencadenado una dependencia incontrolada a las pantallas. Provocando en muchos casos adicción a las mismas. 

Casos reales

En un experimento real, llevado a cabo en las instalaciones de la Universidad Camilo José Cela, entrevistamos de forma individual a seis jóvenes (Esther, Alejandro, George, Jaime, Carla y Noelia). Estos estudiantes de entre 19 y 28 años pusieron en común el tiempo que pasaban al día con su teléfono, y en concreto dentro de las redes sociales.

De izquierda a derecha, y de arriba abajo: Carla, Noelia, George, Alejandro, Esther y Jaime P.R.

Carla, una de las entrevistadas, decía que únicamente pasaba como mucho 5 horas al día dentro de las aplicaciones del móvil, y a la hora de la verdad su móvil marcaba que el día anterior lo había usado durante 14 horas. 

"Si el día tiene 24 horas, ¿cuándo duermes, estudias o comes?" preguntamos a Carla, la respuesta fue un silencio agobiante. Pese a este dato, ella seguía negando que fuese adicta al móvil. "Yo lo uso como cualquiera de mis amigos, o menos incluso", se defendía. 

Esther por otro lado, sí aseguraba que tenía un problema con el móvil. "Yo creo que sí soy adicta". Pero consideraba que no necesitaba ayuda, que no iba a tomar medidas para controlar ese uso excesivo. 

"Madre mía me da vergüenza enseñártelo", "Esto tiene que ser mentira", "Seguro que me deje el móvil encendido anoche" ... Estas fueron las reacciones de muchos de ellos cuando pedíamos que consultaran el tiempo de uso de su móvil. Todos superaban con creces la media española, alcanzando hasta las 14 horas de uso diario del móvil. 

Carla alcanzó un tiempo de uso diario del móvil de 13 horas y 52 minutos P.R.

Todos estos estudiantes sí compartían una característica en común: ninguno de ellos había oído hablar de centros de internamiento y desintoxicación para frenar la adicción a redes sociales. Clínicas donde internan a jóvenes, de sus mismas edades, durante meses por el uso excesivo de las redes sociales y el teléfono móvil. Personas que sufren y cuyas vidas se ven alteradas por ese uso descontrolado, que no pueden evitar porque les genera placer. 

La XIII encuesta sobre alcohol y drogas de España, el uso adictivo de internet afecta al 3,7% de la población española entre 15 y 64 años. En el año 2021, se registraron 4.052 admisiones a tratamiento por adicciones comportamentales en España, de las cuales 3.520 fueron de hombres y 528 de mujeres, según revela el estudio realizado por el INE en colaboración con el Ministerio de Sanidad (2021). De todas estas admisiones el 10,2 % de ellas, 412 admisiones, fueron por el uso compulsivo de internet, móviles, redes sociales y videojuegos. 

Estas personas, con una edad media de 21 años, pidieron ayuda para tratar esta adicción porque había derivado en problemas de salud mental, conflictos familiares, conciliación del trabajo e incluso problemas económicos. 

Gráfico de admisión a tratamiento por adicciones comportamentales en 2021 P.R.

Una tendencia que solo va al alza, ya que en 2023 cerca de 4000 personas iniciaron un tratamiento por adicciones sin sustancia en España. 

Internar a jóvenes 

En España hay más de 100 centros que tratan la adicción digital. Estos centros están repartidos entre las distintas comunidades autónomas y son de varios tipos, tanto de internamiento como de día. 

En Dosrius, un municipio español situado en las afueras de Barcelona, se encuentra uno de los mejores centros de desintoxicación de toda Europa, por sus tratamientos avanzados y su gran infraestructura: Clínica CITA. 

Instalaciones Clínica CITA en Barcelona Clínica CITA

Un centro de internamiento donde se tratan todo tipo de adicciones, ya sean con o sin sustancia. Una clínica donde ya han internado a personas con adicción a las redes sociales. 

