El azar ha querido que Luis Francisco Esplá (Alicante, 1957) vuelva a vestirse de luces el mismo día que el Pacma ha convocado una gran manifestación antitaurina. Esplá reaparece este sábado en la corrida goyesca de Arles, en Francia, siete años después de su retirada de los ruedos. El diestro alicantino regresa para una sola tarde y se propone "asesinar" al torero nada más cruzar la frontera de vuelta a España. Esplá se ha encargado además de diseñar el cartel y la escenografía del anfiteatro de Arles. Es uno de los acontecimientos del año taurino en Francia. La terna la completan Morante de la Puebla y Juan Bautista.
Esplá está preocupado. No quiere defraudar las expectativas. Recibe a EL ESPAÑOL en La Sacristía, un restaurante del barrio de Chueca de Madrid. En una bolsa, guarda el capote especial que ha diseñado para la ocasión. Esplá es torero, pero también pintor, artista e intelectual autodidacta. Recibió la Medalla de las Bellas Artes en 2009.
Este torero ha dedicado su vida a estudiar tratados históricos de tauromaquia y la genética de los toros. Defiende el espectáculo con sus argumentos, critica el "puritanismo zoológico" que, en su opinión, distorsiona la realidad del animal y lamenta el uso político de la tauromaquia. Verso suelto dentro y fuera de la plaza, acusa de falta de honestidad a algunos de sus compañeros de profesión y propone recuperar el matrimonio entre intelectualidad y toros. El diestro tampoco confía en los políticos. La falta de gobierno le parece un cuadro de Dalí: los relojes derritiéndose sin a que nadie parezca importarle.
Tercio de varas: la reaparición
¿Cómo ha preparado este regreso a los ruedos?
Un torero es esclavo de su propia historia, a la que no debe defraudar. Y eso me preocupa mucho. En este espectáculo la gente pone fe y lo último que debe hacer un torero es defraudar esa fe.
¿Qué ha hecho estos siete años?
Había una propuesta muy clara, que era la de romper toda vinculación con el toreo. De hecho, en alguna entrevista he llegado a decir que me proponía matar al torero y así lo hice. No añoré en ningún momento mi relación con el toro, que era lo que me vinculaba a esto. Todo lo demás era para mí anécdotico. La popularidad, la fama, todo lo que conllevaba alrededor a veces casi me picaba como una sarna. Para mí lo importante siempre ha sido mi relación con el toro, indagar en el ser vivo con el que creas y en 20 minutos tienes que dar concreción a una propuesta estética. Ese milagro era lo que me fascinaba. No lo llegué a echar de menos. A los tres días me olvidé completamente de que un buen día había sido torero. Me parecía que había colmado una relación y, como ocurre en ciertos matrimonios, no teníamos nada que aportarnos, ni el toro a mí ni yo a él.
Un torero es esclavo de su historia, a la que no puede defraudar. En este espectáculo la gente pone mucha fe y lo último que debe de hacer un torero es defraudar esa fe
¿Cómo se gestó su regreso?
Arles es el acontecimiento taurino de Francia. Es una goyesca, en la que se decora la plaza de toros y me propusieron hacerlo a mí. Fue entonces cuando Juan Bautista me propuso además torear la corrida. Al principio no acepté porque mi presupuesto no incluía torear. Le dije que me diera 15 días y en esos 15 días sucumbí a mi vanidad más que a mi afición. El verme inmerso en un paisaje, en un cuadro que iba a ser mío y ser parte de él fue lo que me hizo de alguna forma tomar la decisión.
¿Lo consultó con su entorno?
No. Si no, no me dejan. Los locos decidimos por nosotros mismos. A un loco nunca le puedes ayudar con un consejo.
¿Qué escenografía ha elegido para Arles?
Tenía que vincular dos iconos que representasen lo goyesco y lo arlesiano. La goyesca por excelencia es la maja de Goya. De hecho no necesita ni ropa para ser identificada. Y por el lado de Arles está el toro de Camarga (raza autóctona del sur de Francia). Se trata de un rapto, donde la secuestrada (la maja) se deja secuestrar feliz e indolentemente. En los paños que decorarán las gradas hay unos mares de toro insinuados y en ellos la maja mece su indolencia con una molicie absoluta. El toro guarda muchas relaciones con el mar en cuanto elemento misterioso, en cuanto elemento de fuerza destructora, en cuanto a elementos que el hombre utiliza para su beneficio tanto a nivel de diversión como de mercadeo.
Las banderillas serán azules y blancas.
Como siempre.
