Cursach empezó de la nada, cuenta a EL ESPAÑOL alguien que conoce al personaje desde hace años. Su padre era el conserje del Club de Tenis de Palma, lo que le sirvió para rodearse de gente bien y dejar de mirar al futuro desde la humilde garita de su progenitor. Hombre encantador y con natural don de gentes "de trato cojonudo, pero era un capo, sí", afirma la misma persona. "Encontrarás fotos suyas con tías buenas, pero con menores lo dudo. Es que adora a su hija pequeña. No me creo que haya matado a nadie", cuenta con incredulidad.
El caso es que en comparación con el presunto delito de homicidio o con el de corrupción de menores, a Tolo Cursach le debe de parecer un tema menor estar imputado por narcotráfico, pertenencia a organización criminal, extorsión, blanqueo, cohecho, amenazas, estafa, coacciones, delito fiscal, tráfico de influencias o delito contra el derecho de los trabajadores.
Cursach se convirtió en el empresario de la noche en Mallorca por excelencia. El emperador controlaba los territorios de Palma, Playa de Palma- El Arenal (reducto de alemanes)- y Magaluf en Calvià (paraíso británico) a través de la discoteca BCM (son sus iniciales, Bartolomé Cursach Mas). En el auto en el que el juez Manuel Penalva le manda a la cárcel queda recogido el testimonio de una mujer que "Bartolomé Cursach había decidido acabar con la zona de la Lonja y Santa Catalina para que acudieran a sus locales". Y se cargó esas zonas de ocio nocturno, incluida la conocida como Gomila, situada un nivel por encima del Paseo Marítimo de la capital balear donde Cursach tiene Tito's, la mítica discoteca del ascensor.
Uno de los innumerables testigos protegidos del sumario judicial, de 25.000 folios y que investiga una de las mayores tramas de corrupción en Mallorca, declaró a petición propia que el hombre para el que había trabajado durante años siempre había movido droga. El testigo se atrevió a declarar su sospecha: "Cursach se lo cargó", dijo refiriéndose a Chema, un currante del magnate que apareció muerto en la posesión de Tolo Cursach que se encargaba de cuidar. "A este dale medicina", es una de las frases que el testigo pone en boca de Cursach en relación a la muerte del empleado. El testigo protegido asegura que tiene pruebas de la supuesta corrupción de menores ejercida por Tolo Cursach, tres fotos en las que aparecería el empresario haciendo tocamientos a dos niñas y un niño. Según su testimonio, accedió a las fotografías porque se las enseñó Chema. Y según esa teoría Cursach se enteró a través de uno de sus lugartenientes. Poco después Chema apareció muerto por sobredosis.
Otro ex trabajador de Cursach declaró que el empresario facilitaba coca a sus empleados para que trabajasen mejor. Y explicó cómo trabajador, enfermo de drogadicción, también falleció por sobredosis después de un jaleo no resuelto con un paquete de coca propiedad, supuestamente, de uno de los hombres fuertes de Cursach. Ni Chema ni el otro hombre viven, pero los testigos protegidos de este caso, aunque respiran, nunca volverán a tener una vida normal.
Presión a policía y política
Las ventosas de los tentáculos del hasta ahora intocable Tolo Cursach presionan esferas policiales y políticas. En el auto del Juzgado de Instrucción número 12 de Palma que envió a la cárcel a Cursach y a su mano derecha, Tolo Sbert, que fue director general de Turismo cuando Gabriel Cañellas, del PP, presidía el Govern balear, revela que su grupo empresarial "se servía de diversos agentes y mandos policiales para literalmente MACHACAR A LA COMPETENCIA", en mayúsculas y negrita. Todo "A BASE DE INSPECCIONES con el fin de que no levantaran cabeza". La mayor parte de los testigos de la causa, protegidos o no, son personas con negocios de ocio nocturno, gente que cayó en desgracia cuando se dieron cuenta de que Cursach era el jefe supremo, el dueño de la noche mallorquina.
"El otro lugarteniente de Cursach sería Antonio Bergas", reza el auto, "responsable de conseguir influencias en diversos ámbitos por sus contactos en la Policía Local y la política de la isla". Bergas, que no ingresó en prisión provisional, era el responsable de contratar "a los agentes de la Autoridad para prestar servicios al Grupo Cursach" y, a través de intermediarios, hacían desaparecer las sanciones interpuestas a sus locales. Bergas, que había sido inspector policial, sabía las fichas exactas que tenía que colocar para que el puzle saliese siempre bien. Además- sigue el auto- sería también el responsable directo de informar a los encargados de los establecimientos del Grupo sobre "las revelaciones dadas por funcionarios públicos a sueldo de la trama". Es decir, sobre futuras inspecciones ("escasas" dice) que se iban a hacer en alguno de los locales del Grupo. Varios agentes manifestaron que "había órdenes no escritas de que toda actuación de la Patrulla Verde en la zona de la Playa de Palma se debía comunicar a través de la emisora de modo que el elemento sorpresa que debe acompañar a toda actividad inspectora automática e interesadamente eliminado".
