A 12 kilómetros de Alicante, en uno de los dos únicos centros psiquiátricos penitenciarios que hay en España –el otro está en Sevilla-, la vallisoletana Lorena Gallego trata ahora de "resurgir", como dice su padre, José.
A principios de 2014, ayudada por su novio, Iván Trepiana, un joven en paro que residía en San Sebastián, la chica intentó matar con un cuchillo de 30 centímetros de hoja a la mujer y a la hija del reconocido periodista Paco González, conductor del programa radiofónico Tiempo de Juego (Cope).
Ahora, en una de las 324 habitaciones que conforman el recinto, Lorena intenta sanarse del trastorno que un psiquiatra le diagnosticó y por el que logró eludir la cárcel: la erotomanía. Es decir, la creencia ilusoria de que otra persona, normalmente de relevancia social mayor a la del enfermo, está enamorada de ella.
La joven, que acudió durante tres años para ver en directo el programa del periodista, pensaba que había nacido el amor entre ambos. Le llevaba dulces, le regalaba perfumes… Lorena le decía a su padre que salía de noche con Paco González, que mantenían relaciones y que en alguna ocasión el locutor se había desplazado desde Madrid hasta Valladolid tan solo para verla. Pero todo era mentira. Aquello solo existía en la mente de Lorena.
Ahora, el Tribunal Supremo ha ratificado el internamiento por un tiempo máximo de 20 años en un centro psiquiátrico penitenciario por intentar matar en 2014 a la esposa del locutor deportivo, así como también la condena penal para su cómplice.
Ingresada en un centro psiquiátrico
La joven pucelana lleva siete meses ingresada en el centro psiquiátrico alicantino. La chica, que ahora tiene 28 años, pasa la mayor parte del día fuera de su habitación individual, carente de rejas y donde dispone de aseo y ducha privados. Solo vuelve a ella para las siestas y después de la cena, en torno a las nueve de la noche, hora a partir de la que tiene prohibido salir.
Lorena se levanta temprano, sobre las ocho de la mañana, hace la cama y desayuna en el comedor junto a otros internos. Luego, se toma su medicación. Una sola pastilla diaria, cuenta su padre, José Gallego.
"En Soto del Real [la prisión madrileña en la que ingresó tras su detención en febrero de 2014] la hinchaban a medicación y no era ella, estaba irreconocible. Ahora los psicólogos y los analistas psiquiátricos que la tratan dicen que ha dado un giro de 180 grados", asegura su progenitor, quien la visita cada dos semanas. "Cuando la veo, me doy cuenta de que va por el buen camino".
En Alicante, Lorena ha comenzado a estudiar la carrera de Sociología a través de la Universidad Española a Distancia (UNED). La joven, que antes de pisar la cárcel trabajaba como higienista en una clínica dental de Valladolid, también se ha inscrito en un curso de inglés. Si no tiene terapia, suele ocupar sus mañanas entre libros y apuntes.
"No tiene recuerdos de nada"
Su padre explica que su hija está mucho más calmada y que ha dejado atrás esos brotes que le provocaban pensamientos negativos. Dice que la chica nunca habla de lo que hizo: "Le resulta totalmente indiferente todo aquello. No tiene recuerdos de nada. Ahora está centrada en volver a tener opciones en la vida".
Lorena llegó al centro psiquiátrico penitenciario pocos días más tarde de que la Audiencia Provincial de Madrid le impusiera un internamiento por un plazo máximo de 20 años. Desde su detención había estado en la prisión de Soto del Real, donde ni siquiera allí logró frenar sus impulsos contra la pareja del locutor radiofónico.
Desde la cárcel madrileña, Lorena, a través de cartas, trató de contratar a un sicario por 6.000 euros para que matara a la mujer de González. Su obsesión aún seguía muy viva. Como en la calle, donde antes de intentar asesinarla con sus propias manos quiso contratar a dos matones a sueldo de origen búlgaro. Estos, a su vez, contactaron con un mendigo español que dormía en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Se llamaba Fernando. Le propusieron asesinar a la esposa del periodista a cambio de 100.000 euros.
Pero el mendigo denunció el hecho ante la Policía Nacional y les entregó una fotografía de Iván, el cómplice de Lorena. Además, Fernando le envió un correo electrónico al locutor de Cope para alertarle de que alguien quería asesinar a su esposa.
