El dolor de Pepe, abuelo del niño asesinado en Linares: 'El Pakillo' y su hija vivían con él y no se dio cuenta del maltrato
- "Esta misma semana, vi a Bea y a los niños con los ojos morados. Le pregunté qué les pasó y ella me contestó: 'Papá, nos hemos caído'", se lamenta Pepe en la puerta del tanatorio donde su nieto será enterrado este sábado.
- Más información: Detienen a la madre del niño de dos años asesinado en Linares "por maltrato continuado": "Estaba lleno de mordiscos"
Pepe estaba desolado este viernes, en la puerta del tanatorio de Linares, debido a que dentro se velaba el cuerpecito sin vida de su nieto, de 2 años, después de haber sido asfixiado -supuestamente- por 'El Pakillo': el hombre al que Pepe le dio techo en su propia casa, en el número 58 de la calle Áurea Galindo, a petición de su hija, Beatriz.
"Hace dos meses, mi hija, Bea, me llamó para decirme que les habían echado del piso que tenían de alquiler y se venían conmigo a vivir", según explica José Manuel Sánchez, de 53 años. "Yo le dije, pues vente conmigo, hija mía, no se van a quedar mis nietos en la calle". De modo que Pepe, como le conocen sus familiares, abrió las puertas de su casa de par en par, aceptando que también se instalara Francisco R. D., de 28 años, viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad como 'El Pakillo'.
De hecho, hace solo unos meses salió de la cárcel de Jaén donde el personal penitenciario define a 'El Pakillo' como "un niñato" que protagonizaba "continuas entradas y salidas por robos o trapicheos". Aquellos que le han tratado en ese ir y venir de los últimos años a su chabolo, "en los módulos 5 y 6", aseguran que su vida entre rejas o en la calle siempre estaba marcada por los cigarros de la risa: "Era un recluso que no se cogía ningún destino para trabajar y entretener su mente. Tan solo comía y jugaba al dominó en el patio: tenía perfil drogodependiente".
La salida del penal de 'El Pakillo' no cambió su rutina a base de porros, ya que hacía lo mismo cuando fue acogido en la casa de su suegro, en el número 58 de la calle Áurea Galindo, a 400 metros del Cerro: el gran bazar de la droga en Linares. "Ese muchacho se dedicaba a golfear. A dar vueltas, para arriba y para abajo. Delante de mí no se drogaba, pero por las tardes llegaba un poquillo 'tocao'. Yo lo notaba porque las pupilas se le veían muy grandes y sé de que es eso", según recalca Pepe.
El problema es que la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) sospecha que en esa mala vida que llevaba 'El Pakillo', marcada por el supuesto consumo de estupefacientes y malos tratos a los dos hijos de Beatriz, también le acompañaba su pareja. Es decir, Bea, la madre de los hermanos mellizos, investigada por un delito continuado de maltrato a sus propios hijos, tras la detención de 'El Pakillo' como presunto autor del ahogamiento de una criatura indefensa de solo 2 añitos.
"El pasado martes 26 de noviembre fue el cumpleaños de mis dos nietos y lo celebramos en mi casa", recuerda el abuelo Pepe en una entrevista con EL ESPAÑOL, incapaz de dar crédito al duro trance que está viviendo porque solo cuatro días después de haber soplado dos velitas, este sábado, a las once de la mañana, tendrá que darle sepultura a uno de los mellizos. "He subido diez mil veces la foto de ese 'hombre' al Facebook".
No habla en vano, ya que los familiares están compartiendo por redes sociales una foto de 'El Pakillo' con el siguiente mensaje: 'Asesino de un bebé, lo tienes que pagar. Compartir que todo el mundo se entere'.
- ¿Cómo se llevaba con la nueva pareja sentimental de su hija?
- José Manuel Sánchez Aguilar: Yo no sé cómo conoció Beatriz al Pakillo. Me enteré hace cuatro meses de que estaban juntos. Ese muchacho, lo único que hacía en mi casa era comer y dormir. No tenía trabajo. Se levantaba, se iba, volvía, comía y se acostaba. Cuando yo regresaba de trabajar y me ponía a cenar, 'El Pakillo' se metía en el cuarto o se iba de mi casa. No se sentaba conmigo en la mesa ni a comer. Con ese muchacho ni he tenido relación ni la quiero. Madre mía, si lo pillase...
Una fuente de la Policía Nacional, próxima a la investigación de la UFAM, avanza que Francisco R. D. (1996, Linares) "pasará a disposición judicial este fin de semana", por un homicidio, lesiones y violencia de género hacia Beatriz. "La madre de los niños ya ha prestado declaración en el juzgado, acompañada de su padre, y ha quedado en libertad sin medidas cautelares, como investiga por un delito de maltrato continuado", según prosigue esta fuente. "Lo lógico es que dentro de unos días se le retire la custodia del otro mellizo, en cuanto reciba el alta hospitalaria".
- ¿Qué es lo que ha declarado su hija cuando ha ido al juzgado como investigada por malos tratos a sus nietos?
- José Manuel Sánchez Aguilar: No lo sé. Y mi hija no te va a hablar nada. Lo único que sé es que 'El Pakillo' le pagaba palizas a mi hija.
- ¿En dos meses de convivencia nunca presenció cómo 'El Pakillo' le pegaba a su hija y a sus dos nietos?