¿Ha sido dura la preparación?
El toreo te tiene inmerso en un dinámica de rozarte constantemente con la muerte, pero sin aspavientos ni heroicidades sino con toda la humildad y la naturalidad del mundo. La cornada no es nunca para nosotros un castigo del destino ni una contradicción, es simplemente la respuesta del material y la respuesta que esperamos. No nos causa conmoción más allá del daño y el dolor. Cuando dejas de torear, te sumes en una vida banal. Yo le agradezco al toreo, entre otras muchas cosas, no haber banalizado absolutamente nada. El hecho de beberme una copa después de que había matado una corrida que me había querido rebañar los hígados, y la gente me había querido matar, pues no deja de ser una experiencia a nivel emocional tremenda. Todo eso lo había perdido en el fluir de lo cotidiano.
Los mismos que abominan las imposiciones religiosas de tiempos atrás son los que quieren imponernos ahora un puritanismo zoológico
Seguro que no va a seguir toreando...
Esto se ciñe a Arles. Me han propuesto este año varias cosas y corridas importantes y he dicho que no. Estoy preparado mentalmente para esa vuelta y volver a la anestesia. Pienso asesinar al torero antes de llegar a la frontera.
Tercio de banderillas: toros sí o toros no
¿Qué le parece que su regreso coincida con la manifestación antitaurina?
Fantástico. La gente tiene derecho a manifestarse. Otra cosa es cómo lo hacen. Estamos viviendo un momento de puritanismo, en este caso zoológico. Lo único que ha cambiado es el dios. Me recuerda la época, y ahí está en la historia, de Calvino y Lutero, donde desde la religión se imponían los criterios en todos los órdenes de la vida. Y lo terrible además es que los mismos que abominan las imposiciones religiosas de tiempos atrás son los que quieren imponernos ahora este puritanismo.
¿Está la tauromaquia más cuestionada que nunca?
Sí. Además la hemos cargado de connotaciones políticas. En estos últimos años parece ser que los políticos necesitan enemigos. Hay que crearlos, hay que confeccionar frentes. Y en este ajedrez siempre pierden los peones.
Un individuo que celebra la muerte de un torero como Víctor Barrio es que tiene conflictos emocionales y sólo lo puede tratar un psiquiatra
¿El toreo es de izquierdas o de derechas?
Querer juzgar el arte en torno a una ideología es asesinarlo. No sólo el toreo, el arte. Ha habido momentos en que todas las ideologías han utilizado el arte y le han hecho un flaco favor.
¿Por qué el toro debe morir en la plaza y de esa manera?
Si tú coges a una persona y le haces correr 40 kilómetros, lo normal es que la mates en una agonía atroz. Pero si a esa persona la entrenas, le enseñas a gestionar el lactato, después a usar el glucógeno y finalmente a producir endorfinas lo lógico es que lo consiga. En el toro, genéticamente, se ha conseguido eso que el corredor de fondo ha conseguido mediante el entrenamiento. El toro es un animal que genera seis veces más endorfinas que el animal que le sigue, que es el caballo. El caballo produce a su vez seis veces más de endorfinas que el resto de los animales.
El toro ha sido concebido fisiológicamente para esto. Como respuesta no se defiende como el resto de los animales, el toro ofende. Y todos dirían que en el ámbito de una plaza de toros no tiene más cojones que defenderse, pero es que la demostración está a campo abierto. A un toro se le pone el caballo de picar a 30 metros, se le llama, se le pica con una pulla que no es de verdad pero le hace daño. Entonces se lleva el caballo 30 metros más lejos y el toro vuelve a ir al caballo. Aumentas la distancia otros 40 metros y el toro, que tiene todo el campo detrás para volver la espalda tranquilamente e irse, vuelve a embestir al caballo donde sabe que le van a hacer daño. Al final, defiende sus terrenos. Es la demostración de que el toro está preparado fisiológicamente, físicamente y psiquícamente. El toro está preparado para lo que requerimos de él.
A esta sociedad que vive de espaldas al dolor no le puedes presentar un espectáculo en el que el intríngulis, el meollo sea gravitar en torno a la muerte
Para los antitaurinos se trata de un espectáculo sangriento e inhumano.
Vivo en el campo, me preocupa la ecología, me he dedicado a hacer ecología en el espacio que era mi territorio. Pero no por una cuestión de lo que dirán sino en el sentido confuciano del bien por el bien. El problema de estas personas es que falta esa relación real con la naturaleza para tener una relación equilibrada.
¿A qué se refiere?
