El presunto espía español sonríe junto a Zhanna Nemtsova, hija del opositor ruso Boris Nemtsov.

El presunto espía español sonríe junto a Zhanna Nemtsova, hija del opositor ruso Boris Nemtsov.

Reportajes

"Pablo González es espía, estoy segura al 100%", denuncia la destacada disidente rusa Nemtsova

La hija del opositor asesinado Boris Nemtsov sostuvo ante la BBC que el periodista español se infiltró en su círculo para poder extraerle información.

2 septiembre, 2024 03:14

"No tengo ninguna duda de que era un espía. Estoy segura al 100%", afirmó con firmeza Zhanna Netmsova, hija del líder opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado en 2015, sobre Pablo González. El español fue arrestado en Polonia en 2022 por supuesto espionaje, cuando cubría como periodista el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania; hasta que fue liberado en agosto de 2024 como parte de un importante intercambio de prisioneros entre los rusos y otros países de Occidente.

Ese mismo intercambio, que incluyó a varios disidentes rusos encarcelados, llevó al hispanoruso de regreso a Moscú, donde fue recibido con honores, apareciendo en imágenes estrechando la mano de Vladimir Putin en un acto público. Nemtsova, quien ahora reside en Europa tras el asesinato de su padre, un conocido opositor del Kremlin, afirmó que comenzó a tener sospechas de las "extrañas actividades" de González en 2019, aunque lo conocía desde 2016.

Según relató recientemente a la BBC, González se había acercado a ella por primera vez en Estrasburgo, durante un evento relacionado con la investigación del asesinato de su padre. Allí, el periodista, de origen español pero con raíces rusas, le pidió una entrevista para un periódico del País Vasco. Aunque en un principio rechazó la propuesta, dice que Pablo González logró, con el tiempo, integrarse en su entorno, asistiendo a eventos a los que ella acudía, grabando entrevistas y relacionándose con otros activistas opositores.

"Al principio, me mostré reticente, pero él fue persistente. Pronto se convirtió en una figura recurrente en los círculos en los que me movía", explicó Nemtsova. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, comenzó a notar comportamientos que le parecieron sospechosos. "Compartí esas sospechas con algunas personas, pero me dijeron que estaba exagerando, que era paranoia", recuerda Nemtsova, rememorando esos momentos de duda. "Pero estaba completamente en lo cierto", añadió, justificando su decisión de hablar públicamente ahora. "La amenaza no es algo que solo se lea en los libros o se vea en películas. Es algo muy real y muy cercano".

La detención de González

Pablo González, nacido en Rusia como Pavel Rubtsov, se trasladó a España con su madre en 1991, tras la caída de la Unión Soviética. Su abuelo había sido evacuado a la URSS durante la Guerra Civil Española, lo que permitió que tanto él como su madre obtuvieran la ciudadanía española. Con el tiempo, González se formó como periodista y comenzó a trabajar como freelance, principalmente para medios en español, cubriendo conflictos en Nagorno-Karabaj, Ucrania y Siria.

Su carrera, sin embargo, dio un giro drástico en 2022 cuando fue detenido en Przemysl, en el este de Polonia, mientras cubría el inicio de la invasión rusa de Ucrania. Las autoridades polacas lo acusaron de espionaje, alegando que había estado recopilando información sensible para el gobierno ruso. Según la versión oficial, González había sido observado durante varios años antes de su detención, y su actividad se intensificó con la escalada del conflicto en Ucrania.

Durante su tiempo en prisión, González fue mantenido en aislamiento, y la información sobre su caso se mantuvo en secreto, generando especulaciones y controversias en torno a su figura. Mientras tanto, en España, su esposa lideraba una campaña para su liberación, argumentando que su detención era un error judicial y que González era simplemente un periodista cumpliendo con su deber.

Pablo González con el político opositor ruso Iliá Yashin (2º por la derecha). Ambos serían intercambiados el 1 de agosto de 2024.

Pablo González con el político opositor ruso Iliá Yashin (2º por la derecha). Ambos serían intercambiados el 1 de agosto de 2024. Redes.

Las acusaciones

Zhanna Nemtsova, quien aportó pruebas de las actividades de González como parte de la investigación criminal, dice no tener dudas sobre su culpabilidad. Aunque por razones legales no puede compartir detalles específicos debido a un acuerdo de confidencialidad, afirmó a la BBC que esas pruebas eran concluyentes. "Lo que vi no deja lugar a dudas. Estaba recopilando información y reportándola a las autoridades rusas", aseguró.

Los informes descubiertos por los investigadores polacos incluían detalles meticulosos sobre los movimientos, contactos y perfiles de varios activistas opositores rusos en Europa, incluidos aquellos cercanos a Nemtsova. Uno de estos informes, según se supo, estaba relacionado con un ciudadano polaco, mientras que otros incluían información sobre estudiantes de una escuela de verano de periodismo dirigida por Nemtsova.

