Rubén y Josep alquilan obras de arte a futbolistas y empresarios por 350.000 €: "Cada vez nos piden más sólo para un día"
- Los dos expertos explican a EL ESPAÑOL el funcionamiento del mercado de la rentabilización de cuadros y esculturas, una tendencia en auge en nuestro país.
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Arte mercantilizado en su máxima expresión. Cada vez más grandes empresas se están dedicando en España al mercado de alquiler de obras de arte. Lo hacen, sobre todo, como una manera más de conseguir que los artistas rentabilicen aún más sus creaciones. El presidente de Fidelitas ARTe, Rubén Puga, explica que abrió su empresa hace seis meses con el objetivo de que el arte se convirtiera en un activo muy valioso para cualquier empresa financiera. "Trabajamos con bancos y aseguradoras a través de los cuales sus clientes invierten en las obras de arte de nuestros artistas", dice.
La mayoría de sus clientes buscan alquilar estas obras de arte durante un año para sus casas u oficinas. "Cada vez nos piden más obras para alquilar solo para un día porque las necesitan para un evento especial", cuenta Puga, que lleva más de 30 años trabajando en el sector de la banca privada.
Dentro de la empresa que dirige cuentan con más de 300 artistas y mil obras que van desde pinturas, esculturas y hasta joyería. "Queremos que el arte sea un activo financiero y que esté democratizado", afirma. Los precios del alquiler pueden variar desde los 100 euros hasta los 350.000.
El proceso es muy sencillo: el cliente los contacta y ellos le hacen una propuesta de inversión artística. "El cliente puede elegir el nivel de riesgo de la inversión y el tiempo", dice Puga.
Además, las obras se pueden alquilar con opción de compra y por un máximo de tres años. Si se termina comprando la obra, se descuenta del precio final el valor del alquiler. Una vez aprobada la propuesta, se hace entrega de los estados financieros de la obra de arte para que el cliente pueda seguir la evolución de la rentabilidad de la pieza. "Trabajamos mucho con futbolistas y grandes empresarios que pasan temporadas cortas en España", dice.
En países como Estados Unidos, Inglaterra o Noruega este servicio es muy conocido, pero en España el mercado se está abriendo todavía. "Queremos llevar el arte a lugares donde antes no se veía como un activo", dice Puga, que asegura que la acogida de la experiencia ha sido muy buena: "Fusionamos cultura, finanzas y arte, mejorar la vida de las personas", explica.
Otra de las empresas que se dedica a alquilar obras de arte es Arspect, una empresa creada por Josep Arguimbau hace cuatro años con la idea de apoyar a los artistas emergentes. "En España no hay una cultura de entrar en galerías. Siempre se ha creído que es solo para la élite, y no es así. Es un espacio cultural donde no hay necesidad de tener que comprar para entrar", explica.
Arguimbau estudió Derecho, pero siempre había trabajado en el mundo financiero. Viajando por Países Bajos, vio que el Gobierno tenía un proyecto en el que, a través de una plataforma, todo el mundo podía alquilar arte. "De ahí surge nuestra inspiración de llevar este modelo a las empresas y que sean ellas las que alquilen las obras de arte”, dice.
En el último mes de alquiler, la empresa hace una subasta online para que los empleados puedan adquirir las piezas si les interesan. Por su parte, para los artistas, el alquiler de su obra supone la posibilidad de tener una rentabilidad constante. Es por eso que el objetivo de Arspect es poder trabajar con grandes empresas que estén interesados en alquilar decenas de obras de arte para mejorar el espacio de trabajo de la plantilla.
"Queremos acercar el arte a las personas", explica, aunque, asegura que no ha sido un proceso fácil, pues mucha gente todavía se sorprende con la idea de tener un cuadro en su casa solo por unos meses. En estos años, Arspect ha alquilado unas doscientas piezas, sobre todo en Madrid y Barcelona. La empresa trabaja sobre todo con grandes corporaciones, que pueden llegar a alquilar 60 piezas al año, y con productoras.
"Todas las grandes producciones necesitan arte. Nosotros nos encargamos de alquilarlo para series, películas y documentales. Al final, es la mejor opción porque una vez acaba el rodaje la obra de arte vuelve al artista y durante ese tiempo la ha rentabilizado", dice Arguimbau, que está convencido de que alquilar arte da una rentabilidad mayor que muchos otros activos de riesgo. "Es un ingreso extra que además incentiva la cultura", sentencia.