Le encanta escuchar. Desea debatir. Quieren que la convenzan. Y sí, quiere ganar hasta en el parchís, pero a Pilar Rahola, a sus 65 años, lo que más le gusta es el don de la palabra. Conjuga en todas las declinaciones posibles la palabra libertad y esa es la primera bandera que enarbola en todos los frentes que tiene abiertos. Hace unos días en un acto en La Garriga le tiraron encima pintura roja que le caló hasta los zapatos por posicionarse a favor de Israel en el conflicto de Oriente Próximo, pero como ella misma dice, “no me callarán”.

Desde que abandonó la política activa hace algo más de dos décadas ha puesto mucho énfasis en otras palabras, las impresas. Miles de artículos periodísticos y casi una treintena de libros la avalan. ¿El último? Cornèlius, el almogávar (Ed. Destino y Grup 62) con el que ha ganado el premio Prudenci Bertrana 2024. Con esta novela, la analista política nos descubre no solo uno de los períodos más desconocidos de la historia de Cataluña sino también el más exitoso. Porque, aunque muchos no lo crean, Cataluña también tuvo sus Siglos de Oro (XIII y XIV). O más bien se debería decir la corona catalana. La épica de los almogávares es espectacular.

Durante 200 años fue la infantería más importante de Europa con una capacidad de influencia y de victoria increíble. El grueso de los almogávares lo formaban catalanes, valencianos, unos pocos aragoneses y parias de las zonas turcas. Jamás perdieron una batalla. Conquistaron el Mediterráneo. Un dato curioso es que durante 50 años hubo tierras de la corona catalana en Grecia. “Era el ducado de Neopatria -apostilla Pilar- que se regía por las leyes de los Señores de Barcelona y usaban el idioma catalán. Llegan a poner el emblema de Sant Jordi en el Partenón, lo cristianizan y lo convierten en la iglesia de Santa Maria”.

Para entender la personalidad catalana uno de los principales pilares son estos sádicos guerreros a los que la mayoría de países europeos deseaban como ejército, pero siempre fueron fieles a la Corona de Aragón, es decir, los condes de Barcelona. “Lo que hemos heredado de los almogávares es nuestra capacidad de resiliencia”, asegura Pilar. Esta cualidad es inexorable para seguir luchando por una identidad catalana, por una autonomía, por una nación independiente -sostiene-.

En esta épica destaca Roger de Flor, su líder mercenario: “Fue muy famoso en Europa en crónicas alemanas y francesas durante siglos. Fue una leyenda no solo en la memoria catalana y aragonesa”, recalca la autora. Ramon Llull también es fundamental porque para los almogávares era casi un Dios, un caudillo que luchaba por sus soldados, les pagaba bien, era lo más parecido a un gran líder de hoy en día. También aparecen otros importantes personajes como Ramon Muntaner, el papa Clemente, Jaime I el Conquistador, el conde-rey Pedro II de Barcelona y III de Aragón, etc.

En la actualidad, las huellas de los almogávares siguen latentes y “son más conocidos en Grecia que en Cataluña o España porque tienen un peso histórico muy potente”. Tras el asesinato de Roger de Flor en 1305, durante dos años el ejército almogávar saqueó y mató a hombres, mujeres y niños en amplias zonas de Grecia. Por eso, en ese país “hay una famosa frase llamada ‘La venganza catalana”, apostilla la escritora, y cuando alguien la pronuncia es para desear el mal a alguien. En Bulgaria ‘hijo catalán’ y ‘catalán’ se traducen como “hombre malvado, sin alma, torturador” y Pilar Rahola hace hincapié en que en Rumanía y Bulgaria “hay una especie de coco para asustar a los niños que se llama El Catalán. Vamos, una especie de hombre del saco. Ahí radica el origen de la leyenda negra de los catalanes en la costa mediterránea.

Pilar Rahola ha investigado y escrito durante casi tres años. Sus fuentes principales son las crónicas de Bernat Desclot, Ramon Muntaner y la de algunos griegos medievales. Fiel a su estilo y rigor, los datos están contrastados tres veces. Con la misma precisión de un microscopio, durante la entrevista con EL ESPAÑOL I Porfolio disecciona la situación de Cataluña, los escándalos sexuales del emérito y la situación caliente en Oriente Medio.

