La de PLD Space parece una historia sacada de alguna de esas compañías tecnológicas americanas de las que todo el mundo ha oído hablar y que terminan adaptándose a un documental. Pero sucede en España. Comienza con un par de amigos de Elche (Alicante) que, en su juventud más pretérita y todavía sin haber terminado los estudios, aprovechaban su poco tiempo libre para aprender las bases físicas y químicas de los cohetes. El final todavía no se ha escrito, pero como dijo su presidente ejecutivo en su última intervención: "Queremos apuntar a la Luna y no quedarnos mirando el dedo". Y la expresión fue literal.
Con motivo del primer aniversario del exitoso despegue inaugural del cohete Miura 1 desde Huelva, la compañía espacial ha celebrado recientemente el evento Beyond_ en sus nuevas instalaciones en Elche, su ciudad. Durante casi dos horas, dieron a conocer sus planes más inmediatos con el lanzador Miura 5 y también otros a medio y largo plazo con los que pretenden "liderar la soberanía tecnológica de Europa".
Miura 5 es el próximo cohete de PLD Space en enfrentarse al espacio. Se trata de un lanzador relativamente pequeño que se encuentra en un "estado avanzado de desarrollo", tal y como aseguró Raúl Torres, CEO y cofundador de la compañía, a EL ESPAÑOL. Parte de los sistemas ya se encuentran en las instalaciones que tienen aledañas al Aeropuerto de Teruel, donde realizan las pruebas de encendido y algunas estructurales.
Este modelo será la punta de lanza comercial de la compañía, fundada en 2011 por Raúl Torres y Raúl Verdú, y promete levantar el vuelo por primera vez en algún momento entre finales de 2025 y principios de 2026. Con este fin, PLD Space se encuentra inmersa en una importante inversión económica para la construcción de la infraestructura necesaria para llevar a cabo la fabricación, las pruebas, la integración de los componentes y, finalmente, el lanzamiento desde la Guayana Francesa.
En lo relativo al medio plazo, Torres mostró al mundo la nueva familia de cohetes Miura Next. Tienen previsto comenzar a realizar pruebas a finales de esta misma década y el objetivo puesto en acaparar todo tipo de cargas —por tamaño y peso— que actualmente se lanzan al espacio. La guinda del pastel del evento fue la presentación del proyecto Lince, una nave espacial tripulada diseñada para "transferir carga o personas a la Luna", aseguró Torres durante su intervención pública.
De Elche al mundo
"No teníamos ninguna experiencia en el mundo aeroespacial, yo estudié industriales", comentó a EL ESPAÑOLRaúl Verdú, director de desarrollo de negocio y cofundador de PLD Space, en una entrevista en 2023. En 2011, cuando crearon la compañía, ya comenzaban a despuntar algunas estadounidenses como SpaceX, que más tarde se convertirían en gigantes, y la filosofía del new space se expandía a lo largo y ancho del planeta
La única aproximación de España al mundo de los cohetes la ejecutó el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) desde finales de los años 60 hasta mediados de los años 90, con lanzamientos desde El Arenosillo (Huelva), la misma ubicación que hace un año protagonizó el despegue de Miura 1. Y siempre bajo el paraguas del Ministerio de Defensa.
El primer paso de Los Raúles, como se les conoce dentro de la compañía, fue pedir financiación pública para desarrollar un motor. El propósito era aproximarse a un lanzador de satélites que ellos ya tenían en mente y por el que estaban dispuestos a dejarse la piel en los años venideros.
Los primeros pasos del Miura 1 estuvieron marcados por el escepticismo de una industria espacial todavía acostumbrada a los grandes players que aglutinaban la práctica totalidad de los contratos. "Nadie creía que lo pudiéramos conseguir", explicó Verdú en esa misma conversación. Pero tras ejecutar de forma correcta el primer encendido del primer motor en 2015, la compañía "pasó al siguiente nivel".
PLD Space fue consiguiendo inercia a medida que recaudaba financiación. La primera ronda se cerró recogiendo 18 millones de euros, lo que les dio un importante balón de oxígeno para afrontar el diseño y fabricación de Miura 1. El desarrollo de este cohete fue el gran escaparate de la compañía hacia el mundo y consiguió colocar a Elche como uno de los polos aeroespaciales con mayor proyección de Europa.
Sin embargo, el verdadero empujón internacional lo consiguieron hace justo un año. Tras algunos intentos de lanzamiento frustrados —bien por meteorología o por un pequeño error técnico en la última décima de segundo—, el Miura 1 despegó desde las instalaciones del INTA en Huelva en la madrugada del 7 de octubre de 2023. El cohete siguió el plan de vuelo establecido por PLD Space en dirección al océano Atlántico, alcanzando una altitud máxima de 46 kilómetros y cayendo en la zona estipulada.
