El boliviano Álex se encontraba en un bar este domingo mientras que Iván, de 17 años, y su novia, Sonia, de 16 años, luchaban por seguir vivos en la UCI del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, tras haber sufrido un terrible atropello con su patinete eléctrico, a manos supuestamente de este ciudadano de Bolivia al volante de una furgoneta Peugeot Partner.
Así lo ha reconocido Álex en la Ciudad de la Justicia donde según fuentes judiciales, este conductor ha alegado que el pánico -supuestamente- le empujó a dejar tirados a dos menores de edad, desangrándose sobre el asfalto de la Avenida de la Ñora, en plena madrugada de este domingo: "No paré porque me dio miedo, no porque fuese bebido".
Tal sensación de temor le llevó a adoptar una conducta vergonzosa e ilegal, pero Álex ha asegurado que los remordimientos le empujaron al día siguiente a entregarse a la Policía Local de Murcia, cuando un dispositivo policial sumaba casi doce horas tras su pista. Una decisión trascendental que adoptó nada menos que en un bar: "Estuve toda la noche intranquilo, no podía dormir, y a la mañana siguiente hablé con un amigo que tomó una cerveza. Entonces, mi amigo me dijo de ir a la comisaría y nos fuimos".
Álex G.B., de 48 años, apareció por el cuartel de La Alberca durante el mediodía del domingo, acompañado de un abogado, para hacer constar que se entregaba voluntariamente y el Juzgado de Instrucción número 4 de Murcia le ha dejado en libertad con cargos. Desde este lunes, vuelve a respirar aire fresco fuera de los calabozos, con la única obligación de comparecer periódicamente y la prohibición de salir del país, como investigado por dos delitos de lesiones imprudentes y denegación de auxilio.
"Las familias de las dos víctimas están indignadas con este auto de libertad", subraya Verónica Ene, abogada de la pareja de novios que sigue en la UCI: Iván, de 17 años, y Sonia, de 16 años, ambos estudiantes del Instituto Miguel de Cervantes. "Este hombre no se habría entregado de no ser por la presión mediática cuando se informó del atropello: el domingo se estaba tomando una tapa y una cerveza tranquilamente", tal y como reflexiona la letrada. "La enseñanza que sacamos consiste en que una persona puede atropellar, darse a la fuga y salir libre de un juzgado".
Verónica Ene avanza que va a recurrir el auto de libertad, para solicitar el ingreso en prisión provisional de Áléx: "Uno de los argumentos que vamos a exponer es que existe riesgo de fuga porque no ha entregado su contrato de trabajo al juzgado, para justificar su arraigo en España, y cuando se produjo el atropello de los dos menores, ya demostró su intención de sustraerse de la acción de la Justicia porque huyó de la zona".
Álex ha reconocido a la magistrada que la noche del siniestro vial, iba al volante de una Peugeot Partner, de color blanco, que le habían "dejado" para hacer "unos mandados" y se dirigía de vuelta al domicilio que comparte con un amigo. Durante su declaración en sede judicial, donde se ha negado a contestar a las preguntas de la abogada de las dos víctimas, este boliviano ha remarcado que cuando se adentró por la Avenida de la Ñora "iba un poquito cansado" -al volante de una furgoneta prestada-.
Las cámaras de seguridad de una vivienda le grabaron circulando por la citada avenida a la 1.18 de la madrugada del domingo. A esa hora, Iván, de 17 años, llevaba en su patinete eléctrico a su novia, Sonia, de 16 años, para trasladarla desde el Rincón de Beniscornia donde habían cenado juntos, hasta la casa de los padres de la chiquilla en La Albatalía.
El trayecto que separa ambas pedanías murcianas no llega a los 4 kilómetros y la pareja de adolescentes incumplió la Ordenanza Municipal de Movilidad de Murcia, ya que no permite que haya más de un ocupante por vehículo de movilidad personal (VMP). Los dos circulaban a bordo de un patinete Cecoted Bongo Serie 7, con manillar reflectante y luces delanteras y traseras, sin embargo, eso no evitó que el 112 recibiera una llamada a la 1.22 del domingo: "En Rincón de Beniscornia, se reportó que una furgoneta arrolló a un patinete y se dio a la fuga".