P.- Hace unos días protagonizó en La Garriga cuando acudió a dar la conferencia inaugural de la Fundación Universitaria Martí l’Humà donde le lanzaron pintura roja por ser partidaria de Israel en la guerra de Oriente Próximo. ¿Qué conclusión saca una cuando prima antes la violencia que la palabra?

R.- No me sorprende en absoluto. Tengo otra mirada sobre el conflicto de Oriente Medio que no es la mayoritaria. ¿Y qué? ¿Qué les asusta? Que debatan conmigo. Si los imbéciles que vinieron me hubieran dicho que querían debatir lo habríamos hecho. Pero consideraron que era mejor matar la palabra que escucharla. Es el miedo a que mi libertad les pueda convencer.

Vivimos en un mundo en el que estamos sustituyendo las ideas por las consignas. Estamos sustituyendo las respuestas por las preguntas. Cuando vi a estos chicos desinformados e ignorantes, que no saben casi nada de política exterior, pero creen que lo saben todo, consideraron que la mejor forma de avanzar para la paz y la comprensión era tapándome la boca. Mi único objetivo fue mantenerme firme. Ellos habían venido para que yo no pudiera hablar y yo quería hacerlo. Pedí a la gente que se quedara, me lavé la cara, me dejaron un suéter y di la conferencia. Nunca puedes permitir que la intolerancia gane. Y eso para mí es lo máximo. 

Pilar Rahola posa con su nuevo libro.

Pilar Rahola posa con su nuevo libro. Joan Gálvez EL ESPAÑOL

P.- ¿Ha tenido otros incidentes parecidos?

R.- Bueno, he tenido amenazas de la extrema derecha y de la extrema izquierda. Vivimos un momento en el que las posiciones más violentas de los dos extremos están creciendo. Hay un discurso muy agresivo de la de extrema derecha y otro igual de agresivo de la extrema izquierda, pero parece que siempre nos olvidamos de esta parte. Me considero una guerrera de la palabra y me peleo donde haga falta. La amo, amo no tener razón, me gusta que me convenzan. Sin embargo, me doy cuenta que cada vez es más difícil mantener esas posiciones radicales en favor del debate. En libertad puedes opinar lo que te dé la gana.

P.- ¿Su valor nace desde la cuna?

R.- Vengo de una familia resiliente como los almogávares. La virtud que ha quedado de los almogávares en la historia de Cataluña es justamente la resiliencia. He levantado la bandera y, en mi caso, otras banderas, como la de la libertad de expresión. Tengo muchas causas, pero la primera enmienda es mi patria y no me la pueden invadir. Mi libertad, mi free speech es sagrado y si me tiran pintura, me la limpiaré. Lo tienen jodido conmigo.

P.- La vida de su familia es la historia del sufrimiento.

R.- (Asiente con la cabeza) Vengo de una familia que sufrió los dos extremos y esto me sitúa un poco. Mi tío abuelo abuelo, Carles Rahola, fue el primer fusilado de Franco, la primera condena a muerte que firmó en 1939, aunque habría otras sin firmar. Él protagonizó el primer juicio militar y lo condenaron a muerte. A mi abuelo le intentó matar la FAI (Federación Anarquista Ibérica). Ambos eran buenos hombres, intelectuales, republicanos, cultos, decentes, catalanistas, que amaban el país y la democracia, pero fueron exterminados por los extremos de derechas y de izquierdas. Esos embriones creo que están muy activos hoy en día.

P-. Desde el 1-0 ha llovido mucho. ¿Considera que conseguir una fiscalidad especial para Cataluña pone fin al pulso entre la Cataluña separatista y el gobierno de España?

R.- Esto nunca fue verdad. No, no y no. Pedro Sánchez es el tipo que sonríe más cuando engaña a los catalanes. Es la sonrisa de la mentira permanente. Es el trilero mayor del reino. Nos enseña la bolita una y otra vez, va enseñando siempre la misma bolita y vamos comprándola. Parte de lo que ahora plantea ya se dio en el 2008, por eso es una tomadura de pelo permanente. Lo que ocurre es que hay opciones geopolíticas que no porque no lo sepan, sino por intereses tácticos, compran la bolita. Pero esta nunca existió. Lo que no entiendo es que luego en Madrid esto lo conviertan en un gran debate que también eso es falaz. Nadie, nadie, nadie en Cataluña se cree nada de la fiscalidad singular ni de los que la firmaron. Por supuesto, Illa se ríe de todos nosotros cada día desde el Palau de la Generalitat. 

