Cuando uno llega a Aguilar de Segarra solo puede pensar que este municipio barcelonés es uno más entre los miles de pueblos que hay en España lastrados por la despoblación. A primera vista, apenas se aprecian una docena de viviendas y cuando te encuentras a alguien por la calle te sientes en la obligación de saludar, igual que cuando te cruzas con un grupo de excursionistas por la montaña.

Hasta ahí todo normal: la vida propia de un pequeño pueblo que carece de comercios y donde sus 251 habitaciones deben desplazarse a Calaf o Manresa incluso para hacer la compra. Pero esta localidad de la comarca del Bages está saltando a la fama por los informes que publica cada año la organización Automovilistas Europeos Asociados, que sitúan a Aguilar de Segarra como el municipio con más coches por habitante. Los datos del padrón municipal y de la Dirección General de Tráfico confirman que en este pueblo hay 58.518 vehículos matriculados pese a que solo hay empadronadas 251 personas. Es decir, según esta estadística, cada aguilarense tendría en su garaje nada menos que 233 coches.

Foto: Alberto Gamazo

¿A qué se debe semejante ratio? Obviamente, la razón no estriba en que sus vecinos sean especialmente aficionados a los coches o a que un grupo de ricos haya decidido vivir allí porque, de hecho, la mayoría de los vecinos viven de cultivar cereal o de trabajar en granjas de cerdos y conejos. No. En realidad, todo se debe a que una decena de empresas de alquiler de vehículos y de rénting han decidido abrir una oficina allí para ahorrarse dinero.

IMPUESTO DE CIRCULACIÓN

Aguilar de Segarra decidió bonificar al máximo el antiguamente denominado impuesto de circulación, que los conductores deben pagar cada año al ayuntamiento donde están empadronados. De esta forma, el propietario de un coche medio de 12 caballos fiscales paga en este pueblo apenas 9 euros al año; mientras que un residente con el mismo vehículo pagaría en Barcelona casi 137.

Para algunos, los dirigentes de Aguilar de Segarra serán unos caraduras pese a que se atienen por completo a la legalidad vigente. Para otros, serán unos tipos muy avispados que aprovecharon los descuentos contemplados en la ley para atraer empresas. Y argumentarán que esta disparidad fiscal, aun pareciendo injusta, es similar a la competencia que hay entre comunidades autónomas con el impuesto de sucesiones o de patrimonio.

El Ayuntamiento capta 600.000 euros al año por esta vía y las empresas se ahorran un montante considerable con simplemente abrir una oficina fantasma en el pueblo. Imagínense una empresa con 20.000 vehículos de 12 caballos fiscales que haya decidido matricular su flota en Aguilar de Segarra en vez de en Barcelona: se estaría ahorrando 2,5 millones de euros anuales. Todos parecen salir ganando, excepto las grandes ciudades que, además de perder ingresos, son las que en realidad sufren los atascos y la contaminación.

Foto: Alberto Gamazo

MALA IMAGEN

La mala imagen que provoca que estas empresas de automóviles estén utilizando este tipo de pueblos para pagar menos impuestos ha provocado que la mayoría hayan decidido eliminar las placas o letreros que tenían en los pisos o locales donde habían abierto una oficina para evitar aparecer en prensa. Según el concejal de Hacienda, Pere Aliaguilla Arnao, en Aguilar vino como consecuencia de un reportaje publicado en El Periódico de Catalunya, en el que se incluyó una imagen de un letrero donde aparecían las empresas Europcar y Arval. Ahora, no hay ni rastro de esa placa. EL ESPAÑOL se puso en contacto con ambas mercantiles para consultar si seguían operando allí. La primera dio la callada por respuesta y la segunda aseguró que nunca habían tenido una oficina en Aguilar.

Tampoco el edil de Hacienda de este municipio, con alcalde de Convergència desde las primeras elecciones democráticas, Valentí Riera-, quiere concretarlo para preservar la confidencialidad de las empresas. Ello se debe a que la mala imagen podría causar una fuga de empresas, con la consiguiente pérdida de ingresos. Aliaguilla, no obstante, especifica que alrededor de una decena de empresas tiene sus flotas matriculadas aquí, de las cuales solo “tres o cuatro” son grandes. Y añade que la media de matriculados ronda los 40.000, ya que se producen muchas altas en enero o febrero -cuando las empresas proceden a renovar su flota con vistas a Semana Santa y verano-, mientras que el resto de año van bajando.

El concejal de Hacienda, Pere Aliaguilla Arnao. Alberto Gamazo

El edil explica que el impuesto de circulación es el ingreso más importante del Ayuntamiento porque al haber pocos edificios apenas recaudan IBI y que eso les permite prestar servicios en un municipio que, además de Aguilar, comprende otros dos núcleos: Castellar y Coromines. No en vano, pese a su escasa población, el término municipal tiene una superficie de 45 kilómetros cuadrados, con viviendas muy desperdigadas, lo que les supone tener que mantener 150 kilómetros de tuberías de agua. “Sin el impuesto de circulación, el agua estaría a un precio prohibitivo”, añade.

