Rafa Mir y Pablo Jara,  el pasado 5 de septiembre, a su llegada a los juzgados de Llíria, custodiados por la Guardia Civil.

Rafa Mir y Pablo Jara, el pasado 5 de septiembre, a su llegada a los juzgados de Llíria, custodiados por la Guardia Civil. EP / Efe

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Los policías locales al juez, sobre el 'caso Rafa Mir': "De haber detectado agresión sexual, habríamos seguido protocolos"

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Cara para Rafa Mir y cruz para Pablo Jara. Este es el resultado de la comparecencia en los juzgados de Llíria de los cuatro agentes de la Policía Loca de Bétera que a primera hora de la mañana del domingo 1 de septiembre, se personaron en el chalé con piscina que tiene el delantero del Valencia CF en la lujosa Urbanización Torre en Conill. Todo ello, tras ser reclamada su presencia por un vecino del futbolista y dos vigilantes privados, debido a que en la calle había dos chicas en ropa interior. Una de ellas, tenía 25 años, y la otra, 21 años.

"Les preguntamos en tres ocasiones, si había ocurrido algo, pero solo una de ellas dijo que había recibido un manotazo", tal y como vinieron a declarar esos cuatro agentes, según detallan fuentes próximas a la instrucción del 'caso Rafa Mir'. "De haber detectado que se había producido algún tipo de agresión sexual, habríamos seguido los protocolos, deteniendo a su responsable".

Tales palabras apuntalan la denuncia de la chica, de 25 años, que sostiene haber sufrido una supuesta agresión física y tocamientos de Pablo Jara, defensa de Tercera División y amigo del delantero del Valencia CF, durante la fiesta privada que tuvo lugar en el chalé de Torre en Conill. A esa urbanización acudió esta veinteañera, acompañada de una amiga, de 21 años, y que a la postre, denunció ser víctima de una agresión sexual cometida presuntamente por Rafa Mir.

De ahí que el balance de las declaraciones -en teoría- sea más favorable para la defensa de Mir que la de Jara. EL ESPAÑOL ha confirmado a través de las citadas fuentes que los cuatro policías locales de Bétera "ratificaron" en bloque, "cada uno con sus palabras", el contenido del atestado policial abierto a petición de la chica, de 25 años, "por un delito leve de lesiones", contra el defensa de Tercera División: Pablo Jara.

De hecho, uno de los agentes precisó que la joven, de 21 años, que denuncia a Rafa Mir, "estaba callada", debido a que su amiga, de 25 años, "era la que llevaba la voz cantante", durante aquella intervención policial en el chalé del futbolista. Allí acudieron para rematar la juerga que el delantero ché, el defensa del Alcantarilla FC y un amigo militar habían iniciado en la Discoteca Mya: una afamada sala, ubicada en la Ciudad de las Artes a la que suele acudir very important people.

A esa discoteca acudió el delantero del Valencia CF, a tomarse unas copas con el defensa del Alcantarilla CF y un militar: amigos de su infancia en la pedanía murciana de Javalí Nuevo donde se crió Rafa Mir, y a los que invitó a Mestalla, para que vieran el partido contra el Villarreal del sábado 31 de agosto. El encuentro terminó en tablas y el trío de amigos se marchó de farra a la Discoteca Mya donde conocieron a dos chicas: una de 21 años, con la que se besó Rafa Mir, y otra de 25 años, que mantuvo sexo con el jugador ché cuando llegaron al chalé de la Urbanización Torre en Conill.

Así lo afirmó uno de los policías locales que este miércoles, compareció en los juzgados de Llíria, en calidad de testigo: "Una de las chicas dijo que había tenido una relación íntima con Rafa Mir, pero había sido consentida". Tales palabras se escucharon después de que tanto los tres agentes masculinos, como la agente femenina, confirmasen que se desplazaron dos coches patrulla a la citada urbanización por la presencia en la vía pública de una joven en ropa interior: "Fuimos a un aviso por una chica semidesnuda y abrimos un atestado por un delito leve de lesiones, después de entrevistarnos con todos las personas presentes".

"Una de las chicas dijo que quería denunciar que había recibido un manotazo en la cara", según declaró uno de esos policías locales. Lo hizo en alusión a la joven, de 25 años, que mantuvo sexo con Rafa Mir y que interpuso una denuncia contra el defensa central de Tercera División, Pablo Jara, de 27 años, acusándole de tocarle el culo y los pechos en la piscina, justo antes de echarla en bragas del chalé tras darle un puñetazo.

Todo apunta a que la declaración de los cuatro agentes de la Policía Local de Bétera fue más favorable, para la defensa de Rafa Mir (Cartagena, 1997), asumida por el abogado Jaime Campaner, que para la de Pablo Jara (Murcia, 1997), ejercida por el letrado Gabriel Esturillo. Prueba de ello es que dos de los agentes confirmaron que entraron al chalé de Torre en Conill, junto al delantero del Valencia CF, para buscar al jugador del Alcantarilla CF y confirmaron que Pablo Jara se había esfumado

Un vídeo de la Urbanización Torre en Conill en Bétera.