P.- Igual con el PP se consiguen más cosas. 

R.- Desde luego yo no sé Feijoo qué va a ser, pero de momento desde una distancia ideológica inmensa le tengo respeto porque nunca nos ha mentido. Pedro Sánchez nos ha mentido, y mucho. Como catalana, tengo mis propios intereses, observo a los dos a ver quién nos va a mentir menos y quién va a cumplir más. Al final estoy hasta las narices de esa idea de que los socialistas son mejores para Cataluña que los del PP. Nos han jodido igual a lo largo del tiempo. De hecho han gobernado más que el PP y nos han jodido más. El único pacto que se compró fue el del Majestic con Aznar, que es un ogro, pero es el ogro que cumplió. Sánchez no cumple. Aquellos que defendemos los intereses y derechos de Cataluña estamos jodidos para unos o para otros, y algunos nos han engañado más. No puedo ser más clara. 

P.- Se pone seria cuando empezamos a hablar de Puigdemont. “El president”, pronuncia de forma seria. ¿Cuándo fue la última vez que le vio?

R.- En septiembre, pero hablamos ayer. 

P.- Y dígame, cuando dio el discurso el pasado 8 de agosto en el Arc del Triomf de Barcelona tras siete años sin pisar suelo catalán, ¿no cree que si se le hubiera querido coger se habría hecho? Todo parecía tan fácil…

R.- Sinceramente, no. Esto lo desmiento rotundamente porque conozco desde el principio que no hubo un pacto con los Mossos d’Esquadra. Más bien al revés. Los Mossos intentaron varias veces conseguir un pacto, pero Puigdemont y su abogado, Gonzalo Boye, se negaron en redondo a dar ninguna información, datos y hacer un pacto. Nunca hubo la intención de entregarse. Otra cosa es que se jugara con el equívoco. Cuando dices “voy a venir seguro”, la gente da por entendido que aceptarás que te detengan. Los Mossos entraron en ese ciclo global, en ese relato colectivo de que venía para entregarse. Simplemente Puigdemont venía para ejercer su derecho de estar aquí en el día del debate de investidura, no para entregarse.

Siempre ha dicho que no se va a dejar detener. Supongo que los Mossos pensaron que había que detenerlo en un momento donde no estuviera en medio de toda la gente porque cómo vas a contener a 1.000 personas. Y por tanto, pensaron en detenerlo cuando entrase en el recinto del parlamento. Yo entré, formé parte de la comitiva, me encontré con Sallent -excomisario jefe de los Mossos d’Esquadra- que estaba esperando a detener al presidente y fue algo divertido, me moría de la risa. Pensé: “Sallent se cree que Puigdemont está detrás”. De verdad, parece un juego de tontos, pero en realidad se creó un clima durante semanas en las que se creía que le iban a detener… Obviamente hubo cierta inteligencia para llevar a cabo todo. 

P.- ¿Se planeó desde hacía mucho tiempo?

R.- (Muda). 

P.- ¿Se habló mientras comíais las famosas paellas? ¿En qué consistió?

R.- (Sigue muda y sonríe). 

P.- Bueno, al menos no se lió gorda.

R.- Realmente ningún medio ha puesto el grito en el cielo por lo que hizo Puigdemont. Más bien consideran que la no aplicación de la ley de amnistía aprobada hace dos meses es un tema bastante grave. 

P.- ¿Seguís con esos encuentros alrededor de una paella?

R.- Sí, a veces. Nos gusta disfrutar un poquito, ¿no?. Te puedes reunir para hablar, cantar o las dos cosas. Somos amigos, nos queremos. 

P.- Cuando ve en titulares que le llaman la adlátere de Puigdemont y que le ven como un mesías, ¿se siente identificada?

R.- No. Lo que he visto siempre es una terrible demonización y deshumanización del personaje durante 7 años que ha llegado a niveles absolutamente grotescos. Llegará un día en que todo el mundo querrá hablar con él y, quizás, no se ponga al teléfono.

Pilar Rahola en la entrevista con EL ESPAÑOL.