Estamos viviendo un cambio tremendo. Estamos inmersos en la cultura de la imagen, que está cambiando la forma de sentir del individuo, de transportar las emociones. A las nuevas generaciones les va a costar mucho trabajo crear idealizaciones. Las idealizaciones son ese recurso que tiene la memoria para manipular todas las experiencias sensoriales, sobre todo aquellas que le han causado un gran conmoción, y que con el tiempo manipula en su beneficio. La memoria funciona como la fotografía. Cada vez que recurres a la experiencia, no recurres al cliché primigenio, sino al último que has manipulado. Esa manipulación con el tiempo está retocada por ti y eso da una idealización. Esta sociedad que recurre constantemente a la imagen primigenia destruye la posibilidad de crear idealizaciones. A nivel sentimientos, ocurre exactamente lo mismo. Los chavales consumen hoy más imagen que nunca, pero la consumen como un pasto vacuo que no alimenta. De hecho tienen que seguir produciendo esa banalización de la percepción. Se necesita consumir mucha imagen sin dejar absolutamente un poso espiritual.
Es una reflexión interesante, pero ¿cómo afecta esta cultura de la imagen a la tauromaquia?
Hemos constreñido demasiado el mundo en un solo sentido: no debe haber dolor, no debe haber miseria por lo menos a nivel de imagen. La tenemos por ahí pero a través de un televisor la miseria, la muerte pierde todo su efecto. Es como un condón, no contamina emocionalmente. En definitiva, a esta sociedad no le puedes presentar un espectáculo en el que el intríngulis, el meollo sea gravitar en torno a la muerte.
Si se concreta la independencia de Cataluña, quiero recuperar la vieja taifa de Denia, que es más antigua, tiene más abolengo y tuvo mejor nivel económico, cultural y político
¿Cómo se le puede explicar a una persona capaz de insultar a un torero muerto en la plaza, como ocurrió con Víctor Barrio, qué es el toreo?
A un individuo con conflictos emocionales sólo lo puede tratar un psiquiatra. (Esplá guarda unos segundos de silencio antes de continuar). Cuando derivamos los cauces afectivos hacia un lado u otro, lo que hacemos es verter las energías afectivas en una dirección. La mayoría de estas personas la ha vertido en el animal y tienen incluso cierta aversión al ser humano. Toda la empatía está puesta en el animal. Creo que hay hasta problemas de convivencia, porque lo demuestran con la falta de tolerancia que tienen. Todo esto es un conflicto que va más allá de toros sí, toros no. Son conflictos de convivencia, conflictos de asociabilidad. Creo que estas personas tienen graves conflictos emocionales y afectivos.
¿Qué sintió al leer algunos de estos mensajes?
Una persona que es capaz de verbalizar el deseo de muerte sólo necesita un verdugo para que lo ejecute. No tendrá cojones de hacerlo. Pero si hay un botón en el que puede poner el dedo sin consecuencias, el que verbaliza deseos de muerte aprieta el botón. Es terrible. Para estos colectivos el ser humano ocupa en su parcela afectiva no el último puesto, a veces ni es parte de ese presupuesto afectivo en la convivencia.
Los antitaurinos son un lobi cada vez más potente y también ha mencionado el uso político de la tauromaquia. Pero, ¿ha cometido el mundo del toro algún error?
Uno de los pecados de la tauromaquia ha sido la soberbia. Hemos gozado de salud económica, hemos gozado de cierto prestigio social y esto nos ha sumido en una nube de vanidad absurda. No hemos sabido acceder a las nuevas generaciones y el toreo se ha ido quedando atrás, como quizá le ha pasado un poco a la ópera. En una ópera lo que vemos es una puesta en escena ingente, que apabulla, pero la gente no entiende nada. En los toros pasa lo mismo: sale un animal y vemos sangre en una sociedad que vive sedada, de espaldas al dolor. De repente hay un espectáculo que nos recuerda todo lo que está sociedad quiere olvidar.
El toreo ha estado sentenciado por papas y reyes y nunca ha desaparecido
¿Cuánto daño ha hecho que apenas quede un puñado de intelectuales que defienda abiertamente la tauromaquia?
El que ha defraudado el matrimonio entre la intelectualidad y la tauromaquia no ha sido el espectáculo, ha sido el torero. Los toreros siempre son interesantes, pero como todo los artistas tienen una parte hueca. Estas ultimas generaciones han alimentado más esa parte totalmente hueca que la interesante. Imagino que también están influidos por la corriente que les beneficia. Es muy fácil obtener beneficios al convertirte en un asunto mediático. Pero es breve. Otra cosa que ha fascinado siempre a los intelectuales es la coherencia que ha mantenido el torero dentro y fuera de la plaza. Y ahora a los toreros dentro de la plaza, me descubro ante ellos, pero, a pesar de que hay grandes excepciones, lamento al torero de paisano. La gran mayoría de toreros me produce una decepción tremenda.