Dirigido por el Dr. Josep María Fábregas Pedrell, recientemente galardonado como mejor psiquiatra de Europa en referencia al tratamiento de adicciones, en los premios European Awards in Medicine 2023, celebrados en París el pasado noviembre. 

Dr. Josep María Fábregas, director y psiquiatra en Clínica CITA Clínica CITA

EL ESPAÑOL ha tenido la oportunidad de conocer más en detalle su trayectoria profesional. Además del centro y los tratamientos que siguen para completar la desintoxicación digital. 

El Dr. Fábregas explica que, en relación con los casos de adicción digital, ya sean a redes sociales, móvil o juegos, solo reciben los casos más extremos. 

Apunta que este tipo de adicciones normalmente se dan en adolescentes y suelen tratarse en centros de día o con tratamientos ambulatorios, para salvaguardar el que sigan estudiando y sigan viviendo con sus familias. Por ello colaboran con centros como Desconecta o Amalgama 7 que se dedican a esto y afirma que "los resultados son muy esperanzadores". 

"Nosotros solo intervenimos en situaciones límites". La necesidad de internar a un adolescente en el centro de desintoxicación y cortar de raíz su conexión tecnológica, viene dada en los casos donde realmente "hay una alteración grave de la conducta y difícilmente se puede resolver de manera ambulatoria". Por desgracia en algunos casos esto ocurre y tienen que ser internados. 

En la clínica de media hay entre 80 y 90 pacientes internados al año. El año pasado de estos 90 pacientes, 12 de ellos eran adolescentes con adicción a las redes sociales y móviles. Un dato que va en aumento año tras año. 

Paso a paso, hasta el internamiento 

En el 80% de casos es el entorno familiar quien pide ayuda. Sólo un 20% de los pacientes se dan cuenta de que han perdido una serie de relaciones, de contactos y hacen una crítica. Sin embargo, al intentar poner remedio por sí mismos a este problema, borrando y desapareciendo de las redes sociales, aparece un nuevo fenómeno: la agresividad. "Ya no solo es una agresividad verbal, también entra la rotura de cosas y aversiones de palabra o de hechos contra sus personas más cercanas". 

Los pacientes que acuden a CITA para tratar su adicción a las redes sociales, en su mayoría son jóvenes diagnosticados y derivados de centros de día o familias desesperadas. En la clínica analizan el comportamiento de ese posible paciente, centrándose en su conducta. "Si una persona escoge algo y no puede soltarlo, aún entendiendo que no le conviene y que le está haciendo daño, ahí es cuando debemos intervenir" remarca el Dr. Josep María Fábregas. 

Instalaciones exteriores de la clínica Clínica CITA

Cada adicto, en este caso al entorno digital, sigue un tratamiento individualizado, personal y específico. Fábregas ha determinado tres factores fundamentales a tener en cuenta, a la hora de escoger el tratamiento idóneo para este tipo de adicción. En primer lugar, el entorno familiar: "No tiene nada que ver alguien que tenga una buena relación con su familia, que siga su recorrido escolar, o alguien que esté absolutamente fuera de todo esto. No es lo mismo. Hay demasiadas diferencias".

La edad sería otra razón clave y por último el factor "por qué": "Hay gente que es adicta por dependencia, otros por necesidad, por pertenencia a un grupo, por distraerse, para evitar sufrimiento... y hay que saber diferenciarlo".

Una vez escogido el tratamiento y determinado el perfil del paciente, se procede al ingreso. La primera medida es la abstinencia, esto quiere decir eliminar de raíz de la vida del paciente el contacto con móviles y redes sociales. "Se debe provocar una perspectiva donde se pueda ver aquella acción desde un ángulo diferente, que no es desde dentro. Y eso es indispensable que sea mediante el alejamiento del estímulo que provoca esa reacción. Y así, entender cuáles son las necesidades y las debilidades, y por qué hay ese uso equivocado". 

Habitación estándar en el centro de internamiento y desintoxicación CITA, en Barcelona Clínica CITA

Muchos de estos pacientes también necesitan medicación para poder combatir contra el proceso traumático de este alejamiento tecnológico. Muchos pacientes desarrollan estrés, ansiedad e incluso problemas para dormir. 