Pilar Rahola en la entrevista con EL ESPAÑOL. Joan Gálvez EL ESPAÑOL

Lo han masacrado. Ha sido un proceso descarnado en el que han participado los medios con titulares tremendos. Puigdemont te puede gustar poco o mucho, pero es un demócrata, un tipo serio, cumple con su palabra, cumplió con la palabra de mantener las posiciones y, como mucho, puedes decir estás en contra de su posición. Pero personalmente me duele cuando hablan de él demonizándolo y ridiculizándolo

P.- ¿Y verle como un mesías?

R.- No, para mesías ya están Ayuso y los suyos. Los que estamos cerca de Puigdemont somos gente con un pensamiento crítico, inteligentes, nos peleamos muchas veces, no todo se lo compro y no buscamos un mesías, no formamos parte de ninguna religión. No tenemos ninguna fe dogmática, tenemos un pensamiento libre, tenemos una posición muy clara en el tema del conflicto catalán y estamos a favor de tener un estado propio. Esto no es extraño, ni surrealista, ni antieuropeo.

P.- ¿Cree que Puigdemont es el chivo expiatorio más grande que ha tenido la política?

R.- Sí, sin ninguna duda. Ningún líder político ha tenido el proceso de deshumanización que ha sufrido él. Se han llegado a niveles en los que se ha ido a por su mujer, han puesto cámaras de televisión en la puerta del colegio de sus hijos, desde luego hay mucho periodista que tendría que avergonzarse. Y, además, Puigdemont ahora es usado para atacar a Sánchez con el caso del Supremo. Es una guerra contra él. Es una guerra ideológica. Y les va bien. 

P.- ¿Cómo definiría políticamente a Puigdemont?

R.- Tiene una cabeza política muy bien puesta por como ha llevado el proceso de investidura, a él no le ponen la alfombra roja como lo hacen con Esquerra, y él tampoco las pone. Cada vez que hace algo tiene que sudarlo. Además, sabe perfectamente que cada votación tendrá que pactarla. Es un político de altura europea. 

P.- ¿A medio plazo cómo dibujaría el mapa?

R.- Depende de la decisión del Constitucional, todos los caminos pasan por Pumpido y su pelea con el Supremo. En función de cómo se resuelva ese conflicto de altura entre el Constitucional y el Supremo a raíz de la amnistía veremos cómo continuamos.

P.- De Salvador Illa no esperan gran cosa, ¿no?

R.- No. Me parece un abogado de oficio. Puede defenderte de cualquier causa. Antes estaba a favor del 155 y ahora dice que es un conciliador, que nos quiere mucho… Pues eso, abogado de oficio.

P.- Vayamos unos peldaños más arriba en el escalafón del poder. ¿Cómo vive desde la distancia lo que está ocurriendo con el emérito y Bárbara Rey?

R.- Del Borbón solo me interesa cuánto me han costado sus polvos. Quiero saber cuánto dinero de mis impuestos se pagó para sus juergas, sus orgías, sus viajes, los chalés de sus amantes, las cremitas para tener mejores orgasmos, sus pastillitas azules. ¿Qué me ha costado una vida de desenfreno y de juerga permanente con dinero público? Quiero que me explican y me devuelvan el dinero que pagó el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a la señora Bárbara Rey. Quiero recibir mi parte porque los impuestos son muy duros para los ciudadanos. Y este tipo no es que haya vivido a cuerpo de rey, ha vivido pensando que todos éramos vasallos a la usanza medieval.

Asimismo, también creo que hay un problema muy grave de que el funcionario más alto del estado vaya explicando secretos de alcoba a sus amantes. Y, finalmente, quiero saber qué pasó realmente el 23F. Que luego le gustan las tetas de Bárbara Rey, me importa un pepino. Para gustos, disgustos. Me parece bastante cachondo que sea Bárbara sea Rey y la hija se llame Sofía. Eso forma parte de la coña popular. Nos ha robado. Él que decía aquello de que somos todos iguales ante la ley. Parte del objetivo de la monarquía es perpetuarse, es como un consejo de administración, lo que pasa que los asociados son los espermatozoides.

P.- ¿Cree que Leonor reinará?

R.- España es un país extraño. Ya ha expulsado a reyes. Y no olvides nunca lo que dijo Valle Inclán a propósito de Alfonso XIII: “Al rey no le hemos echado por Borbón, sino por ladrón”. 