Además, los investigadores encontraron correos electrónicos que González había copiado de un portátil que se le había prestado. Aunque no se sabe a quién enviaba estos informes, se incluyeron detalles como los gastos de transporte y lo que las personas mencionadas comían durante sus reuniones. En algunos casos, los informes incluían preguntas añadidas por un superior, pidiendo más detalles.

El pliego de cargos oficial acusaba a González de espionaje, acusándolo de proporcionar inteligencia, difundir desinformación y realizar reconocimientos operativos para la inteligencia militar rusa, el GRU. Aunque algunos informes parecían descuidados, con información obtenida de fuentes abiertas, Nemtsova insiste en que las actividades de González eran serias y peligrosas.

Regreso a Rusia

El regreso de Pablo González a Moscú tras su liberación en el intercambio de prisioneros fue un acontecimiento cuidadosamente orquestado. A su llegada, fue recibido como un héroe, lo que levantó aún más sospechas sobre su verdadero papel en los eventos que condujeron a su arresto, especialmente en España.

Imagen extraída de un medio de comunicación ruso en la que Pablo González aborda el avión en Ankara que le llevaría hasta Moscú.

Imagen extraída de un medio de comunicación ruso en la que Pablo González aborda el avión en Ankara que le llevaría hasta Moscú.

En una aparición televisiva en un canal controlado por el Kremlin, González, ahora identificado como Pavel Rubtsov, fue visto paseando por un suburbio de Moscú, rememorando su infancia en la ciudad. En sus declaraciones, negó todas las acusaciones en su contra y aseguró que había sido víctima de presiones y amenazas por parte de las autoridades polacas. "Me amenazaron y me presionaron", afirmó. "Pregunté: '¿Qué hice?' y ellos respondieron: 'Tú lo sabes'. Pero no lo sabía".

A pesar de sus declaraciones públicas, muchos en Europa y España siguen creyendo que González era, de hecho, un espía. Incluso algunos de sus antiguos conocidos, como Ilya Yashin, un destacado activista opositor ruso que también fue liberado en el intercambio, han expresado su sorpresa al enterarse de su doble vida. "Nunca sospeché de él, pero ahora todo tiene sentido", comentó.

El impacto en Europa

El caso de Pablo González ha tenido un profundo impacto en Europa, especialmente entre los círculos de activistas y disidentes rusos que residen en el continente. La revelación de que uno de los suyos había estado informando a las autoridades rusas durante años ha generado una ola de desconfianza y miedo.

En 2018 y 2019, la fundación que Nemtsova dirige en honor a su padre invitó a González a Praga para dar una conferencia sobre periodismo de guerra. Ahora, los medios checos han informado de que la academia local podría haber sido "infiltrada" por espías rusos, lo que ha llevado a que algunos cuestionen la seguridad de las instituciones educativas en Europa.

Un estudiante de doctorado, Aliaksandr Parshankou, envió una carta a la facultad de Artes de la Universidad Carolina de Praga, sugiriendo que la Fundación Nemtsov podría representar una amenaza para la seguridad nacional de la República Checa. Aunque Parshankou admite que no tiene pruebas concretas, sus comentarios han avivado el debate sobre la seguridad de los disidentes en Europa.

Nemtsova, por su parte, ha calificado estas acusaciones de "infundadas y manipulativas". Sin embargo, reconoce que el episodio ha cambiado su perspectiva sobre la seguridad en Europa. "Soy una víctima de espionaje", afirmó. "Esto puede suceder a personas como yo, pero eso no significa que representemos una amenaza para la República Checa".

Un futuro incierto

El futuro de Pablo González sigue siendo incierto. Aunque España no priva de la ciudadanía a quienes son sospechosos de espionaje, González tendría que solicitar nuevamente su pasaporte español si quisiera regresar al país. Sin embargo, parece improbable que lo haga mientras exista un caso abierto por espionaje en la Unión Europea.

En cuanto a su vida en Rusia, algunos expertos sugieren que González podría terminar convirtiéndose en una figura pública en los medios controlados por el Kremlin, siguiendo los pasos de otros espías desenmascarados que han adoptado roles similares. Otros creen que podría intentar rehacer su vida lejos del foco público, aunque sus opciones serán limitadas.

Zhanna Nemtsova, por su parte, ha reforzado su cautela y medidas de seguridad tras este episodio. "Ahora siempre pienso en la seguridad", confiesa. "Pensaba en mi seguridad antes, porque me fui de Rusia. Pero no pensaba en la seguridad en Europa. Ahora, por supuesto, lo hago, y soy más cuidadosa".