Félix Tena, en su charcutería en el Mercado de San Miguel.

Félix Tena, en su charcutería en el Mercado de San Miguel.

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Félix Tena, de fundar Imaginarium y tener 420 tiendas a abrir una charcutería tras la quiebra

Zaragoza
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Félix Tena sigue manteniendo el brillo en la mirada. Lejos de las jugueterías que llevaron su marca, Imaginarium, a ser un emblema internacional y tener cerca de 800 trabajadores repartidos en más de 420 tiendas de 20 países, ahora es el céntrico Mercado de San Miguel, en Zaragoza, el que despierta su ilusión. 

"Hace unos cuatro años vi un cartelito de ‘se vende’ y se me quedó en la retina", recuerda con una sonrisa. La gastronomía siempre le ha atraído, y el mercado le ofreció la oportunidad perfecta para coger el volante y comenzar un nuevo viaje.

'Escondido' en pleno centro de la capital aragonesa, el Mercado de San Miguel atraviesa una situación complicada desde hace varios años, pasando desapercibido para la mayoría de zaragozanos y turistas que visitan la ciudad. Pero no para Tena. "Siempre me han gustado los mercados. Son una manera de entender la ciudad, su gente, cómo vive y qué come", comenta. Para él, "este mercado no puede ser más representativo de lo que somos".

La historia de Félix Tena ha estado marcada por la creación y el emprendimiento, después de fundar y llevar Imaginarium a más de 20 países, el giro que ha tomado su vida ahora parece más personal. "Lo de Imaginarium ya no era un coche, aquello era una compañía de transportes entera", dice con una carcajada que revela lo abrumador que llegó a ser el proyecto.

Dejó Imaginarium en 2017, la empresa con grandes deudas fue vendida a un grupo de inversores, con el costarricense Federico Carrillo al frente, hasta su cierre definitivo en abril de 2024. La etapa de la juguetería para Tena ya está superada, y en vez de profundizar en el tema, pasa enseguida a su charcutería: "Aquí, en cambio, somos tres personas. No me interesa la complejidad, sino la esencia", afirma con serenidad.

Exterior del Mercado de San Miguel.

Exterior del Mercado de San Miguel. E. E.

Esa esencia de la que habla es lo que le motiva a levantar la persiana en su puesto, una charcutería que ha bautizado como 'La social'. "Los mercados en Europa se mueren, y lo hacen porque no se adaptan a lo que un consumidor actual necesita", reflexiona Tena. Pero su visión no es de una transformación radical, sino de una adaptación que respete la historia del lugar.

"Mi idea es simple: un puesto de charcutería y un taller de bocadillos. Quiero ofrecer productos locales que conozco personalmente y combinar sabores que me apasionan", comparte. Para él, este pequeño puesto es como un laboratorio donde puede experimentar con sabores y texturas, pero sin la complejidad de un gran restaurante.

Este nuevo proyecto, a diferencia de la expansión global de Imaginarium, tiene un toque más íntimo y artesanal. "He estado meses visitando agricultores, ganaderos, productores de queso y fabricantes de maquinaria", cuenta con la dedicación de quien busca los ingredientes perfectos. "Quiero respetar lo que es un mercado, pero a la vez ofrecer algo especial, una experiencia diferente. Me hace ilusión poder configurar una oferta desde cero y tener un trato directo con el cliente, algo que me apasiona", apunta, dejando claro que este nuevo ‘viaje’ tiene un sentido más personal y cercano.

Su visión va más allá de lo puramente gastronómico. Para él, los mercados son un lugar donde la ciudad y sus vecinos se encuentran y se expresan. "Son la gran plataforma para que dentro de las ciudades haya una expresión de lo que esa ciudad piensa, vive y come", dice convencido. Cree firmemente que estos espacios pueden ser el puente entre la tradición y la modernidad, siempre y cuando se adapten a las necesidades actuales sin perder su esencia.

Tena, en el interior de la charcutería.

Tena, en el interior de la charcutería. E. E.

A pesar de los años, de los éxitos y de los fracasos, Félix Tena el empresario, vuelve a ser emprendedor, un alma que no puede evitar lanzarse a nuevos desafíos. "No me interesa llegar a ningún sitio en particular. Mi objetivo no es el destino, es el propio camino. Disfruto del proceso, de crear, de moldear una marca, darle personalidad", confiesa.

Y aunque el Mercado de San Miguel no será tan grande como las más de 420 tiendas que un día gestionó, tiene claro que lo importante es mantener viva la pasión.  El fundador de Imaginarium sigue al volante, disfrutando cada giro y cada parada, no centrado en llegar al destino sino en el viaje.