Martín, el policía local apaleado por un padre y su hijo al separar una pelea de instituto: "Me hicieron 3 fracturas en la nariz"
- Eduardo Muñoz Simó, abogado del progenitor: "En ningún momento, mi representado agredió a nadie, y cuanto menos, le produjo esas lesiones".
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Martín es un buen policía local porque a diario trata de "ayudar" a los vecinos de Cuevas del Almanzora y de contribuir con su trabajo a que "prospere" su pueblo. Este agente mantiene intacta su vocación de servicio, a pesar de que el lunes 11 de diciembre de 2023 vivió en primera persona "una pérdida de respeto" al uniforme que luce con tanto orgullo. Aquel día, Martín sufrió una doble agresión: primero, a cargo de un adolescente, y tras acabar su turno, a manos del padre de ese mismo joven.
"He estado de baja desde el 11 de diciembre de 2023 hasta el 4 de marzo de este año porque me tuvieron que operar en enero de tres fracturas en la nariz", según resume Martín, sobre las secuelas físicas que ha sufrido a sus 48 años, a raíz del episodio más duro que le ha tocado vivir tras sumar un cuarto de siglo sirviendo como agente de la Policía Local de Cuevas del Almanzora. "Me he reincorporado voluntariamente porque no quería seguir parado y dándole vueltas a la cabeza en mi casa".
Pero lo cierto es que el asunto es un buen quebradero de cabeza para Martín, tal y como refleja la documentación de la doble causa judicial a la que ha accedido EL ESPAÑOL. De momento, el joven de 18 años que agredió a Martín, cuando estaba de servicio, ya ha sido condenado a 6 meses de cárcel, a pagar una multa con una cuota diaria de 6 euros durante un mes y 160 euros de responsabilidad civil. Todo ello, tras reconocer los delitos de atentado a agente de la autoridad y lesiones, debido a que existe un vídeo que prueba la autoría de su ataque contra este policía.
Próximamente, será juzgado el padre del adolescente para el que la Fiscalía pide una pena de 4 años de cárcel y que encima es compañero de este agente, ya que también trabaja para el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora. "Me lo cruzo todos los días porque trabaja en el área de Obras y Servicios", tal y como confirma el propio Martín. "En su momento, solicité una orden de alejamiento que está en vigor".
De manera que el progenitor del joven condenado, no puede acercarse a este policía local, a pesar de que ambos trabajan en el mismo Ayuntamiento de este pueblecito almeriense de poco más de 15.000 habitantes. En caso de infringir esa orden de alejamiento, el cabeza de familia agravaría su situación judicial ante la Fiscalía que pide condenarle a dos años de cárcel, por atentado a agente de la autoridad, y a otros dos años, por lesiones. "Me rompió la nariz", insiste Martín.
La historia de esta rocambolesca doble agresión paterno-filial, a un miembro de la Policía Local de Cuevas del Almanzora, se remonta al turno de trabajo que Martín tenía asignado el lunes 11 de diciembre de 2023. Aquel día, Martín debía supervisar la salida de los alumnos del Instituto Jaroso y regular el tráfico de la zona. A priori, nada problemático, pero a las 14.30 horas, un par de alumnas comenzaron a zurrarse, en medio de un gran corro de estudiantes donde solo se escuchaba jalear la violencia como hacía el público del Coliseo en la antigua Roma: "¡Pelea!"
En el vídeo que figura en este reportaje y que está incluido en el proceso judicial, se aprecia cómo Martín es agredido por un adolescente cuando está junto a otro policía local, tratando de separar a las dos chicas. El citado joven se encuentra entre la muchedumbre, y de repente, Martín lo agarra para separarlo, y empieza a recibir un gancho de derechas tras otro, hasta enlazar tres, mientras los propios alumnos no dan crédito al giro que ha dado la pelea entre las estudiantes.
- Alumnos: ¡Eh, eh, eh! ¡Qué se encara con el policía! ¡Dios! ¿Qué le pasa? ¡Qué se pega con el policía! La ha 'cagao'. Ese la ha 'cagao'…
El atestado de la Guardia Civil hace mención a la agresión entre las estudiantes del centro: "En la zona de salida del instituto, se inicia una pelea entre dos alumnas, con gran agresividad, acompañada de un gran tumulto donde actúan los agentes de la Policía Local […]. Consta que tras intentar separar a las alumnas entre empujones y zarandeos, el policía local número 'X' recibe un empujón y varios puñetazos en la cabeza, provocando la caída del agente al suelo, produciéndose lesiones en la oreja izquierda y contusiones en el cuello".
El agresor tenía 18 años y no contento con este episodio que protagonizó de atentado a agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones, posteriormente, junto a su padre, se plantaron en dependencias policiales dando gritos y buscando a Martín. Una vez allí, la Guardia Civil expone que el progenitor quiso saldar cuentas pendientes como se hacía en el far west: "Pasado un rato, nuevamente, los agresores se personan en la Jefatura de Policía Local, en busca del agente agredido, manifestando varias amenazas tales como: 'Esto no va a quedar así'".
En ese momento, Martín se encontraba en el servicio de urgencias del centro de salud del pueblo, curándose de las heridas que había sufrido por los ganchos de boxeo que le dio un joven, por el simple hecho de hacer su trabajo y mediar en una pelea entre alumnas de Educación Secundaria. "Yo no conocía de nada a ese chico", tal y como asegura este agente, de 48 años, al tiempo que afirma que nunca había tenido una intervención policial contra este adolescente que era alumno del IES Jaroso. "Creo que las dos chicas que se estaban peleando eran amigas de su novia".