PISCINA Y CASTILLO

Estos ingresos extra también permiten que el pueblo cuente con una piscina y una pista deportiva que son la envidia de otros municipios con la misma o incluso mayor población. De hecho, acuden bañistas de toda la comarca del Bages e incluso de municipios más grandes como Manresa buscando refrescarse en un sitio tranquilo, íntimo y rodeado de bosque mediterráneo. En verano, el único bar que hay en todo el pueblo se encuentra en estas instalaciones; mientras que el resto del año se habilita uno en el centro social.

Aguilar de Segarra cuenta con una piscina y una pista deportiva. Alberto Gamazo

El dinero también les está llegando, en colaboración con otras administraciones, para rehabilitar poco a poco el castillo de Castellar. Hasta hace unas décadas era propiedad de un particular pero, con el paso del tiempo, se fue degradando y se temía incluso que pudiera venirse abajo. La obra no está concluida, pero de vez en cuando se consiguen atraer visitas porque incluso se proyecta una breve película en la que el alma del señor del castillo explica la historia de este complejo. En un edificio anexo al castillo, al que se llega tras subir un camino 5 kilómetros desde Aguilar y que poco a poco se está adecuando para que puedan subir autobuses con escolares o jubilados, se ha habilitado un espacio para que en un futuro pueda ubicarse allí un vivero de empresas. Ya se han comprado hasta las mesas y las sillas.

OFICINAS FANTASMA

Tanto el Ayuntamiento como los vecinos admiten que las oficinas que las empresas de alquiler y rénting tienen en Aguilar no están abiertas al público. Según un vecino que vive cerca de algunas de ellas, tan solo acude de vez en cuando algún trabajador a recoger la correspondencia si la hubiera. En un pequeño bloque de viviendas cercano al Ayuntamiento sí puede apreciarse una placa con el nombre de dos empresas: Capexa Barcelona y Bixa Sabadell. Ambas son sociedades limitadas cuyo objeto social es la compraventa de turismos y vehículos comerciales e industriales, según consta en el registro mercantil. Ha sido imposible contactar con sus responsables. Pero parecen en cualquier caso sociedades de escaso tamaño.

La bonificación del impuesto de circulación es muy beneficiosa para las empresas con grandes flotas; pero en el caso de un particular rara vez sale a cuenta. Esto se debe a que una persona física está obligada a pagar el tributo allá donde esté empadronado y para ello debe demostrar que tiene un inmueble en el municipio o bien que reside habitualmente allí a través de un contrato de alquiler. Y esto hace que los 120 euros anuales que se pueda ahorrar por el impuesto de circulación sean una nimiedad en comparación con lo que costaría comprarse una casa o alquilar una vivienda.

100 KILÓMETROS DE CAMINOS

Salvador Serra, vecino de 57 años que trabaja en el sector agrario, entiende que esta rebaja fiscal provoque cierto malestar entre los conductores que deben pagar un impuesto 10 veces más alto por residir en una ciudad. Pero añade que le parece correcto que su Ayuntamiento utilice esta herramienta fiscal para captar ingresos. “Los pueblos tienen muy pocos recursos para recaudar dinero. Pero Aguilar y el resto de municipios pequeños también tienen que dar servicio a sus ciudadanos. A los que viven en Barcelona y en otras ciudades les gusta que todos los días salga agua de sus grifos. A nosotros también”, dice de forma irónica.

Aliaguilla añade que otro gasto importante del Ayuntamiento es mantener los alrededor de 100 kilómetros de caminos que hay para conectar todo el municipio, de los cuales aproximadamente 25 están asfaltados. “El problema es que los de tierra también requieren un importante mantenimiento. Cuando llueve, pueden quedar muy dañados a diferencia de los asfaltados”. En este sentido, Serra argumenta que los fines de semana acude gente desde las ciudades para hacer recorridos con todoterrenos o quads por sus caminos. “Me parece estupendo. Pero luego se llenan de baches y ni Barcelona ni Madrid se van a encargar de arreglarlos para que nosotros podamos utilizarlos el resto del año”.

UNA DEUDA CONSIDERABLE

Pese a esta buena situación económica, Aguilar también sale mal parada desde que el Ministerio de Hacienda publica el ránking de los municipios más endeudados por habitante, que les suele dejar entre los cinco primeros. “Esto es como en las matriculaciones, como somos muy pocos vecinos, la estadística resultante sale muy alta”, dice el edil. Los últimos datos indican que alcanza los 1,5 millones de euros, por lo que la deuda por habitante ronda los 6.000 euros. Sin embargo, esto se debe a que, hace algo menos de una década, el Ayuntamiento decidió impulsar la construcción de una central fotovoltaica para, precisamente, nutrir al pueblo de recursos si algún día se esfumaran los ingresos procedentes del impuesto de circulación.

El Ayuntamiento ha impulsado la construcción de una central fotovoltaica. Alberto Gamazo

El Consistorio pidió un crédito de 2 millones de euros -la inversión total alcanzó los 5- y ya se ha amortizado más de medio millón. “Estamos ingresando tres veces más de lo que nos cuesta mantenerlo. Pero es verdad que estamos ganando menos de lo previsto por los decretos que ha ido aprobando el Estado. Por ejemplo, el año pasado tuvimos que pagar 50.000 euros en impuestos. Han hecho trampa. Empezamos el partido con unas reglas y ahora han cambiado. En cualquier caso, si todo va bien, la deuda estará amortizada para 2022”.