A la izquierda, Kamala Harris. A la derecha, Donald Trump.

A la izquierda, Kamala Harris. A la derecha, Donald Trump.

Reportajes

Las petroleras con Trump, las tecnológicas con Kamala: así donan las grandes fortunas de EEUU

La campaña de la demócrata ha recibido más dinero de pequeñas donaciones que la del republicano, más dependiente de las aportaciones de multimillonarios.

2 septiembre, 2024 03:14
Nueva York

A falta de menos de tres meses para las elecciones estadounidenses, Donald Trump y Kamala Harris tienen muy claro a quién pedir dinero para financiar el último sprint de sus campañas: el republicano arrasa entre las petroleras y las energéticas mientras que la demócrata tiene en Hollywood y Silicon Valley decenas de fortunas dispuestas a soltar cheques.

Una de las peculiaridades del sistema electoral de EEUU es la libertad para donar dinero a campañas políticas de cualquier tipo. Mientras que en Europa las candidaturas se financian con dinero público, repartido según los resultados previos, en el país norteamericano no hay límites a la hora de poner dólares por un candidato concreto.

¿Una petrolera interesada en recibir el visto bueno a un proyecto de extracción en Texas? Financia una campaña estatal. ¿Una tecnológica que busca recibir incentivos fiscales para establecerse en California? Lo mismo. Por ello, no es de extrañar que en los meses previos a los comicios estadounidenses, las grandes fortunas del país destinen importantes cifras de dinero a financiar las campañas de los candidatos.

 La demócrata cuenta entre sus principales donantes a nombres muy populares como el cofundador de Netflix, Reed Hastings, quien además fue uno de los primeros donantes que presionó para la retirada de Biden. También figuran Melinda French Gates y Michael Bloomberg, todos ellos vinculados al sector tecnológico o del entretenimiento.

Por su parte, los apellidos de los donantes de Trump son mucho menos populares y ligados al sector de la banca y la energía, como Timothy Mellon, heredero de uno de los imperios bancarios y empresariales de EEUU, o Kelcy Warren, presidente de la gasística Energy Transfer Partners.

Los mas estratégicos aportan donaciones a ambos lados para evitar futuras enemistades. Incluso reparten dinero entre varios candidatos durante las primarias de cada partido, pero en una campaña tan polarizada como la que enfrente a Harris y Trump las diferencias entre sectores son abrumadoras.

Hay pocos límites respecto a las donaciones políticas en EEUU y la mayoría de las regulaciones se refieren al uso de esos fondos por parte de las campañas, motivo por el que Trump fue precisamente condenado este mismo año. Sin embargo, los equipos están obligados a declarar todas las donaciones recibidas a la Comisión Electoral.

Kamala Harris durante un discurso en Wisconsin.

Kamala Harris durante un discurso en Wisconsin. Reuters

Harris suma 250 millones más en donaciones

Según la última declaración registrada, del 31 de julio de 2024, la campaña de Harris ha recaudado 516 millones de dólares hasta julio de 2024. Una cifra que incluye los fondos de cuando Biden era candidato a pesar de que Trump lo ha recurrido a la Comisión Electoral Federal (FEC) sin vistas de conseguir que prospere, ya que es un movimiento permitido al mantenerse ella en ambas candidaturas.

Desde que lanzó su campaña en julio, apenas 100 días antes de las elecciones, Harris ha recaudado al menos 200 millones de dólares más, poniéndose muy por delante de su contrincante. Por su parte Trump, quien partía con ventaja respecto a Biden hace tan solo un mes, ahora cuenta con 268 millones de dólares, unos 250 menos que Harris.

Trump, cheques del petróleo

En 2016, cuando lanzó su primera candidatura, Trump hizo precisamente de su autosuficiencia monetaria uno de sus principales argumentos: "Estoy usando mi propio dinero. No estoy recurriendo a los grupos de presión. No estoy recurriendo a donantes. No me importa. Soy muy rico", presumió durante el discurso con el que en 2015 lanzó su candidatura en la torre Trump de Nueva York, cuando pocos confiaban en verle en la Casa Blanca.

Ahora, casi una década después y en su tercera candidatura presidencial, el magnate no se opone a recibir donativos. De hecho, gran parte de su actual campaña está siendo financiada por un un único donante: Timothy Mellon, heredero de uno de los imperios bancarios y empresariales más grandes del país, quien según la revista económica Forbes ha entregado más de 115 millones de euros a su campaña.

Mellon, cuya fortuna familiar que se remonta a los tiempos de la Guerra de Secesión e incluye inversiones en empresas como Alcoa, Chevron, Heinz y US Steel, entregó en mayo un cheque de 50 millones después de que Trump fuera condenado por sobornar en 2016 a una actriz porno con dinero de campaña.

Entre otros multimillonarios que han apoyado a Trump también destacan Kelcy Warren, presidente ejecutivo de EnergytransferPartners; Diane Hendricks, fundadora de la empresa de suministros ABC Supply y Tim Dunn, un empresario del sector petrolero con enorme influencia en el estado de Texas.

A todos ellos se suma el que, sin duda, es su apoyo más mediático: Elon Musk, propietario de la red social X (antiguo Twitter) y fundador de empresas punteras como Tesla y Space X. Sin embargo, no hay registros que indiquen que Musk haya invertido grandes cifras dinero en la campaña de Trump, para quien ha fundado un comité de acción política (PAC). 

