Con la muerte este lunes de Javier Echevarría, máximo responsable del Opus Dei, se abre el proceso para elegir a quien sería el tercer sucesor de Escrivá de Balaguer, el santo aragonés, fundador de la institución católica conocida como “La Obra” y que cuenta con cerca de 100.000 miembros, repartidos en los cinco continentes, de los cuales solo 2.000 son sacerdotes. No es de esperar una elección difícil y controvertida, dado el estatuto legal en el que se regula la elección. Pero además, por el sistema uniforme y “sin fisuras” propio del Opus Dei, los electores serán hombres elegidos por el prelado fallecido y procedentes de todos los continentes. Tienen muy claro dos cosas: por un lado, no escenificar divisiones, y por otro, mantenerse fieles al carisma del fundador. No será una elección “gatopardiana”, pues nada cambiará, sino una elección “firme y continuista" en el fondo, pero suave en las formas. Sobre todo, muy importante será cómo se trasmita a la opinión pública.
“En este momento, que podemos considerar de transición, lo único que tenemos claro es que el elegido será alguien que sepa mantener la unidad y la fidelidad creativa al espíritu del fundador, adaptándolo al momento actual y siempre fiel a la Iglesia”, comenta a EL ESPAÑOL un destacado dirigente de la Obra. Si los dos anteriores prelados, el beato Álvaro del Portillo y el fallecido Javier Echevarría, tenían en común haber convivido con el fundador, en este momento la figura que destaca y que con toda probabilidad será elegido será el actual vicario auxiliar, Fernando Ocáriz, español nacido en París y señalado de alguna manera como sucesor por Echeverría en los últimos años. Éste estuvo alejado de la primera línea de trabajo por la enfermedad y confió buena parte de sus tareas de gobierno a Ocáriz.
El nuevo candidato
Se trata de un sacerdote que “no solo cumple los requisitos, sino que además conoce bien el carisma fundacional y ha mantenido un trato fluido y constante con los dos últimos prelados”, comenta otro miembro numerario de "La Obra", entre quienes han comenzado a hablar del nombre del actual vicario general, el argentino Mariano Fazio, buscando un mimetismo con el pontificado del papa Bergoglio.
En el plazo de un mes, el actual responsable provisional, el vicario auxiliar Fernando Ocáriz, nacido en 1944, licenciado en en Ciencias Físicas por la Universidad de Barcelona, doctorado en Teología en la Universidad de Navarra, convocará al Congreso General Electivo, encargado de la elección del “Padre”, nombre con el que también es conocido el prelado de la Obra. Este órgano elector está compuesto “de por vida y tras designación personal del Prelado” solo por sacerdotes y laicos varones. Las mujeres están excluidas, si bien participan indirectamente a través del llamado Órgano de Gobierno de las Mujeres, presentando nombres de candidatos.
El perfil del nuevo responsable de la Obra queda claro en sus estatutos. Deberá ser un sacerdote que pertenezca al Congreso General, con diez años de filiación y 5 de sacerdote. Deberá ser hijo de matrimonio legítimo, que goce de buena fama y tenga al menos cuarenta años. Igualmente , según pide el articulo 130 de los estatutos debe brillar por sus “prudencia, piedad, amor ejemplar y obediencia a la Iglesia y a su Magisterio, devoción hacia el Opus Dei, caridad hacia los fieles de la Prelatura, y celo hacia el prójimo”.
Las condiciones se restringen más pues , además debe estar “dotado de especial cultura, también profana, de un doctorado en una disciplina eclesiástica, y de cualquier otra cualidad necesaria” .
La transformación del Opus Dei
El Opus Dei, que ha vivido un proceso de transformación en los últimos veinte años, especialmente en el mundo de la comunicación, sigue manteniendo muy claros ciertos principios fundacionales en los que no se contemplan fisuras publicas ni divergencias ideológicas en su seno. Hoy es un secreto a voces el nombre del tercer sucesor de Escrivá de Balaguer. Además, Fernando Ocáriz, comenta un sacerdote de la Santa Cruz residente en Roma, es alguien que “está capacitado para hacer la necesaria transición generacional, pues conoce bien la multiculturalidad en la que vive la Obra hoy, además de ser alguien muy cercano a los fundadores”. Quienes lo conocen, destacan su capacidad para mantener una “fidelidad creativa” y poder dar un paso más en la extensión de la Obra en otros continentes, especialmente en lugares más pobres, aumentado la labor social, sin abandonar su carisma fundacional, “la santificación en el trabajo de los cristianos”.
No habrá sorpresas; no es un Cónclave, como tampoco habrá muchas otras alternativas. Lo que hará única la elección de la figura es su forma del sistema elector y el carácter vitalicio del cargo, algo que ya ni tiene el Papa blanco, ni el Papa negro, el General de los Jesuitas. Ambos pueden presentar sus renuncia. El prelado del Opus Dei sigue siendo hasta la muerte.