O de ella o de nadie
Miércoles 5 de febrero de 2014. Lorena Gallego es una pucelana de 25 años que vive junto a su madre en Laguna de Duero, una localidad del extrarradio de Valladolid. Su padre, divorciado de la madre, vive en Valencia, aunque sigue teniendo contacto diario con su hija a través del teléfono.
Al constatar que sus planes previos de acabar con la mujer del periodista, Mayte, no funcionan, Lorena e Iván deciden dar un paso más. O de ella o de nadie, debe de resonar en la cabeza de la chica, que piensa que es el momento de cumplir su sueño: quiere ser la esposa del locutor.
Lorena e Iván, su novio de 30 años, les persiguen en coche. Lorena va pertrechada de cuchillos, grilletes y dos pistolas de juguete. Cuando se aproximan a la casa de la familia del periodista, en Boadilla del Monte (Madrid), la pareja asalta el coche de los familiares de González con la intención de secuestrar y matar a Mayte en un descampado.
Pero todo se tuerce para Lorena, que ve cómo esposa e hija de González, pese a que están heridas por las cuchilladas recibidas, se revuelven. Además, la hija del periodista logra salir del vehículo y pide ayuda entre los coches que circulan por las inmediaciones del lugar de los hechos. Al verlo, los dos agresores se marchan, aunque la Policía Nacional los detiene poco después.
"Era, y es, una chica sosa"
En conversación telefónica con EL ESPAÑOL, el padre de Lorena habla de su hija cuando quedan menos de dos de semanas para que se cumplan tres años de aquel suceso. Dice que Lorena "era, y es, una chica sosa" a la que desde la adolescencia le gustaron los futbolistas: que si Michel Salgado, que si Roberto Carlos, que si Mikel Aramburu…
Pero en 2011 cambió el césped por las ondas y quedó prendada de la voz de un periodista al que comenzó a escuchar cuando González aún estaba en Carrusel Deportivo (Cadena Ser). Cuando el locutor abandonó la emisora de Prisa y se cambió, junto a Manolo Lama y otros, a la Cope, Lorena también mudó el dial de su radio. Le gustaba tanto que su padre le sorprendió un día, a mediados de 2011, llevándola a ver una edición en directo de Tiempo de Juego.
José nunca dejará de reprochárselo. Aquel día, Lorena conoció a Paco González. Luego, la chica comenzó a ir ella sola hasta Madrid. Su padre dice que durante los tres años siguientes fue en torno a "un centenar de veces". Primero la acompañaba un amigo. Luego, se iba ella sola. Daba igual que fuera entre semana, cuando el periodista trabajaba por alguna jornada de Copa del Rey o de Champions, o fines de semana, cuando se disputan las jornadas de Liga.
Pocos días después de su detención, el suplemento sabatino de EL MUNDO, La Otra Crónica (LOC), habló con el padre de Lorena, quien insinuó que el periodista también tenía culpa en la ensoñación de su hija. "Está claro que si iba tanto al programa era con su consentimiento porque ahí no entra cualquiera. Además, Paco se debería haber dado cuenta de que no estaba bien y tendría que haberse puesto en contacto con sus padres", dijo José Gallego.
Todo comenzó a torcerse para Lorena un año antes del intento de matar a la mujer de González. Por aquel tiempo, el periodista comenzó a negarse a saludarla cuando visitaba los estudios de Cope, sabedor de que aquella chica había cruzado la raya. Sin embargo, Lorena le escribió cartas amenazantes contra su pareja, por lo que el locutor presentó una denuncia ante la Guardia Civil en octubre de 2010.
Por aquel entonces, la joven acababa de conocer a Iván, a quien convenció para acabar con la vida de la esposa del periodista. Ahora, esta misma semana el Tribunal Supremo ha ratificado la pena impuesta para ambos por la Audiencia Provincial de Madrid. Lorena pasará los próximos 20 años de su vida en un centro psiquiátrico, donde su padre la visitará este sábado. Su novio, en cambio, purgará durante 22 años en una cárcel. Son los dos protagonistas de un 'sueño' amoroso que a punto estuvo de acabar en tragedia y que dejó física y psicológicamente herida a una familia, la del conocido periodista, que nada tenía que ver con la ensoñación de Lorena.