P.- ¿Hemos evolucionado mucho desde la época de los almogávares?

R.- El ser humano es el mismo animal de siempre, hemos evolucionado poco. Los abismos interiorices de la gente es la misma oscuridad. Todas las guerras tienen una dimensión geopolítica. La de los almogávares no se entiende si no entiendes el papel de Constantinopla, Bulgaria, la Corona catalana, los mamelucos… es una guerra geopolítica. Y ahora hablamos de lo mismo porque son geopolíticas. 

P.- Hay mucha simplificación y maniqueísmo, por ejemplo, en el conflicto de Oriente Medio o en Ucrania, ¿cómo valora la situación?

R.- Para mí, el problema más grande es cómo se está dibujando el mundo y no nos estamos dando cuenta. Hay dos grandes ejes y uno de ellos está ganando. El eje China, Rusia, Corea del Norte e Irán está reforzándose y el eje de las democracias liberales, Europa y Estados Unidos, se está desvaneciendo. Lamentablemente Estados Unidos está navegando desconcertado, tiene una crisis de identidad porque no desconoce dónde está. No se sabe cómo va a quedar conformado el planeta. En la época de los soviets era fácil, comunismo y capitalismo; después Estados Unidos fue el capitán del mundo, pasamos de lo bipolar a lo unipolar, y ahora es lo multipolar.

¿Pero quién manda? Fundamentalmente China. Es quien permite que Rusia no pierda la guerra, saben jugar las cartas, y como nosotros estamos medio tontos, están reforzando sus alianzas. Mira Irán, un régimen terrorífico apoyado por China y Rusia, por eso, Irán ayuda a Putin en Ucrania. Hay que estar alerta porque Irán acaba de comprar uranio enriquecido a Mali. Ha llegado el 60% del total. Ningún país del mundo llega a esa cifra a no ser que sea para uso militar si se tiene en cuenta que el uso energético es de un máximo del 20%. Estos son los grandes temas, es terrible lo de Gaza. Lo último que se conoce es un intento de mediación de Irán para que los hutíes del Yemen tuvieran una especie de anti buques rusos para bombardear en el Mar Rojo. 

P.- Es un tema tremendamente desconcertante.

R.- Es más complicado que nunca. No quiero que este mundo esté dominado por China. Es el peor eje de la historia, pero hoy por hoy mandan en la mesa del planeta. 

P.- Hay mucha simplificación y maniqueísmo. 

R.- Se debería ampliar el campo de visión de la lupa. El periodismo se ha convertido en Wikipedia, se mimetizan los contenidos y se simplifica de forma maniquea. Los medios fracasan profundamente en explicar los grandes conflictos. Convertir a Israel en muy malo y a los otros en muy, muy malos es no entender nada del conflicto. Pero si lo dices en alto, te cae la marabunta. 

P.- También hay que tener en cuenta el poder e influencia de las redes. 

R.- Son una de las fuentes más importantes que contaminan el ámbito de los diarios. La red es tan rápida que si uno sale con la foto diciendo que han matado a 500 personas en un hospital en Gaza, la BBC para no quedar mal lo apunta. Pero, ¿quién ha contado los muertos? ¿Realmente era un hospital? ¿Eran soldados? Después, en dos semanas se tiene que desmentir la información, pero ya es tarde, se ha instalado. La inmediatez de las redes hace que sea imposible verificar y en un combate, la verdad es la primera víctima. No puedes creerte las fuentes. En el caso de Gaza la fuente es siempre Hamás. Es posible que digan alguna verdad, pero no podemos comprarla como buena.

P.- Y, por supuesto, las fake news y la inteligencia artificial están a la orden del día. 

R.- A ver, las redes sociales son fake news permanentemente. Si ves mis perfiles en Twitter tengo tal cantidad de mentiras sobre mi propia persona que ni me conozco. Las redes son Goebblels con internet, una falsedad multiplicada y viralizada se convierte en una verdad.

La periodista y expolítica parte de la base que sobre Oriente Medio todos tienen respuesta pero, “¿hay alguien que tenga preguntas?”, incide y añade que “sobre lo que ocurre en el mundo hay mucha consigna, pancarta, ¿pero hay debate, ideas? En ese sentido soy muy radical. Si no hay un choque de argumentos, es el vacío absoluto”.