El emperador unas veces se libraba de las inspecciones policiales y otras era avisado con tiempo suficiente como para que todo fuese bien. Según recoge el sumario Tolo Cursach pagaba las multas que no le ponían... pero de otra manera. El dueño del Megapark, Tito's, BCM o Pachá cerraba locales para agasajar a sus invitados especiales con barra libre de alcohol, coca y sexo. A finales de 2014 una joven de nacionalidad rumana declaró ser menor de edad cuando empezó a trabajar en un puticlub nada más llegar a la isla: "los policías nunca pagaban y había fiestas con políticos"- afirmó. Bacanales con horario exclusivo que empezaban a las cinco de la tarde. Cuenta un policía que prestó declaración que fue testigo de cómo un compañero suyo arrastró a una prostituta hasta meterla en el contenedor de la basura, en presencia de varios policías y un fiscal.
En el año 2014 la Policía Local de Palma multó al Grupo Cursach con sanciones inferiores, en total, a los 6.500 euros. En 2015 el montante llegó a los 17.700 euros y el verano pasado, al levantarse parcialmente el sumario, las multas ascendieron hasta los 185.000 euros. Una prueba del poder fáctico del magnate.
José María Rodríguez, ¿implicado?
Orgías en las que en los mentideros locales se situaba a uno de los políticos históricos del Partido Popular de Baleares, José María Rodríguez, el hombre que controlaba el partido en Palma y que era capaz de movilizar el voto en un sentido o en otro. El pasado verano se hizo público el sumario del caso. En él ya aparecía Rodríguez como "el artífice en la sombra del organigrama corrupto" ideado en la Policía Local de Palma. Rodríguez, una vez que el contenido de la investigación se hizo público parcialmente, solicitó declarar de forma voluntaria. Sin embargo el juez tardó quince días en citarle para que prestase declaración como investigado (antes imputado).
Fue el fin de la carrera política de un hombre que llegó a ser Delegado del Gobierno en Baleares cuando Rajoy ganó sus primeras generales. Aunque el puesto le duró poco porque ordenó investigar a la Guardia Civil después de que El Mundo publicase que estaba siendo investigado en una pieza del caso Gürtel. Rodríguez cayó pero mantuvo su cargo en el PP como presidente de la Junta Territorial de Palma. Cuando fue imputado en julio de 2016 en Génova 13 no quisieron sostenerle más. En la rueda de prensa donde anunció su "dimisión" Rodríguez desmintió los hechos: "Niego haberme beneficiado de ningún favor sexual", dijo acompañado por las desencajadas caras de sus leales en el partido.
La detención de Cursach y su posterior ingreso en prisión provisional es un paso de gigante en la investigación de un juez autorizado a llevar pistola por si las moscas. Primero cayeron los de abajo, los policías rasos, después sus jefes y ahora él. Es el paso previo para que explote, no queda mucho, la trama de corrupción política. De momento todo es presunto aunque Tolo Cursach ya no goza de presunción de ningún tipo.
Entre sus negocios Cursach posee el gimnasio MegaSport, cuyo lema es "Un estilo de vida" se publicita como el centro que "rompió el concepto de gimnasios en Baleares". Una persona habitual del gimnasio recuerda cómo llegaba Cursach a la cafetería: "era muy fanfarrón y le gustaba rodearse de todo tipo de gente que le adulaba". Y añade que Cursach nunca fue bien visto por los grandes empresarios tradicionales de la isla al considerar que su manera de hacer negocios rompía con las normas no escritas dentro del mundo de los negocios.
Es difícil encontrar a un guiri que venga a Mallorca y no haya ido a la discoteca BCM de Magaluf. Cada año pisan el recinto más de 300.000 personas y hace un mes la revista británica de música electrónica Dj Mag seleccionó a BCM como una de las cinco mejores discotecas del mundo. Nació en los 80 y desde hace cuatro años ha ido escalando posiciones en la lista hasta situarse en el top five de la publicación. Sin embargo, 27 años después de su apertura, resulta que la que se convirtió por un tiempo en la discoteca más grande de Europa, carece de licencia. Una imagen de éxito nocturno que supuestamente vivía la zona hasta la aparición del famoso vídeo en el que una joven le hacía una felación a un chico, en medio de un bar de Punta Ballena, ante los jaleos del resto de clientes, que esperaban a que les ocurriese lo mismo. Hasta entonces el balconing había sido la mayor atracción de la zona, cuando turistas hasta arriba de alcohol practicaban saltos desde balcones de las habitaciones hasta la piscina del hotel. El mamading sustituyó a balconing, pero ninguna de las dos actividades se ha extinguido. Incluso el dueño del bar donde se grabó el vídeo, que se hizo viral, declaró con absoluta normalidad que el mamading se practica en la zona desde hace más de 40 años.
El entorno del encarcelado niega los presuntos delitos cometidos por el magnate. Cursach está felizmente casado, "por lo menos aparentemente", con su segunda mujer, cuenta un conocido a EL ESPAÑOL, con la que vivía en su impresionante finca de Es Puntiró junto a su hija pequeña (de su primer matrimonio nacieron una chica y un chico). "Lleva años dando dinero a una ONG muy famosa en España", pero amenaza con que si sale a la luz dejará de hacerlo. Gran jugador de póker los lunes por la tarde organizaba timbas en casa, con sus hasta entonces amigos.