El éxito en el primer vuelo no es algo común en la industria aeroespacial, menos todavía en la de los cohetes. Por poner un ejemplo, SpaceX consiguió un lanzamiento satisfactorio a la cuarta, aunque su objetivo era mucho más ambicioso para las primeras misiones queriendo colocar cargas en órbita.
Por su parte, el foco de Miura 1 era mucho más conservador y pretendía validar el propulsor y sistemas esenciales como el de navegación y guiado. También sirvió para recopilar una importante cantidad de telemetría que los ingenieros de la compañía estudiaron detenidamente en las semanas posteriores.
"Obtuvimos datos del vuelo, el feedback de la trayectoria seguida y también de la salud de todos los sistemas y subsistemas del lanzador", contó Raúl Torres. "Una de las cosas que nos ha servido mucho, ahora que estamos en el barro absoluto de Miura 5, ha sido los datos de la aerodinámica, tanto de ascenso como de descenso".
Otra de las lecciones aprendidas en Miura 1, y que tendrá reflejo en Miura 5, es "lo que se conoce como desalineación de empuje", explicó Torres. En el primer lanzamiento, ocurrió este fenómeno por el cual existe una componente de empuje lateral con relación al eje axial del cohete. "Era mínima, pero durante el vuelo hacía que el Miura 1 fuese girando".
"Eso lo vimos luego en el procesador de datos" y los ingenieros averiguaron que había ocurrido en los trabajos de integración del motor respecto a la estructura. "Es una cosa que para Miura 5 la hemos solucionado y, si no hubiéramos tenido Miura 1, lo habríamos experimentado en el siguiente lanzamiento".
La autopercepción de seguridad respecto a la tecnología desarrollada es plena en PLD Space. Antes y después del exitoso lanzamiento de Miura 1, desde la compañía hablaban de la posibilidad de lanzar una segunda unidad de este mismo modelo para continuar afinando sistemas y procedimientos. Ahora, el segundo ejemplar se encuentra museizado y expuesto en el vestíbulo de las nuevas instalaciones.
El Miura 1 cuenta con 12 metros de largo por 70 centímetros de diámetro que se reparten las casi 3 toneladas de masa en el momento de despegue. El pequeño de la familia, y que muy probablemente no volará nunca más, tiene una carga útil no desplegable de unos 100 kilogramos y dispone únicamente de una etapa de propulsión.
Del Miura 5 al Miura Next
El Miura 1 es tan sólo un pequeño aperitivo del cohete Miura 5. Este lanzador, ya con carácter y propósito comercial, cuenta con 35,7 metros de alto por 2 metros de diámetro, una carga útil de hasta 1.040 kilogramos y un par de etapas de propulsión.
En una entrevista anterior, Torres aseguró que alrededor del 80% de Miura 5 tiene su base en Miura 1. Y, además, tiene previsto que la primera etapa sea completamente reutilizable a medida que vayan pasando los primeros lanzamientos. "Si no eres capaz de recuperarlo, nuestra visión es que vas a estar fuera del mercado", explicó su compañero de batallas Verdú.
Miura 5 está fabricado en aluminio y fibra de carbono y sus motores —cinco en la primera etapa y uno en la segunda— emplean queroseno para funcionar. En la actualidad, compañías como SpaceX utilizan metano para alimentar sus propulsores y otras, como la española Pangea Aerospace, apuestan por esta misma molécula para el futuro más inmediato.
Preguntado por esta cuestión, Raúl Torres es muy claro respecto al combustible a bordo. "Nosotros preferimos seguir con el camino del queroseno, es el más utilizado en la historia de la astronáutica". Entre las características positivas de este componente se encuentran algunas que son esenciales para PLD Space. "Tiene un muy buen compromiso entre rendimiento y simplicidad a la hora de utilizarlo, el metano es criogénico y tiene la capacidad de fugar mucho".
"Pese a que tiene un beneficio en prestaciones, realmente [el metano] tiene la complejidad de su densidad". Su masa molecular tan reducida hace que el metano que sea muy poco denso, lo que conduce a tener que diseñar cohetes más grandes para albergar la misma cantidad de combustible y, por tanto, lanzadores que a la postre son más pesados. "Ese balance también lo hemos analizado y, verdaderamente, creemos que el camino del queroseno es el adecuado".
