Carlos Jordán es conocido en el ámbito almeriense por ser un agro influencer. Tiene más de 25.000 seguidores en su cuenta de TikTok, que abrió un día tras hacerse viral en Facebook por echarles sandías a los cerdos. "Las sembró un amigo y se las pagaban a seis céntimos el kilo. Me dijo que se las echara, y a mí del coraje que me dio la historia fui y lo grabé en vídeo". El boom en esa red social fue tal que se animó a abrirse una cuenta en TikTok, en la que cuenta su día a día batallando como agricultor. El año pasado él también echó a las cabras toda su producción de calabacines: las que había sembrado en dos hectáreas junto a su mujer, también agricultora. "No me da la gana de que otros ganen dinero a mi costa, con mi trabajo". Ni a él, ni a otros muchos agricultores. 

El almeriense tiene 33 años y es natural de Láujar de Andarax, un pequeño pueblo en la Alpujarra, aunque está afincado en Alcolea. Lleva dedicándose vocacionalmente al campo desde el año 2012. Y el otro día le volvió a dar mucha rabia cuando le llamó su amigo y le dijo que las 2,5 toneladas de pimientos, tras rechazárselas un comprador, se las llevó a otro: le ofreció comprárselos por tan solo 0,88 euros el kilo.

"Cuando me contó el precio y que encima lo marearon... Es que ya son hasta las maneras de tratarte cuando te ofrecen esos precios tan bajos, es que vamos a pérdidas, muy por debajo de los costes de producción", explica a EL ESPAÑOL.

Su amigo "que estaba igual de cabreado" no quería significarse, pero sí protestar por lo que estaba pasando. Así que le confió el camión cargado de pimientos y se lo llevaron "al campo de otro amigo, que tiene un montón de cabras". Los animales volvieron a comer... y lo hizo todo mientras se grababa en vídeo explicando los motivos. La noticia la recogió Almería 24hTV.

"Este es el coraje. Si es la ley de la oferta y la demanda, ¿por qué cojones llega al mercado con otros precios? Porque luego esos pimientos se venden en el supermercado a más de 2,5 euros. Y en Alemania, entre 5 y 8 euros, que me han mandado a mí las fotos con los precios. ¿Quién se lleva el dinero?", se pregunta.

Este año Carlos, conocido en TikTok como @CortaCurro, ha sembrado pimientos de la variedad lamuyo, los de color rojo, y berenjenas. "Tiene mucha tela que te paguen entre 20 y 60 céntimos el kilo y luego lo veas en el super a más de dos euros. Pero es lo que hay, así que yo no ganaré dinero, pero otros con mi trabajo tampoco". Lo dice con conocimientos de causa: el año pasado estuvo a punto de tirar la toalla. No lo hizo, pero acabó vendiendo las dos hectáreas que sembró de esos calabacines con los que también se alimentaron las cabras. 

Esta campaña, en principio, tiene visos de mejora. "El calabacín y el tomate se están pagando algo mejor, y como ahora abren la importación, subirán los precios", dice con resignación. Subraya que no entiende "cómo de una semana a otra te hacen una bajada de entre 30 y 40 céntimos, por ejemplo, para los tomates. Ahora se venden a 0,80 euros, pero hace dos semanas estaban a 0,30, cuando al consumidor le llegan más o menos siempre al mismo precio de 2,5 euros".

-¿Le gusta ser agricultor?

-Me gusta, es vocacional, pero te llevas muchos disgustos.

Carlos coge carrerilla y comienza a enumerar: "Que si las plagas, los precios de las semillas, los tratamientos fitosanitarios, que están por las nubes... Los últimos cuatro años los costes de todos estos gastos se han triplicado o cuatriplicado, y los precios a los que vendemos los agricultores son más o menos los mismos". Se mire por donde se mire, las cuentas les salen en negativo.

Por no hablar, asevera, "de las sandías", puntualiza. "A los agricultores de Almería y de otras zonas nos hacen un daño tremendo las sandías que vienen de Marruecos y de Senegal, que no siguen ni el mismo método ni los mismos controles a la hora de tratarlas en el campo. Compiten con ventaja con respecto a nosotros". El año pasado, su amigo David, como otros muchos, "las acabó regalando. Y esto, señores, es lo que hay", ultima.