Momento de la detención de los siete patrones de la embarcación, en Las Raíces, Tenerife.

Momento de la detención de los siete patrones de la embarcación, en Las Raíces, Tenerife. Cedida.

Reportajes crimen en alta mar

Terror en el cayuco: 7 patrones senegaleses matan a cuatro migrantes en la ruta canaria para "infundir miedo y respeto"

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El 3 de noviembre el aire de la Restinga, en El Hierro, estaba impregnado de la llegada de un cayuco abarrotado. Uno más entre tantos, pero este contenía algo diferente: entre el bullicio de la costa y el cansancio de los 207 migrantes que pisaban tierra tras días de incertidumbre en alta mar, un silencio inquietante se tejía entre ellos.

Detrás de los rostros quemados por el sol y marcados por el hambre se escondía una historia de horror que saldría a la luz unos pocos días después: el asesinato de cuatro personas durante la travesía. Tras semanas de investigaciones, la Guardia Civil detuvo a siete de los patrones del cayuco en Tenerife, todos de origen senegalés.

Los hombres, que hasta entonces estaban alojados en el dispositivo de emergencia humanitaria de Las Raíces, eran los responsables de haber impuesto un auténtico régimen de terror a bordo de la embarcación que había partido de Gambia y hecho escala en Bassoul, Senegal, donde se sumaron la mayoría de los ocupantes.

Imagen de un cayuco bordeando las costas canarias.

Imagen de un cayuco bordeando las costas canarias. EFE.

Los siete detenidos, según fuentes de la investigación, habían asumido el control del cayuco no sólo como guías, sino también como autoridades absolutas, imponiendo castigos severos a quienes consideraban problemáticos.

La pesadilla en alta mar

La travesía, según narraron algunos supervivientes, se transformó en un infierno apenas tres días después de zarpar. Uno de los pasajeros, visiblemente afectado por la dureza del viaje, sufrió un episodio de desorientación. En un ambiente ya caldeado por la propia incertidumbre, este comportamiento desató la ira de tres patrones, quienes lo culparon del malestar general.

Lo que comenzó como gritos de reproche escaló rápidamente a una serie de palizas brutales contra él y aquellos que intentaron defenderlo. El clima de tensión aumentó cuando las provisiones comenzaron a escasear. El hambre y la deshidratación hacían mella en los migrantes, y los patrones aprovecharon el momento de mayor debilidad para reafirmar su control.

Como castigo último y con la intención de "infundir miedo y respeto" en el resto de los migrantes, los patrones decidieron asesinar a cuatro de ellos. Posteriormente se deshicieron de los cuerpos tirándolos por la borda. La violencia no fue sólo física. Fue más bien un mensaje directo para imponer su autoridad y evitar futuros cuestionamientos.

La Guardia Civil traslada a uno de los detenidos en el centro de Las Raíces, en Tenerife.

La Guardia Civil traslada a uno de los detenidos en el centro de Las Raíces, en Tenerife. Cedida.

Uno de los ocupantes relató que las agresiones eran incesantes y que los gritos de las víctimas resonaban en el silencio de la noche, provocando un miedo colectivo. "Era como si el mar no tuviera fin y el horror tampoco", explicó uno de los jóvenes que estaba a bordo a una trabajadora social en el centro de acogida, según fuentes de Accem consultadas por EL ESPAÑOL.

Fruto de las investigaciones, la Guardia Civil logró identificar a tres de las víctimas gracias a la cooperación internacional. Familias en Gambia y Senegal recibieron la desgarradora noticia de la pérdida de sus seres queridos a través de un equipo formado por agentes desplazados a la región y personal de la Gendarmería Nacional Senegalesa. Aún queda por confirmar, sin embargo, la identidad de la cuarta víctima.

Pudo haber una quinta víctima, incluso. Entre los migrantes que lograron alcanzar tierra, uno de ellos requirió atención hospitalaria inmediata. Una profunda herida en el tórax, compatible con una puñalada, evidenciaba la violencia vivida durante el viaje. Los servicios médicos confirmaron que su estado era crítico, aunque logró estabilizarse después de una cirugía de emergencia.

La Guardia Civil también incautó algunos objetos personales encontrados en el cayuco que fueron relevantes para la investigación. Entre ellos, destacaban documentos de identidad y otros pequeños amuletos religiosos que ayudaron a conectar a las víctimas con sus familias.

Tragedia silenciada

El drama de este cayuco, como tantos otros, no es una excepción. Cada día, cientos de personas arriesgan sus vidas lanzándose al Atlántico en busca de una esperanza que a menudo queda truncada. En estos momentos, y a cierre de año, la ruta canaria es la más peligrosa del océano. Otras muchas historias de supervivencia están entrelazadas con un sistema de injusticias que perpetúa el sufrimiento.

Los siete detenidos ya han pasado a disposición judicial y se les ha decretado prisión provisional a solicitud de la Fiscalía.

Los siete detenidos ya han pasado a disposición judicial y se les ha decretado prisión provisional a solicitud de la Fiscalía. Cedida.

Los siete acusados fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de La Laguna. La Fiscalía solicitó el ingreso en prisión provisional de los detenidos y la jueza ratificó el envío a la cárcel de los investigados, que esperarán el juicio definitivo; en manos, ahora, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Valverde, en El Hierro. El motivo de la decisión del cambio de órgano judicial se debe a que los acusados llegaron a tierra en el partido judicial herreño.

Fuentes de organizaciones no gubernamentales consultadas por este periódico sostienen que este debe ser un ejemplo más del drama humanitario que viven los migrantes en las costas: "Cada cayuco tiene sus propias historias, pero todas comparten un denominador común, la lucha por la vida". Las organizaciones criminales detrás de una de las rutas más letales del mundo continúan haciendo negocio mientras la historia escribe cada vez más sucesos.