Dave Zulueta (d) y Carlos Right (c), compañeros de edición, hace un año que comunicaron en vías distintas sus decisiones de dejarlo.

Dave Zulueta (d) y Carlos Right (c), compañeros de edición, hace un año que comunicaron en vías distintas sus decisiones de dejarlo.

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Hugo Cobo, Carlos Right y Dave Zulueta, de la fama de OT a dejar la música: "Echo el CV y trabajo en lo que se me preste"

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Hay unas 200 personas que comparten algo: la denominación de 'triunfito'. Todos ellos han sido concursantes del talent show Operación Triunfo a lo largo de sus 13 ediciones. Sin embargo, no todos han logrado ese triunfo –el de la fama– en la música.

"Sólo un 1% consigue el éxito", eran las palabras de Dave Zulueta, participante de OT 2018, durante su visita a los concursantes de la última edición de este año.  Una frase que vuelve a repetir durante la conversación con EL ESPAÑOL. "No pueden salir todos los años 16 Aitanas o Bisbales", explica.

Tanto él como Carlos Right, de su misma edición, y Hugo Cobo, de OT 2020, son tres de los 'triunfitos' en afirmar haber dejado la industria musical después de años de esfuerzo a su salida del programa. Tres de otros muchos como, por ejemplo, Ramón del Castillo, quién apareció en el reality en 2004 y que actualmente se dedica a la hostelería con su propio restaurante.

Hugo: "Me voy a ir de España"

Ha sido Hugo Cobo el último en afirmar públicamente, en el podcast de Pop Talks, que ha tenido que darle un "parón" a la música para buscar otros trabajos que le permitan pagar las facturas.

El cordobés de 24 años era uno de los favoritos de su edición, llegando a ser finalista. Aunque no ganó, nada más salir le fichó Sony Music. Desde entonces, estuvo trabajando con la discográfica hasta hace dos años, momento en el que se le acabó el contrato y no pudo solicitar la renovación por las deudas que tenía que pagarle a la empresa.

"Yo cuando terminé el programa, tuve la suerte de que me ficharan. Algunos compañeros míos que salieron sin discográfica se han tenido que buscar la vida", explica en conversación con EL ESPAÑOL. "Y aún con discográfica y todo me voy a tener que ir de España", comenta con rotundidad.

"Quien triunfa en este sector en España es porque tiene muchos seguidores, mucho dinero o porque le ha entrado por la vista a un director y te quiere ayudar. Así va la industria en el país". Y es que su estilo, el pop-rock, explica que no tiene cabida pues la gente "sólo escucha a los cuatro de siempre que han triunfado en el género musical urbano".

Según el 'triunfito', en países de Latinoamérica dan más posibilidades. Y es que marcharse a probar suerte allí es una decisión que tiene clara. "Rosalía, Belén Aguilera o Ana Mena. Todos los artistas que a día de hoy están pegando, se han tenido que ir fuera, para que los hayan querido de nuevo aquí".

Una inversión que tiene que cometer por su cuenta. Por tanto, aparte de la necesidad de ampliar sus ingresos para ganarse la vida, también se vio en la urgencia de buscarse otros trabajos y poder ahorrar para llegar a alcanzar ese objetivo.

Primero probó en empleos próximos a la música y posteriormente en todo tipo de trabajos menos cualificados. "Trabajo en lo que se me preste. He echado el currículum en todas las escuelas de música de Madrid, pero también en bares. Todos me contestaban que no estaban buscando a nadie".

La fama, en este sentido, también juega en su contra. "A día de hoy no puedo ir tranquilo por la calle. Estás trabajando y te reconocen". Explica, como ejemplo, su reciente experiencia como chófer, en la que llevaba gente que le grababa, le hacía fotos o le hacía una 'entrevista' improvisada.

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"Me he dedicado a preguntar a las personas que me paran en la calle, que no son pocas, y el 90% no me sigue en redes sociales", cuenta. "Estoy muy agradecido porque me encanta conocer a la gente y me encanta que se acuerden de mí, pero me gustaría que pongan de su parte para poder tirar para adelante. Duele saber que ni siquiera me escuchan". En su caso, afirma que este parón no es definitivo. "El que la sigue la consigue. Más tarde o más temprano, pero me merece la pena", dice.

Dave y Carlos: la decisión de dejarlo

Dave Zulueta y Carlos Right, compañeros de edición, hace un año que comunicaron en vías distintas sus decisiones de dejarlo. Dave lo informó durante el discurso en la mencionada visita en la que aconsejaba en base a su experiencia a los futuros -y ahora actuales- 'triunfitos'. "Me voy yo antes de que me echen", repetía en ese momento.

Carlos, por su parte, decidió hacerlo público con un comunicado en sus redes sociales en el que aseguraba que la industria de la música era un mundo que le había "hecho mucho daño".