Álex ha ofrecido este lunes una versión opuesta -según fuentes judiciales-. En concreto, culpa a los menores de edad del accidente y rechaza el relato de Erik, el padre de Iván, y Miguel, el padre de Sonia, los cuales denuncian que la furgoneta que conducía este boliviano, colisionó por detrás contra el patín, atropellando a los adolescentes y arrastrando sus cuerpos contra el asfalto durante quince metros. Prueba de ello es que la misma cámara que le grabó a la 1.18, le volvió a filmar a la 1.32 por la Avenida de la Ñora, circulando en dirección contraria sin un embellecedor, es decir, huyendo del lugar donde se acababa de producir el siniestro vial.
Pero Álex rechaza ser el causante de este terrible accidente de tráfico y descarga toda responsabilidad sobre los chiquillos: "Yo iba por mi carril, normal, de pronto sentí un golpe en el cristal frontal del lado izquierdo y antes del impacto no escuché nada".
Tal afirmación de este empleado del sector agrícola, supone que fueron los menores de edad los que chocaron contra su furgoneta cuando se adentraron por la Avenida de la Ñora. Valga como botón de muestra que Álex afirma dos veces que no se enteró de que se había llevado por delante los cuerpos de Iván y Sonia: "Ese sitio es muy oscuro, hay muchas curvas, es un poco peligroso y antes no había escuchado nada". De forma que ha relatado a la magistrada que siguió circulando, hasta que le empezó a dar vueltas a la posibilidad de haber colisionado contra algo o contra alguien:
"No sabía qué pensar y continué circulando. Más adelante, unos diez minutos después, empecé a tener curiosidad de lo que había pasado. Regresé [a la Avenida de la Ñora] y vi que había gente en la carretera, con una persona que estaba en el suelo y gente reunida. Iba rápido, me entró miedo y me marché. Todo lo vi muy rápido. Me entró miedo de que la gente pudiera tomar represalias". Nada más lejos de la realidad, ya que los vecinos solo bajaron de sus casas al escuchar un gran estruendo y se ocuparon de hacer lo que no hizo Álex: llamar a una ambulancia y socorrer a los menores.
El Ministerio Público no ha solicitado el ingreso en prisión del sospechoso tras haberle hecho unas preguntas en su turno para interrogarle. El fiscal ha insistido en dos cuestiones con este inmigrante que se gana la vida como jornalero de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT). La primera: si no escuchó el impacto contra un patinete eléctrico, ocupado por dos adolescentes. Y la segunda: porqué huyó del lugar del siniestro vial. Así ha respondido: "No vi nada antes del impacto. No paré porque tenía miedo. Después sentí curiosidad por saber qué era lo que me había golpeado y entonces regresé [a la Avenida de la Ñora]".
Álex ha apelado al "miedo" hasta la extenuación, para justificar su decisión de huir del lugar de un accidente en el que dos menores de edad se debatían entre la vida y la muerte. Incluso ha sido capaz de afirmar a preguntas de su abogado que se fugó porque temía que le robasen los vecinos que auxiliaron a la pareja de novios: "Llevaba 2.600 euros en efectivo. No me paré porque tenía miedo de que pudieran robarme [...]".
La abogada de la acusación particular, Verónica Ene, ya está preparando su recurso para solicitar el ingreso en prisión del conductor, ante el contenido de las explicaciones que Álex ha ofrecido al Juzgado de Instrucción número 4 de Murcia: "Creo que es necesario reformar la legislación vial porque esta decisión judicial de dejarle en libertad es decepcionante para la sociedad, ya que se premia una conducta como la omisión del deber de socorro a dos víctimas de un atropello que eran menores de edad".