La gran mayoría de toreros me produce una decepción tremenda
¿Por qué?
Porque la coherencia de la plaza no existe fuera. Los artistas son radares de lo verdadero y nos los puedes engañar. Tienen un radar especial para captar la mentira, para saber si detrás del torero hay un embaucador, un trapacero.
¿Es posible recuperar ese matrimonio?
El toreo ha estado sentenciado por papas y reyes. Este no es el peor momento del toreo. Lo han condenado los reyes, lo ha condenado la sociedad de los ilustrados. La generación del 98 también lo condena, pero luego llega la del 27 y lo recupera, además ahí sin conflicto político, porque no ha habido una generación más roja que esa. Al final, esto es una balanza que fluctúa en una dirección y otra. Lo importante es que cuando cambie la dirección, que siempre viene con inercias renovadas, aprendamos la lección y renovemos absolutamente todo esto.
Pero las escuelas están vacías, las plazas menos llenas, la publicidad...
El problema es que es políticamente incorrecto. En televisión, las mismas firmas que se niegan a anunciarse en torno a la tauromaquia, en América están en las plazas de toros. ¿Por qué? Porque ahí es prestigio y aquí no. Y si no lo quieren prestigiar me da lo mismo, pero por lo menos que no lo oxiden, que no lo corroan. Que nos dejen disfrutar de un espectáculo que para nosotros tiene artículo de fe. El toreo pertenece a esas disciplinas que el ser humano ha tenido que crear a lo largo de la historia para contrarrestar los efectos de la muerte: el arte, la religión, el amor, seguramente el más efectivo, y el toreo.
Tercio de muerte: España
¿Acabar con la tauromaquia sería como enterrar una parte de la identidad de España o es una exageración?
Sin lugar a dudas acabaría con ella, para bien o para mal. Si el toreo desaparece tendrá que hacerlo por sí solo. No porque alguien quiera cortarlo de raíz. Todo lo que no sea una muerte natural sino inducida, no es aconsejable para crear ciudadanos sanos.
La política es el reino de la trapacería. Está llena de mentiras y falsedades
¿Qué es para usted España?
¿España? Lo que ha sido siempre: una sociedad que se mueve entre el esperpento goyesco y el surrealismo daliniano. En medio de eso está todo: el tenebrismo.
¿Es España una nación de naciones?
Los políticos han pervertido la relación, la convivencia, en aras de crear fantasmas, enemigos. Me parece terrible haber utilizado al pueblo para medrar en un escaño. Y no se lo perdono. Soy apolítico y puedo hablar con desvergüenza. La política española es el reino de la trapacería.
¿Por qué?
Está llena de mentiras, de falsedades, de intenciones ocultas. No hay transparencia. Es, de verdad, el país de los trapaceros.
¿Usted cree que Cataluña, donde los toros están prohibidos, es una nación distinta a España?
Si queremos hacerlo creer, sí. Ese es el problema. Hay un estudio de un sociólogo que demostró como a través de una simple línea podemos crear grupos en un aeropuerto. Hicieron la prueba, crearon unas líneas y al azar se situó un grupo de árabes con sus maletas y empezaron a congregarse árabes en esa frontera que se había definido. En otra, sudamericanos y así sucesivamente. Basta hacer una raya para dividir a la sociedad. Si además les das claves de la dirección que deben de tomar, ni te cuento. El ser humano puede ser voluble y la irresponsabilidad de quienes manejan esas conciencias puede llegar también a límites insospechados. Si se concreta la independencia de Cataluña, quiero recuperar la vieja taifa de Denia, que es más antigua, tiene más abolengo y tuvo mejor nivel económico, cultural y político. La puedo recuperar a partir del mismo planteamiento que ha seguido Cataluña.
Si el toreo desaparece tendrá que hacerlo por sí solo, no porque alguien quiera cortarlo de raíz. Todo lo que no sea una muerte natural sino inducida, no es aconsejable para crear ciudadanos sanos
¿Es partidario de un referéndum en Cataluña?
La simple pregunta te hace elegir uno u otro bando. En una sociedad que está tendiendo a diluir fronteras, que está tendiendo a unificar moneda, criterios, asuntos, que haya un lugar que quiera separarse de ese proyecto global a mí me hace dudar. No se puede dividir a una sociedad.