Martín no le dio más importancia a este encontronazo, más allá de hacerse el correspondiente parte de lesiones en acto de servicio. De modo que al terminar su turno, aquel lunes 11 de diciembre, se fue con su esposa y su hermano para ayudar en la mudanza de casa de sus suegros. El problema es que la vivienda estaba a unos metros del domicilio del adolescente que le había pegado y este policía local fuera de servicio, volvió a recibir una paliza. "El padre estaba en la puerta de la casa, con otros familiares, y en cuanto me bajé del coche: me pegó, sin mediar palabra".
La versión de este experimentado agente, casado y con dos hijos, viene corroborada en el atestado de la Guardia Civil donde también se hace constar que los familiares del padre y el hijo vendieron cara la detención de ambos, por atentado a un policía local: "El agente fuera de servicio, se desplaza con su vehículo particular y su remolque, a casa de su suegro para realizar una mudanza de muebles […]. Nada más llegar a la vivienda, es agredido nuevamente por el padre del alumno agresor […]".
"En la tarde de ayer, se monta un dispositivo conjunto con patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local, al objeto de proceder a la detención de los agresores, padre e hijo. La fuerza actuante es recibida en la vivienda por una multitud de familiares y allegados, entorpeciendo su detención. Se procede al traslado de ambos al cuartel de Cuevas de Almanzora, para la instrucción de diligencias, y nuevamente, una multitud de familiares se agolpan en la puerta del cuartel, insultando y entorpeciendo el tráfico [de vehículos] en la calle".
La Guardia Civil recalca que hubo que negociar con los allegados de los agresores para despejar la zona: "Tras mediar con los familiares, se consigue desalojar la puerta del acuartelamiento para proceder a la detención de los autores del atentado. En el día 12 de diciembre de 2023, el policía local agredido se persona en dependencias oficiales, procediendo a su toma de declaración como perjudicado, haciendo entrega de los partes médicos y su baja para el servicio, siendo su pronóstico: fractura de nariz, lesión en el ojo izquierdo y hematomas en el cuello".
Martín ofrece esta versión ante el Instituto Armado: "Una vez finalizado mi servicio, sobre las seis de la tarde, en compañía de mi mujer y de mi hermano, nos desplazamos a la vivienda de mi suegra, con la intención de realizar una mudanza, motivada por una grave enfermedad de mi suegro y los cuidados que necesita con urgencia".
"Se da la circunstancia de que la vivienda de mis suegros está a una distancia de unos 20 metros de la vivienda del agresor. Una vez que llego al lugar con mi vehículo y mi remolque, me apeo del mismo y sin mediar palabra, soy nuevamente agredido por el padre del alumno, acompañado de varios familiares, siendo golpeado con los puños en la cabeza y el cuerpo, sufriendo nuevas lesiones […]".
- ¿Le habían pegado en alguna otra ocasión a lo largo de su carrera policial?
- Martín: Llevo 25 años trabajando en la Policía Local de Cuevas del Almanzora. Esto nunca se lo espera uno. A veces, puedes decir que son gajes del oficio, pero primero un hijo y luego su padre, pues… Y encima, el proceso judicial se demora tanto que parece que la gente cree que no les pasará nada. Esto lo único que ocasiona es que se produzcan más agresiones [a agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad].
- En un pueblo tan pequeño, como Cuevas del Almanzora, y siendo uno de sus agresores empleado también en el Ayuntamiento, ¿usted ha tenido algún otro problema con el adolescente que le pegó o con su padre?
- Con ellos, tengo contacto cero. Cuando pasan por la calle, ni me miran, y yo tampoco. Lo que quiero es que pase cuanto antes el proceso judicial para pasar página.
De momento, no hay fecha para la vista oral que se celebrará durante 2025. El empleado de Obras y Servicios que agredió a Martín, estando fuera de servicio de la Policía Local, será defendido por el letrado Eduardo Muñoz Simó. "En ningún momento, mi representado agredió a nadie, y cuanto menos, le produjo esas lesiones", tal y como sostiene el abogado. "El autor de los hechos fue su hijo, el cual ya fue juzgado y condenado por dichas lesiones atribuidas erróneamente a mi cliente".
La Fiscalía no solo pide 4 años de prisión para este empleado municipal, también le reclama que indemnice al policía local con 10.091 euros por las lesiones que le causó. Pero el letrado del bufete Simó Abogados Penalistas, con despachos en Madrid, Murcia y Águilas, avanza que se opondrá a desembolsar un solo euro, en base al mismo argumento: el hijo de su cliente es el único autor de una agresión que ya se juzgó, siendo condenado al pago de 160 euros.
"Estoy disconforme con lo correlativo al Ministerio Fiscal, pues los actos realizados por mi representado no son constitutivos de delito alguno, ya que nuestro representado no es el autor de los hechos que se relatan, pues los acontecimientos que son objeto de acusación ya fueron juzgados y condenados", según insiste Eduardo Muñoz Simó. "Sin delito y sin autor, no pueden coexistir circunstancias que alteren la responsabilidad y así debe entenderse respecto al delito objeto de acusación".
El juicio se prevé intenso porque declararán varios testigos, unos a favor del policía local, y otros, a favor del empleado de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora. Martín solo espera que "se haga Justicia", para seguir con su vida y con su trabajo.
- ¿Por qué se hizo policía local?
- Martín: Era una profesión que me gustaba desde que era un crío. Hice las oposiciones de la Policía Local porque mi hermana mayor me presentó la solicitud. Ella se había presentado dos veces a la Policía Nacional antes de ponerse a estudiar la carrera de Magisterio. Lo que más valoro de mi trabajo es poder hacer cosas por los demás. El respeto se ha perdido, antes había respeto y educación ante el uniforme de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, pero ahora, los policías estamos desamparados.