En ambos casos, y un año después, los dos afirman a este periódico estar "muy contentos con su decisión". Carlos, incluso, la califica como "la mejor" que ha tomado.
"Yo tenía mis estudios en marketing y antes de entrar a OT trabajaba en una oficina. Pero, después de meterme en este programa de televisión, se suponía que me tenía que dedicar a la música", explica el catalán.

Algo en lo que manifiesta que le ayudó la discográfica con la que firmó contrato. La misma que también fichó a su compañero, Dave: Universal Music Group.

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"En mi caso, esos años fueron increíbles: lancé un disco, hice mi gira por toda España y también los conciertos de Operación Triunfo. Y aunque valoro todo eso, es verdad que el mundo de la música es muy complicado", cuenta Carlos. "Yo soy alguien que confía mucho en la gente. Y, realmente, no todo el mundo que te cruzas quiere lo mejor para ti. Me he llevado bastantes desilusiones con personas con las que he trabajado y que al final veía que solo le daban importancia al dinero".

Por eso, en los últimos meses de su carrera artística fue madurando la decisión de abandonar dicho trabajo. "Antes de entrar en el programa, mi trabajo era uno y la música era un hobby. Y es diferente cuando se convierte en tu trabajo. No es algo para todo el mundo".

Comenta que para él la época de la pandemia de la Covid-19 fue decisiva. Empezó a trabajar en otros proyectos y, poco a poco, a dejar la industria de la música de lado. "Era como Spiderman. La gente lo único que veía era mi parte influencer, por así decirlo, pero yo ya estaba trabajando de lo que había hecho siempre: como desarrollador de negocios y director de marketing", aclara.

En este sentido, actualmente está desarrollando un proyecto vinculado a la publicidad y a la sostenibilidad. "Y así seguiré. No voy a volver nunca a la industria de la música. Yo sigo componiendo y cantando mis canciones, pero en mi habitación. Ha sido una etapa en la que he podido cumplir un sueño. Ha sido muy bonito, pero si no lo hubiera conseguido también lo hubiera sido".

En contraposición, Dave no descarta que en un futuro quiera volver a probar suerte como artista. Aunque ahora mismo define la decisión de retirarse como "tranquilidad". El cordobés de 26 años llevaba casi 20 de ellos subido a un escenario cuando tomó la decisión determinante. "En mi caso, los motivos fueron mi salud mental".

"Cuando tienes un trabajo tienes que esforzarte porque sino te despiden. Y si te despiden no tienes dinero para pagar un piso o irte de vacaciones. Y empecé con depresión. Iba a trabajar sin ganas y empecé a generar rechazo. No tenía el cuerpo".

Lo define como una "mezcla" de cosas entre las que también destaca algunos descontentos con la forma de trabajar de la industria. "Creo que el método para construir un artista es el mismo que para construir un tenedor. Es una manufactura y ahí es cuando se comete el error en serie. Más que un producto en cadena, debería de ser una elaboración de artesanía", exclama.

Esto es lo que le llevó a aconsejar a los nuevos triunfitos sobre lo que podían encontrarse al salir. "Yo les fui a decir cuál había sido mi experiencia y cuál es la media, porque yo conozco a concursantes de todas las ediciones. Yo también estuve ahí y también recibí visitas que lo ponían muy bonito, pero la realidad es muy diferente. Que llegue así tan rápido te garantiza nada. Si llega rápido, más rápido se va".

Dave opina que "no hay sitio para 16 superestrellas cada año". "Es algo que la gente que se presenta a OT debería de pensar. Pero claro, se perdería la magia. Y ahí entramos todos. Me incluyo pensando que ya lo había conseguido y que a partir de ahí sería un camino de flores. Y no".

Actualmente, ha dado un giro de 180 grados a su vida. Se encuentra en Alemania trabajando en una aerolínea como auxiliar de vuelo de tripulante de cabina desde junio. "Es un trabajo en el que no me tengo que pelear cada día por mejorar cosas en mis obligaciones. Tengo una nómina buena que me permite estar mucho más relajado con la parte económica".

Y, aunque comenta que se arrepiente con la boca pequeña de sus decisiones, si que admite que si pudiera volver a empezar modificaría ciertas cosas. "Cambiaría el haber puesto decisiones muy importantes en manos de personas absolutamente incapaces". Hugo Cobo también concuerda de cierta manera. Él era consciente "desde el primer día" que salió de la academia de que eso "no les iba a dar de comer para siempre".

"Pero luego algunos nos intentaban endiosar y me convencían de que no me hacía falta que me buscara otra cosa". Por lo tanto, con el paso de los años y con ediciones nuevas de por medio, los fans van siendo cada vez menos. "Porque, tal y como nos dijo Noemí Galera una vez en el concurso: los fans no son nuestros, son seguidores del programa", afirma.