El periodo de internamiento para desintoxicarse de las redes sociales y el móvil suele durar aproximadamente entre uno y tres meses, dependiendo de la gravedad del caso: "Tres meses es un tiempo razonablemente suficiente para que alguien rompa esta inercia, supere ese proceso inmediato y pueda continuar desde fuera".

Durante la estancia los pacientes realizan sesiones individuales con el equipo de profesionales de la clínica (psiquiatras, psicólogos y socioterapeutas), sesiones grupales donde conocen a otros pacientes y actividades en plena naturaleza. 

El Dr. Fábregas asegura que lo bonito de las sesiones grupales es que los pacientes se dan cuenta de que no están solos, que no son los únicos que luchan contra su problema de adicción tecnológica. En el centro hay gente que hace tiempo que ha entrado, y compartir su experiencia ayuda a los recién llegados. "El otro día en una de las sesiones grupales oía decir a un paciente: "A mí me pasaba lo mismo, pero cuando me he dado cuenta de que he tenido una oportunidad de volver a ser yo mismo, me he liberado", y con ese testimonio no se dio cuenta de la ayuda que estaba proporcionando a sus compañeros". 

Equipo de profesionales que trabaja en Clínica CITA en Barcelona Clínica CITA

Una vez terminado el tratamiento y el periodo de ingreso, CITA proporciona un cuidado personalizado de mantenimiento para evitar cualquier recaída posible. 

Riesgos de no tratarse 

Pablo Llama psicólogo en Proyecto Hombre, un centro especializado en adicciones, afirma que las redes sociales están diseñadas para que sean muy atractivas y que nos inviten a usarlas, y esto "ha generado que se desarrollen conductas adictivas o abusivas al utilizarlas". 

Entre los adolescentes y jóvenes esta conducta abusiva se ha desarrollado en mayor medida. La mayoría de ellos no son conscientes de este comportamiento y de cómo afecta a su vida cotidiana. Nunca recurrirían a profesionales y centros de ayuda para tratar este problema. Esto puede conllevar riesgos tanto para su salud mental como física. 

Pablo Llama, psicólogo en Proyecto Hombre Clínica CITA

Se señala que uno de los problemas más graves, en opinión de los expertos, es la pérdida de capacidad para llevar a cabo tareas sin depender de esa 'muleta', que en este caso serían las redes sociales o el móvil. Cuando una persona desarrolla un comportamiento adictivo, tiende a ser una forma de afrontar una situación que percibe como extremadamente desafiante.

Por ejemplo, si alguien se siente deprimido, puede descubrir que pasar tiempo en una red social, publicando contenido o interactuando de manera excesiva, le brinda un alivio temporal. Esta conducta puede volverse más compulsiva con el tiempo, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una adicción. 

Pablo Llama se muestra preocupado ante los posibles riesgos. Según su experiencia, esta conducta adictiva suele surgir de la necesidad de buscar consuelo emocional: "Si no se aborda este patrón, es probable que la persona dedique más tiempo a la red social, descuidando otras áreas de su vida y sintiéndose incapaz de tener éxito en otros aspectos". 

Completa que la verdadera preocupación radica en lo que la persona deja de hacer: evitar enfrentar ciertas situaciones o emociones y recurrir exclusivamente a la conducta adictiva, lo que impide la oportunidad de experimentar el éxito en otras áreas de la vida. 

En Proyecto Hombre la estructura para tratar este tipo de adicción está por definir, debido a su carácter novedoso. Según explica Pablo Llamas, existe cierto debate con respecto a los métodos de tratamiento. Las redes sociales son muy numerosas, cada una de ellas funciona de distinta manera y atrae a un público diferente. Es por esto, que "en cada una de ellas habría mayor capacidad modificativa a la hora de elegir su tratamiento correspondiente".

Este reportaje pertenece a la serie elaborada por los alumnos del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela, en su 1ª edición. Una investigación de semanas realizada para sus Trabajos de Fin de Máster.