El desarrollo del lanzador ha ido de la mano de la nueva generación de motores denominados TEPREL-C. "TEPREL es el acrónimo del primer proyecto que ganamos Raúl [Verdú] y yo [Raúl Torres] del CDTI [Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación]". La que protagoniza Miura 5 es la cuarta versión del propulsor. "Es un diseño propio y ha sido concebido para poder fabricarse en serie", recalcó Torres. "Esto nos permite tener una cadencia de producción suficiente para cubrir todos los lanzamientos previstos".
El Miura 5 podrá poner en órbita satélites que van desde un cartón de leche hasta un coche pequeño. Por ejemplo, los sensores de observación de la Tierra o plataformas para telecomunicaciones. Estas cargas irán integradas en la cofia del cohete —la parte más superior— que mide 5,5 metros de alto y 2,2 de diámetro. Sin duda, la del despliegue de los satélites es una de las fases más complejas de todo el vuelo, tanto desde el prisma técnico como del compromiso comercial con la compañía que ha contratado el vuelo.
El funcionamiento de la cofia pasa por proteger en el momento del lanzamiento la carga que va en su interior y, una vez en el espacio, un sistema neumático abre por la mitad la carcasa. De su correcta ejecución depende el éxito o fracaso de la misión encomendada y PLD Space ya ha realizado pruebas en una unidad prototipo.
Los planes de la compañía en cuanto a la fabricación de Miura 5 son muy claros. Las instalaciones recién estrenadas tienen la capacidad de producir 6 cohetes completos al año. La primera unidad tiene previsto despegar desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou (Guayana Francesa) a finales de 2025, aunque posiblemente este vuelo inaugural termine ejecutándose en algún momento del primer trimestre de 2026.
La compañía se encuentra ahora mismo trabajando en las instalaciones que tendrán en ese territorio de ultramar, donde el Miura 5 se terminará de integrar tras realizar un viaje en barco en dos piezas. Desde este puerto espacial, cualquier misión puede enfrentar diferentes tipos de misiones comerciales en órbitas heliosíncronas, polares, ecuatoriales... "Todo se puede lanzar desde Kourou".
En cuanto al número de lanzamientos comerciales de este cohete, desde PLD Space indican que pretenden ejecutar 5 durante el año 2026. El número irá creciendo, tal y como afirmó Verdú, con 10 despegues en 2027, 16 en 2028, 24 en 2029 y 30 en 2030.
El siguiente paso de los ilicitanos toma un cariz tan ambicioso como diferente respecto a lo que habían señalado desde la compañía en los últimos tiempos. "Desde PLD Space queremos liderar el segmento espacial en Europa", prosiguió Verdú justo antes de dar la bienvenida a la nueva familia de cohetes bautizada como Miura Next.
El planteamiento de Miura Next está alineado a lo que vemos en la actual industria espacial de lanzadores medios, pesados y superpesados. Dispone de una versión base con un propulsor central al que se van añadiendo boosters para incrementar la capacidad de elevar carga hacia el firmamento.
El modelo intermedio incorpora un par —a cada lado del núcleo— y la más potente dobla el número de boosters hasta acoplar 4, con un esquema similar al lanzador Ariane 64. Esto proporcionará a la compañía la capacidad de satisfacer la práctica totalidad de las necesidades actuales para colocar cargas en órbita y también más allá.
"Es una familia de lanzadores para los próximos 10 años, que permitirá cubrir el 100% de la capacidad de lanzamiento doméstica de cualquier país del mundo, a excepción de Rusia y China", apuntó Torres en la conferencia. "Eso es algo que muy pocos países del mundo ha planteado".
El Miura Next tendrá 60 metros de altura por 3,5 de diámetro y estará propulsado por dos etapas alimentadas por queroseno y oxígeno líquido. La estructura, al igual que su hermano Miura 5, se realizará en aluminio y material compuesto. En el apartado de los motores es donde llegan la diferencia, ya que se trata también de una nueva familia.
"Serán motores de ciclo cerrado ricos en oxígeno y combustión escalonada", explicó Torres. "Es un nuevo tipo de tecnología necesaria para cohetes pesados y superpesados" y que tiene el propósito de aprovechar la totalidad del combustible que se lleva a bordo.
En su configuración no recuperable, el Miura Next elemental puede llevar hasta 13,5 toneladas a la Estación Espacial Internacional, situada a 400 km de la superficie de la Tierra. También 11,2 toneladas a una órbita heliosíncrona a 500 km y 4,5 a una órbita de transferencia geoestacionaria. Para cuando se lance el primer vuelo en el año 2030, es muy probable que la ISS se encuentren en periodo de desmantelamiento, pero el nuevo cohete de Miura se podrá dirigir a otras estaciones privadas como las que plantean desde Blue Origin o Axiom Space.