¿Usted entiende que la gente pueda estar cabreada y busque refugio, por ejemplo, en la independencia o en otros partidos políticos?
Lo que irrita a la gente es que dentro de esa crisis haya prosperado ese canibalismo económico. No es corrupción, es canibalismo económico. Se admiten errores en la gestión, en las previsiones. Pero si todo esto además tiene como trasfondo que en estas circunstancias se han beneficiado los que deberían haber dado ejemplo.
El hombre defraudado toma muchos caminos: uno es de la revancha y otras veces es el de la apatía. Me preocupa que haya una sociedad inducida a esa forma de pensar por la mala gestión de nuestros políticos
La gente se siente defraudada y esto sí deben apuntarlo los políticos. El hombre defraudado toma muchos caminos: uno es de la revancha, otras veces es el de la apatía, otras veces se convierten en seres improductivos, no sólo apáticos, incluso se pueden convertir en enemigos de la convivencia. Y esto es lo que me preocupa, que haya una sociedad inducida a esa forma de pensar por la mala gestión de nuestros políticos.
¿Echa de menos políticos de otra época?
Si repasas la historia, el problema es genético.
¿Qué opinión tiene de los nuevos partidos: Ciudadanos y Podemos?
A Ciudadanos lo veo más cerca de la realidad. Un país necesita clarividencia económica y quien más se acerca a esa verdad económica me parece que es Ciudadanos. Podemos tiene un problema y es que debe dejar muchas iras contenidas. Podrían tener un programa mucho más aceptable pero al final rezuman venganza. Me parece que no hay una conciencia económica próxima a la realidad en Podemos.
¿Qué opina de los resultados del 20-D y el 26-J?
Ante la duda, la gente vota lo que conoce. El PP no debe creerse todo ese apoyo.
¿Le preocupa que sigamos sin gobierno?
Es el surrealismo. Los relojes de Dalí cayéndose por las mesas. El tiempo que no importa, mientras tenga nómina da igual que los relojes se derritan.
¿Cree que estamos mejor sin Gobierno?
Deberíamos tener gobierno. Pero el cuadro es daliniano. No les importa.
Ante la duda, la gente vota lo que conoce. El PP no debe creerse todo ese apoyo
¿Piensa votar alguna vez, por ejemplo en unas terceras elecciones?
No. Votaré cuando tenga la seguridad de que no me van a defraudar. Hay una cosa por encima de los errores que es la honestidad. El hombre tiene que cometer errores, pero si parten de un sustrato de honestidad todos son subsanables.
¿Cambiaría usted la Constitución española?
Estos señores (los políticos) están para obedecer a la sociedad. Hay que preguntarle a la sociedad lo que quiere pero primero tienen que ponerse en orden ellos y no crear conflictos. Los políticos tienen que inculcar serenidad. Y todo cambio que se produzca bajo ese clima serenidad seguro que va a ser buenísimo.
¿Cree que el origen de los males de España se encuentran en una Transición mal resuelta?
No. Francia nos lleva 200 años. En esos 200 años, los franceses han pulido errores. Nosotros estamos muy verdes y tendremos que ir puliendo.
Podemos tiene un problema y es que debe dejar atrás muchas iras contenidas
¿Se informa a través de los medios de comunicación? ¿Lee prensa?
He seguido estos días los debates sobre la formación de gobierno. Cuando me van a tocar el bolsillo me informo. Lo demás, lo que no afecta a mi bolsillo, me interesa menos. Los artistas vivimos en una especie de burbuja. Nuestra preocupación tiene un sentido muy estético. Y el sentido estético no necesita que funcione bien el país, sino que lo preserves de malas influencias. Posiblemente he sido un hombre desinformado.
¿Se pueden emitir toros por televisión?
Cuando me demuestren que perjudica a los niños, que crea traumas, que concibe personalidades atormentadas… Es increíble todo el acceso que los chavales tienen a la pornografía y que el problema sean los toros. Pues nada, que Dios les bendiga.
¿Debe prohibirse la presencia de niños en las plazas?
Las conclusiones que sacan los niños son mucho más transparentes que las que llega a concretar el hombre que vive ya mancillado ya por todos sus prejuicios. El niño contempla la muerte como un acontecimiento totalmente transparente. Y ve lo que hay que ver en la muerte. No le causa ningún trauma. Cuando me demuestren a nivel psicológico que tiene repercusiones tendremos que desplazar a los niños.