Lo hace Isidora la carnicera, Javier el ganadero y, sin saberlo, Matilde, una viejecita enlutada a la que le cuesta recordar qué es esa palabra que todos mencionan machaconamente en el pueblo de un tiempo a esta parte.
“¿Amazon? ¿Quién me ha podido hablar de ellos?”, relata amablemente. “Sí, esa palabra la he oído yo. Jamazon. No sé por dónde me ha venido pero escucharla sí, la he escuchado”.
Y tanto que la ha oído. Todos ellos han comprado en Amazon en el último año y todos son de Añora, un pequeñito pueblo de la comarca de Los Pedroches (Córdoba), la localidad española que más compra por Internet. Ahora presumen orgullosos de dominar el e-commerce.
Las serenas calles de Añora, cuyo nombre procede de la palabra árabe 'naura' (noria), contrastan con el presumible ajetreo en Internet. No cualquier pueblo puede decir que el 85% de sus habitantes han comprado al menos una vez en la Red en el último año. O que de media compraron un 64% más que otros municipios de su mismo tamaño.
Es temprano y las panaderías concentran el mayor trasiego de vecinos, que de uno en uno entran a por el pan medio encogidos y con las manos en las axilas para resguardarse del frío. No hay negocios abiertos. Aunque lo cierto es que apenas hay comercio en Añora.
Con las campanas de la iglesia de San Sebastián dando las nueve de la mañana, la furgoneta de Correos entrega la mercancía a Pepi, la cartera del municipio. Entre las cartas se cuela un paquete de Amazon, algo habitual en los últimos años. “Raro es el día que no recibo alguno”, comenta tímidamente poco antes de empezar el reparto por las sosegadas calles del pueblo.
No hay un alma y la tranquilidad sólo se ve interrumpida por un nuevo repique de campanas que espanta a los gorriones del campanario. “Dejarán de sonar cuando se vaya la virgen de Fátima”, arguye el párroco antes de despedir unas reliquias de la virgen que recorre en furgoneta los pueblos de alrededor.
No hubo toque de campanas cuando hace días el pueblo recibía la visita de François Nuyts, director general de Amazon en España e Italia. El mandamás de la mayor plataforma de venta online llegó a Añora para reconocer al municipio como uno de sus más fieles clientes, el que más compra de todas las localidades de menos de 10.000 habitantes. También explicó que si se pusieran uno encima de otro todos los pedidos que hicieron los noriegos el año pasado en amazon.es se alzaría una torre cinco veces más alta que la catedral de Notre Dame, en París.
Las ciudades de más de 100.000 habitantes que más compran en amazon.es son Alcobendas, Madrid, San Sebastián y Barcelona. El año pasado, los pedidos que esta empresa mandó a pueblos de menos de 1.000 habitantes se multiplicaron por cinco.
De las gachuelas a Amazon
Matilde no ha estado en París. Nació hace 80 años en la calle Amargura de Añora y del pueblo ha salido lo justo. “Aquí se vive muy bien, ¿sabe usted?”, comenta risueña la viuda, completamente de negro. Bromea diciendo que tiene 18 años y se declara una buena crucera, término por el que se conoce a quienes celebran activamente una de las costumbres populares del municipio: las Cruces de Mayo. Ahí se salta el luto, al menos en cuanto a la fiesta se refiere, y se entrega a exornar la cruz.
“Cortamos la tela para hacer las flores y vamos cosiendo las hojitas una a una y pegándolas con un poquito de pegamento”, narra la octogenaria. “Antes usábamos una gachuelas —una mezcla viscosa de harina y agua— para ponerle la brillantina en los bordes, pero desde que hay pegamento… hemos avanzado mucho”.
No sabe Matilde que el engrudo con el que se apuntala esa tradición noriega viene de lejos y que llega a su casa por "Jamazon", como dice ella. Precisamente el pegamento incoloro de la marca Tesa es el producto más comprado por los vecinos de Añora. “Una cruz lleva mucho pegamento para que sea posible ensamblar todos los elementos, es algo clave”, dice Antonio Luis Caballero, técnico de Medio Ambiente y Turismo del municipio.
“Muchas mujeres lo compran por Amazon por la facilidad de acceso y por la velocidad en la entrega, también porque es un producto muy específico que cuesta encontrarlo. Debe ser incoloro o transparente para evitar que se vea y ensucie el montaje”, añade Caballero, que explica que las raíces de esta fiesta se remontan a generaciones atrás.
Varias cruces de granito conviven en las calles noriegas con las fachadas de piedra con tiras de cal, una estética que confiere el carácter sobrio a estas singulares casas típicas del valle de los Pedroches, preparadas para resistir el calor y el frío, ambos extremos. Sigue sin haber nadie por las calles.
Una sorpresa para el pueblo
“Parece que los pueblos pequeños estamos alejados de las nuevas tecnologías pero no es así, estamos en una comarca de poca población pero muy dinámica”, asegura Bartolomé Madrid (PP), alcalde de Añora desde el año 1995.
“La llamada de Amazon fue una sorpresa, evidentemente, pero no nos resultó extraño porque en un pueblo pequeño todos nos conocemos y todos sabemos que se compra mucho por Internet”, narra el regidor. “El comercio electrónico es una realidad en las casas noriegas”.