Uno de los temas más importantes de esta nueva propuesta de lanzadores está relacionada con el método de recuperación. Torres tomó el ejemplo de la industria aeronáutica comercial, donde la inmensa mayoría de los aviones aterrizan de una forma muy similar. "Lo que ha hecho SpaceX es mostrar la única forma de traer de vuelta los cohetes a la plataforma".
La posibilidad del regreso y posterior reutilización de la primera etapa merma la capacidad de transportar carga. PLD Space, igual que hace actualmente SpaceX, deberá emplear parte del combustible lanzado para ejecutar un reencendido que frene y controle la estructura en su vuelta a la plataforma.
Contando con esto, la versión sin boosters Miura Next alcanza 10 toneladas de carga para un vuelo hacia la ISS, 8,3 toneladas a órbita heliosíncrona y 2,9 toneladas a una geosíncrona. Después de analizar en detalle la oportunidad de desarrollar un lanzador mucho mayor, la compañía ha planteado recurrir a un sistema modular al que ir incorporando los citados boosters.
Objetivo: nave hacia la Luna
"Entre el año 2006 y 2008, hubo un proyecto europeo para el desarrollo de las capacidades tripuladas", apuntó Raúl Torres en la reciente conferencia. Se invirtió 15 millones de euros y, finalmente, "se abandonó". El hecho de dejar de lado este programa espacial tan particular se ha traducido en la dependencia máxima de la ESA de Estados Unidos (y antes Rusia) para este tipo de misiones, dejándola en una importante desventaja competitiva.
"El objetivo es proporcionar servicio de transporte espacial, más allá del 2030, para carga y para humanos", recalcó Verdú. "Eventualmente lanzándolos a órbita y trayéndolos de vuelta sanos y salvos a la Tierra".
La primera nave tripulada de una compañía privada en Europa —y, por extensión, en España— tendrá espacio para 4 o 5 asientos, según la configuración elegida para la misión, y capacidad de colocar astronautas en órbita y en una trayectoria translunar. "Para el lanzamiento utilizaremos un Miura Next, ya que el Miura 5 no es capaz", afirmó.
"Esta cápsula la diseñaremos desde el principio para tener la capacidad de transferir carga o personas a la Luna", afirmó Torres. "Esa es nuestra ambición, servir de empresa de transporte entre la Tierra y la Luna".
PLD Space tiene previsto ejecutar el primer lanzamiento orbital aprovechando el vuelo inaugural del Miura Next en 2030, si todo va según lo previsto. A bordo irán 3 maniquís instrumentados para conocer las condiciones interiores y pasarán alrededor de 3 días en el espacio. En función de las condiciones meteorológicas, la cápsula amerizará en el mar Mediterráneo o el océano Atlántico.
"Lo que queremos plantearle a Europa es que deje de comprar asientos a Estados Unidos y que los empecemos a desarrollar aquí", explicó Verdú. "Que tengamos nuestra propia capacidad de lanzamiento, algo que no quita que podamos tener colaboraciones con otras agencias".
Las estaciones espaciales comerciales serán una realidad dentro de muy poco y, tal vez, "dentro de 10 años será un negocio", recalcó. Los industria ha comenzado a realizar vuelos espaciales privados como los impulsados por la compañía Axiom, en la que participa el astronauta nacido en España Michael López-Alegría, o las realizadas por SpaceX. La última de ellas con caminata espacial incluida.
En este sentido y con la vista puesta en la Luna, el programa más avanzado al respecto es Artemis. Liderado por la NASA con participación de la ESA, pretende crear una estación espacial orbital, llamada Gateway, alrededor de la Luna como base de operaciones al satélite natural de la Tierra.
Si finalmente este proyecto se lleva a cabo, PLD Space podría acoplar su nave espacial Lince a la estación Gateway. La primera vez que veamos en acción a la cápsula será en 2025, cuando realizarán algunos vuelos de prueba para estudiar los sistemas de frenado empleando paracaídas.
Para llegar a este punto cumpliendo el calendario, la compañía ilicitana necesita que toda su cadena tecnológica funcione a la primera. El reto más inmediato es el lanzamiento de Miura 5 a principios de 2026, cuyo primer vuelo —o segundo— debe ser exitoso. Es una tarea nada fácil al tratarse de un sistema varios órdenes más complejo respecto a Miura 1. Y, partir de ese momento, comenzar a transformar en realidad todos los sueños que Los Raúles han anunciado hace unos días.