- No, porque yo me pasó todo el día trabajando. Como estoy en la aceituna o de albañil, mi hija no me decía nada. A los quince días de instalarse en mi casa, vi que empezaron a discutir y me empecé a mosquear. Esta misma semana, vi a Bea con el ojo morado y a los niños con los ojos morados.
Le pregunté qué les había pasado y ella me contestó: 'Papá, nos hemos caído'. Mi hija tenía los ojos hinchados y sus hijos mellizos también, pero hasta que no pasó lo de mi nieto no me enteré de todo. Este jueves, me enteré de que 'El Pakillo' le pegaba a los tres: a mi hija y a mis dos nietos.
La respuesta del abuelo Pepe es llamativa y confirma una realidad que ha apuntado el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández: "La investigación está totalmente abierta" y es "compleja". Prueba de ello es que horas después de que la muerte del niño, de 2 años, se declarase como un caso de violencia vicaria de 'El Pakillo', como maltratador de Beatriz, EL ESPAÑOL ha desvelado que la madre de los dos mellizos era detenida, a raíz del informe forense realizado a los hermanos.
Una fuente próxima a la investigación de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) explica que tanto el mellizo que había sido asesinado, como el que está ingresado en el Hospital San Agustín: "Están llenos de bocados, arañazos y heridas que son incompatibles con un episodio aislado de malos tratos. Los chiquillos estaban arramblados de mordiscos por los brazos que es imposible que fuesen el resultado de algo puntual. Esas lesiones no eran solo de la agresión que sufrieron este jueves, a manos de la pareja de su madre".
De hecho, la familia de Cristian, el padre biológico de los mellizos, denuncia que cuando recogía los hermanos solían tener heridas que su madre, Bea, presuntamente justificaba diciéndole que se mordían entre ellos o que se peleaban en el parque. Pero la Policía Nacional no se lo traga y quiere llegar hasta el fondo de todo lo que rodea a este crimen que ha destapado que los hermanos vivían en una casa de los horrores.
A sus 28 años, 'El Pakillo' suma "antecedentes por robos en gasolineras, menudeo de estupefacientes o consumo de drogas", según fuentes policiales. Y Beatriz, de 33 años, también cuenta con currículum delictivo: "Cuatro detenciones por atentado a agente de la autoridad y consumo de drogas". Incluso un abogado apunta que esta madre "pegó a la directora de un centro de salud" y una fuente de los Servicios Sociales confirma que "se le retiró la custodia de tres hijos" de 2017 a 2018.
La Junta de Andalucía le retiró a Beatriz la custodia de los tres primeros hijos que tuvo de un total de seis -con distintas parejas-. En 2017, cuando dos de sus niños tenían 7 y 5 años, esta madre perdió su custodia "por abandono de menores" y "por estar en situación de riesgo", según fuentes de Servicios Sociales. En 2018, se le retiró la tutela de una hija que tuvo con posterioridad. "Había que proteger la salud física y mental de los menores". Los tres terminaron siendo adoptados por otra familia.
"Es una mujer con una vida muy dura". "Ha estado en programas de violencia de género hasta 2022, incluso estuvo en una casa de acogida para mujeres maltratadas por sus parejas, pero unos días después, ella decidió abandonar voluntariamente esa protección". Es evidente que tras romper con Cristian, el padre biológico de sus dos mellizos y de una niña, Bea volvió a errar cuando intentó rehacer su vida sentimental con 'El Pakillo', un joven criado en el Barrio de Arrayanes, al igual que esta treintañera que actualmente se ganaba la vida limpiando casas.
Así lo admite José Manuel Sánchez, el padre de Beatriz, calificando de "desgraciado" a 'El Pakillo': el hombre con el que su hija mantenía una relación sentimental y al que el mismo había dado cobijo en su casa. "Yo estaba trabajando, cuando mi sobrina Juani me llamó sobre las tres de la tarde del jueves: 'Tito, tito, que lo ha matado'. Yo le pregunté que a quién había matado y me respondió: 'A tu nieto'. Cuando llegué a mi casa, no pude entrar porque estaba todo lleno de patrullas y ambulancias".
Dinero para porros
Los policías nacionales que llegaron a la casa de la calle Áurea Galindo se encontraron con una escena dantesca: los hermanos mellizos estaban en pañales y apaleados. El pobre Pepe no es capaz de relatar lo sucedido y toma la palabra una familiar: "Mi prima hermana, Bea, había cobrado el dinerillo por limpiar casas, y por lo visto, 'El Pakillo' quería comprar porros". "Ella estaba trabajando, limpiando un piso. 'El Pakillo' la estuvo llamando y amenazándola: 'Que bajes, que bajes, cómo no bajes, te voy a matar a los chiquillos'. No paraba de amenazarla".
- ¿Cómo reaccionó su prima hermana?
- Beatriz fue corriendo a la casa y cuando llegó se encontró a los niños tirados y 'El Pakillo' le dio un puñetazo en el ojo. Después de recibir el puñetazo se puso a gritar y llegó mi otra prima, Juani, que vive a solo cuarenta metros. 'El Pakillo' estaba escondido en unas obras que hay en el recinto ferial. Allí arrestaron a ese asesino.
Tal calificativo se lo merece con creces y con mayúsculas porque la autopsia ha revelado que el mellizo, de 2 añitos, no murió por los golpes que recibió de 'El Pakillo', lo hizo por asfixia. Le apretó el cuello y le tapó la nariz y la boca hasta que no pudo respirar. Nadie merece una muerte tan agónica y terrible, mucho menos un pobre niño indefenso.