La cercanía con Pozoblanco, un municipio de 18.000 habitantes, hace que Añora tenga poco comercio y mucha dependencia de su vecino. Y una de las formas de romper esa dinámica es el comercio online, “algo que el Ayuntamiento no ha fomentado pero que es fruto de la política de acercamiento de Internet al usuario”, cuenta el alcalde.
“Dicen que nuestro municipio no se apuesta por el comercio local y eso es una falacia total, ambos tipos, en online y el tradicional son perfectamente compatibles y nadie se debe sentir agraviado”, zanja Madrid.
—¿Qué le gustaría ser: el alcalde del pueblo que más compra o del que más vende?
—Me gustaría ser, obviamente, el alcalde del que más vende. Y tratamos que nuestras empresas de Añora, y del valle de los Pedroches, intenten utilizar esa gran plataforma de venta online que es Amazon para poner sus productos en el mercado. De hecho, el propio director de la multinacional se ha comprometido con nosotros a llevar de forma gratuita a vamos empresarios de la zona a unas jornadas para que encuentren las claves que ayuden a poner sus productos en el mercado global.
—¿Qué vende Añora?
—Unos magníficos productos agroalimentarios, de derivados del cerdo ibérico, lácteos, aceites de oliva virgen extra, miel…
Pero por ahora el salto al negocio online se antoja lejano. Al menos para los empresarios que viven de la artesanía. La idea de la venta por Internet ronda la cabeza de Isidora Moreno desde hace meses. Dejó los estudios a los 17 años y desde entonces trabaja en el negocio familiar: una carnicería en la que preparan embutidos.
"¿Miedo a Amazon? No"
“Si hemos sobrevivido a las grandes superficies, ¿por qué le vamos a tener miedo a Amazon? Aquí tenemos buen género y la gente no es tonta”, cuenta Isidora mientras atiende a sus clientes, todas mujeres a las que conoce por su nombre. Además de una carnicería de producción propia también despacha pescado fresco y fruta.
Isidora nunca ha visto a Amazon como enemigo y sí como aliado. De hecho, compra en la Red uno de sus útiles: un termómetro digital para alimentos, que en su carnicería usan para asegurar la buena conservación del género y que es el tercer producto —por detrás de la Tablet Fire de siete pulgadas y ocho gigas, en segundo lugar— más venido por la multinacional en Añora. “Lo compré en Amazón (sic) porque no tengo tiempo de salir del negocio. Entro en Amazón, miro lo que tienen y compro lo que me hace falta. Es muy cómodo, la verdad. El termómetro lo compramos mucho, porque se usa mucho, también”, cuenta.
—¿Le gustaría vender sus productos por Amazon?
—Esto es una carnicería artesanal y ya nos gustaría poder vender por Amazon, pero no podemos. Tendríamos que hacer mucho kilos y se perdería esa artesanía. Lo hemos pensado mucho, pero no podemos. La calidad está antes que nada.
Los Pedroches es la comarca ganadera más importante de Andalucía y la segunda de España. La economía de la zona se sustenta en dos pilares fundamentales: el vacuno de leche, en torno a la Cooperativa Covap, y cerdo ibérico de bellota, que engorda en la superficie de dehesa continua más grande del mundo. Cada año municipios como Añora, Pozoblanco o Dos Torres dan juntos unos 35 millones de kilos de leche.
Una media de 38 litros de producción por vaca y día, 118 reses de ordeño y más de 250 cabezas de ganado en su totalidad son las cifras de la ganadería La Alegría, una de las más pujantes de Añora.
Al frente de ella está, orgulloso, Javier Barrios, que gestiona la producción con su hermano. En su familia también compran en Amazon el famoso termómetro, que usan para asegurar la temperatura —37 grados— del semen en cada inseminación de toros norteamericanos, canadienses o franceses.
“Comprar por internet ya no es algo propio de los jóvenes que residen en las ciudades. Como los habitantes de Añora, cada vez hay más clientes que residen en zonas alejadas de los grandes núcleos urbanos que usan Amazon y aprovechan las ventajas de esta nueva forma de comprar, que les permite acceder a millones de productos sin tener que desplazarse, ahorrándose conducir hasta la capital, aparcar en el centro de la ciudad, cargar con las bolsas… La comodidad de las compras online es, sin duda, la fuerza detrás de esta cambio y unos de los factores que explica el crecimiento del comercio electrónico en España”, explica Nuyts, el director de la compañía en España.
Aunque todavía son muchos quienes presentan reticencias a la hora de comprar por la Red, en el pueblo no falta un vecino, un amigo o un familiar que preste su ayuda para salvar el miedo al e-commerce. Rafael Gil, el trabajador del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Añora es uno de los más cotizados y también uno de los que más compra por Amazon, según la compañía. Se gasta de media unos 300 euros al mes, mayoritariamente en productos de electrónica. Su última adquisición fue un disco SSD de 750 gigas “aprovechando el Black Friday”.
“Hay gente que no se fía de dar su número de tarjeta o de comprar por Internet y me piden que les haga la compra, aprovechando la publicidad que me ha dado Amazon”, cuenta este cliente premium. Es el precio que debe pagar por ser el que más compra del pueblo que más compra. Y aquí no hay oferta que valga.