Otro de los siete testigos que compareció en sede judicial fue el vecino del delantero del Valencia CF. Este hombre hizo la llamada a la seguridad privada de la elitista Urbanización Torre en Conill, aquella mañana del domingo 1 de septiembre, detonando el 'caso Rafa Mir' que provocó un terremoto mediático en el mundo del fútbol. EL ESPAÑOL ha podido saber -a través de fuentes judiciales próximas a la instrucción- que este señor verbalizó así el motivo por el que alertó a los vigilantes:

"Vi a dos chicas en la calle y una de ellas estaba semidesnuda". "No llevaba la parte de arriba". "Yo las vi alteradas". "Una de ellas me pidió que llamara a su padre y le contesté que mejor llamaba a la seguridad privada de la urbanización". A continuación, este vecino de Rafa Mir cogió a su perro, y se marchó a darle el tipo paseo mañanero a su mascota. "Cuando regresé a mi casa ya estaba allí la Policía Local".

Tal apreciación de que ambas veinteañeras estaban "alteradas" y una en ropa interior, apuntala la versión que ofreció este miércoles, el padre de la joven, de 21 años, firmante de la denuncia contra Rafa Mir por una doble agresión sexual -con acceso carnal-. "Mi hija estaba nerviosa cuando fui a recogerla", tal y como las citadas fuentes judiciales aseguran que relató el progenitor de esta chica, denunciante del delantero ché.

El cabeza de familia confirmó en los juzgados de Llíria que fue a buscar a su hija, de 21 años, a la Urbanización Torre en Conill. "Paré el coche para hablar con ellas sobre lo sucedido". Entonces escuchó a la joven narrar que había sido víctima de un delito sexual: "Mi hija me contó que Rafa Mir la obligó a entrar en una habitación". "Llamé a mi abogada y la llevé al hospital". Estas palabras van en línea con la denuncia que desveló este diario y donde esta veinteañera afirma a la Guardia Civil que conoció al futbolista en la Discoteca Mya. Allí se besaron y accedió a acompañarle a su chalé, con una amiga, de 25 años, y los amigos del delantero valencianista.

De camino a la urbanización, el futbolista comenzó a tontear con su amiga, de 25 años, y en el chalé se fue con ella a tener intimidad. "Rafa y 'X' se subieron a la planta de arriba de la vivienda, a una de las habitaciones a mantener relaciones sexuales consentidas", según reconoció esta chica de 21 años. "Pasada media hora, Rafa bajó a la zona donde nos encontrábamos y me cogió a la fuerza y me tiró a la piscina con la ropa puesta. Yo vestía un top negro y una falda-pantalón elástica. En cambio, Rafa iba en calzoncillos. Una vez dentro de la piscina, me cogió a la fuerza e intentó besarme mientras me cogía la cara en contra de mi voluntad".

Rafa Mir, en un partido disputado con el Valencia CF.

Rafa Mir, en un partido disputado con el Valencia CF.

"En ese instante, Rafa me cogió frente a él, agarrándome con un brazo por la espalda mientras me introducía los dedos en la vagina por un lado del pantalón que era elástico. No puedo especificar la cantidad de dedos que me introdujo. Además, me tocó todo el cuerpo en contra de mi voluntad", tal y como prosigue relatando ante los investigadores del EMUME. "Me negué en todo momento, llegando a decirle verbalmente y de forma contundente que me dejase y que no quería que hiciera eso".

"Esta agresión llegó a consumarse durante 5 minutos. Tras esto, conseguí salir de la piscina, cogí una toalla para secarme y entré a la cocina para coger mis cosas y mi teléfono". Pero no encontraba su iPhone y le pidió a su amiga, de 25 años, que lo localizase con la aplicación 'buscar mi iPhone', comprobando que el terminal se lo había dejado en la Discoteca Mya. De modo que telefoneó a su padre con el móvil de su amiga para pedirle que la recogiera. "En ese momento, me encontraba muy nerviosa, incluso me costaba respirar. Quería marcharme cuanto antes de ese lugar".

Esta denuncia vino a ser desmentida por el séptimo testigo que desfiló este miércoles, por los juzgados de Llíria, desde la nueve y media de la mañana hasta casi las dos de la tarde, en una jornada maratoniana de declaraciones. El militar que es amigo de los dos denunciados, el defensa Pablo Jara y el delantero Rafa Mir, ratificó la declaración que prestó en la Guardia Civil, donde negó que estas chicas fuesen víctimas de ninguna agresión sexual. Todo lo contrario, este miembro de las Fuerzas Armadas reiteró su testimonio prestado ante el Equipo de Mujer y Menores (EMUME).

"Una vez en la casa, las dos chicas que nos acompañaban, comenzaron a discutir entre ellas, debido a que una se había enrollado en la discoteca con Rafa y al llegar al chalé, vio cómo su amiga entraba a la casa con Rafa y se ausentaban entre 10 y 15 minutos aproximadamente. Dio por hecho que se habrían enrollado y por ese motivo comenzaron a discutir entre ellas", según declaró este militar a la Guardia Civil. "Lo que pasó entre las chicas y él fue totalmente consentido". 

La instrucción judicial del 'caso Rafa Mir' se aproxima a su momento clave, ya que próximamente declararán los dos últimos testigos, los vigilantes de seguridad de la Urbanización Torre en Conill que acudieron al chalé del futbolista. A continuación, la Fiscalía tendrá que posicionarse, solicitando -o no- la apertura de un procedimiento abreviado: el paso previo para que se juzguen las agresiones sexuales denunciadas.