Donald Trump durante un discurso ante la Guardia Nacional en Detroit.

Donald Trump durante un discurso ante la Guardia Nacional en Detroit. Reuters

"No voy a donar 45 millones a Trump", respondió el magnate recientemente al ser consultado por el asunto. "Estoy haciendo algunas donaciones a America PAC, pero a un nivel mucho mas bajo", aclaró.

Si se analiza el flujo de donaciones por sectores, las principales industrias interesadas en la victoria de Trump son: la petrolera/gasística, la manufacturera, la construcción y los transportes, de acuerdo con la plataforma Open Secrets, que rastrea las donaciones de cada campaña. Esos cuatro sectores suman más de 50 millones de dólares en aportaciones.

Por su parte, Kamala Harris recibe fundamentalmente el apoyo monetario de los siguientes sectores: finanzas, abogacía, editorial y tecnológico, con más de 70 millones aportados entre los cuatro.

Harris: Wall Street y Hollywood

La candidata demócrata, por su parte, arrasa en Wall Street. Más de 100 capitalistas de riesgo firmaron una carta el 31 de julio respaldando la candidatura de Harris y comprometiéndose a votar por ella. Entre las firmas destacaban multimillonarios como el empresario Mark Cuban, el inversor Vinod Khosla y el fundador de Lowercase Capital, Chris Sacca.

En California, su lugar de nacimiento, Harris también recibe importantes donaciones de las dos industrias más potentes de la Costa Oeste: la tecnológica y el entretenimiento.

Biden atrajo inicialmente a multimillonarios como el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman, y Michael Bloomberg, quien además de ser alcalde de Nueva York durante una década (2002-2013) compitió contra Biden y Harris en las primarias demócratas de 2020. A través de la sociedad Bloomberg LP, el magnate ha depositado ya 19 millones en la campaña demócrata, más que ningún otro donante demócrata.

En junio, también cuando Biden era aún candidato, un grupo de pesos pesados del mundo del entretenimiento se reunió en un auditorio de Los Ángeles para escuchar al actual presidente y a Barack Obama. Julia Roberts y George Clooney estuvieron entre los asistentes. De ese evento, muchos salieron con dudas sobre las aptitudes físicas y mentales de Biden, pero al mismo tiempo dejaron 30 millones en donaciones.

Peor una vez que Harris asumió la candidatura, el histórico vínculo de Hollywood con el Partido Demócrata salió notablemente reforzado. Los demócratas han sumado apoyos de otros empresarios como Reed Hastings, cofundador de Netflix. El gigante del entretenimiento ha dejado ya 5 millones de dólares en donaciones para Harris.

Lo mismo sucede al norte, en la bahía de San Francisco. Las tecnológicas de Silicon Valley apoyan fundamentalmente a Harris. Microsoft, Google y Amazon han destinado en torno a 3 millones cada uno a comités demócratas, mientras que sus donaciones a los republicanos están por debajo del millón. También universidades de prestigio como Stanford, Harvard y UCLA aportan muchos más fondos a los demócratas.

La vicepresidenta estadounidense y candidata presidencial demócrata Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, en un mitin en Eau Claire.

La vicepresidenta estadounidense y candidata presidencial demócrata Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, en un mitin en Eau Claire. Reuters

La letra pequeña

Según las normas electorales, las donaciones deben realizarse a través de los Comités de Acción Política (PAC por sus siglas en inglés), organizaciones privadas que se fundan con el fin interferir en las elecciones y alentar o desanimar ciertas leyes.

Trump cuenta con tres grandes comités: "Donald J Trump for President 2024", "Make America Great Again" y "Save America", este último también encargado de recolectar fondos para sus batallas legales. Por su parte, la campaña de Harris se financia fundamentales mediante el recién registrado "Harris for President" pero también recibe fondos de "Future Forward USA" y "American Bridge 21st Century".

Los mas críticos consideran que este sistema perpetúa una corrupción institucionalizada y genera una influencia directa entre las empresas privadas y los candidatos. Es decir, dinero fácil a cambio de favores políticos. Sin embargo, los defensores argumentan que ningún ciudadano tiene imposibilitado contribuir a una campaña, incluso con pequeñas donaciones.

Entre los pequeños donantes (menos de 200 dólares), Harris se impone a Trump. Los comités de la demócrata han recaudado el 41% de sus fondos (209 millones) gracias a contribuciones pequeñas, mientras que en el caso de los republicanos las pequeñas donaciones suponen el 31% de sus recursos (83 millones).

Además de tener en cuenta estos registros, en las campañas electorales también influye lo que se conoce como outside money (el dinero de fuera), es decir las inversiones realizadas por grupos de interés para favorecer a un candidato concreto organizadas de manera independiente y sin interferir en la campaña. Es una zona gris y difícil de rastrear.

Según Open Secrets, Trump se beneficia de este zona menos controlada con más de 310 millones de dólares invertidos en acciones a su favor, mientras que Harris cuenta con unos nada desdeñables 257 millones de dólares de "outside money".

Y esas inversiones, a falta de unos 60 días para los comicios del 5 de noviembre no harán más que aumentar, como también el gasto de las campañas en anuncios de televisión, carteles publicitarios y acciones en redes sociales, donde el origen del dinero y la repercusión es tremendamente difícil de rastrear.