Según a quién se le pregunte, la Navidad puede empezar en fechas muy distintas. Hay quien dice que no llega hasta el propio 25 de diciembre, otros que cuando se encienden las luces, cuando se pone el árbol, cuando se empiezan a tararear villancicos… o cuando sale el anuncio de la Lotería de Navidad.
En este caso, hay pocas cosas que unan más a los españoles que uno de estos cortos, y cada año que pasa desde 1998 los clips van tomando un cariz casi legendario, sobre todo hasta la retirada de Clive ‘El Calvo’ Arrindell, que protagonizó los spots hasta 2006. Por las tablas de estos anuncios han pasado directores como Pablo Berger o Alejandro Amenábar y personalidades como Raphael o Montserrat Caballé. Pero no canten victoria todavía, porque no siempre ha habido éxitos.
Más bien, en los últimos años los anuncios de la Lotería de Navidad se han parecido más a una fábrica de memes que de ilusión. El de este año -que puedes ver aquí- ha recuperado algunos de aquellos que, por decirlo suavemente, pasaron sin pena ni gloria por el imaginario colectivo y, por contra, los que marcaron un antes y un después -para bien- en el todavía reciente historial de la publicidad navideña.
Con una retrospectiva a través del tiempo, el anuncio de esta edición ha puesto el foco en la importancia de compartir. De hecho, su eslogan es “Compartimos la suerte con quien compartimos la vida’', un claro mensaje hacia los amigos, familia, compañeros de trabajo y vecinos que, quizás, no se pudieron ver el año pasado en estas fechas de reunión. Este parece que ha gustado. Otros no pueden decir lo mismo.
Los peores anuncios
Un clásico que no puede faltar es el de 2013. El titulillo del spot pedía poner “tus sueños a jugar”, pero a más de uno seguro que le entraron pesadillas al encontrarse las caras de Montserrat Caballé y Raphael. Acompañaban a las dos leyendas David Bustamante, Marta Sánchez y Niña Pastori, un elenco de lujo para una melodía que, para el que más o el que menos, quizá no fue la más adecuada para las fiestas.
Si le preguntan al que escribe, el de 2013 no fue nada más que gracioso. La fábrica de memes estuvo boyante durante los días de emisión, amenizando un poco el despropósito, pero no siempre ganan las risas. A veces ni siquiera ellas son apropiadas.
En el caso del spot de 2008, ‘En Navidad todos somos un poco más humanos’, el país estaba de todo menos de fiesta por la llegada de la crisis. El anuncio, en cambio, mostraba a una sociedad demasiado optimista y feliz que, a ojos de la audiencia, no gustó demasiado.
Pero, si quizás hay un anuncio que se recuerda para mal por encima de los demás, ese es el de 2006, el primero sin el legendario ‘Calvo de la Lotería’. Cambio de época.
Quizá no fue tanta culpa del spot en sí, pero la marcha de Clive Arrindell era demasiado reciente y los hogares españoles empezaron a entender que algo iba a cambiar para siempre, tanto en las tramas del anuncio como en las formas de contarlo. Ni siquiera la música de Ennio Morricone en Cinema Paradiso fue suficiente para llenar el vacío de la cara más conocida de la lotería, y fue un fiasco.
Merece una mención especial el esperpento -con perdón- de 2010. A lo largo de esta lista hemos echado la culpa a la música, los motivos poco apropiados o las circunstancias adversas de cada spot. Pero hay algunos anuncios que directamente son insalvables.
La edición de 2010 no tiene sentido. Prometía bastante, con una especie de homenaje a los cuentos infantiles con tono fantástico, pero terminó por convertirse en un revoltijo de historias sin sentido, nula coherencia narrativa y escasa conexión con el sorteo de la Lotería. Hasta parece que dice mal la palabra "Navidad". Y encima, sin el calvo.
Los mejores anuncios
Siendo sinceros es más divertido criticar, pero a veces hay que quitarse el sombrero cuando las cosas están bien hechas. De hecho, en los últimos años, la mayoría de los anuncios han conseguido tocar la fibra sensible.
Por ejemplo, el de 2020 abordó sin sorpresa ninguna el tema de la pandemia de Covid-19 por medio de un relato muy sencillo: la reconciliación de dos hermanos que se reencuentran a través de la Lotería de Navidad. Pasan los años, pasan las épocas, la gente cambia, pero el décimo sigue siempre igual.
De un estilo parecido, el de 2019 también trata la narrativa de los lazos rotos y la unión durante las Navidades. Félix llega a casa de su ex nuera, recientemente divorciada, y le extiende un décimo: “Aunque ya no seas la mujer de mi hijo, para mí sigues siendo de la familia”.
Así, la premisa es bien clara: el sorteo que nos une. En sí, el anuncio fueron cuatro spots diferentes con un nexo común, pero este de Félix es el más recordado.
Los hay también que toman rumbos distintos. Uno de los preferidos fue el de 2014, en que un parroquiano que siempre compraba la lotería en el mismo bar se olvidó, durante un año, de coger su décimo. El mismo año que tocó.
La historia daba un giro al descubrir, en medio de la euforia colectiva y la pesadumbre del protagonista, que el dueño del bar le había guardado un billete: “Son 21 euros [...] uno del café, y veinte de esto”, le decía, enseñando el décimo. Algunos lo tacharon de “triste” y “patético”, pero aunque sólo sea por la evolución con respecto al año anterior merecía un puesto en esta lista.
En 2016, la confusión de Carmina al pensar que le había tocado la lotería recibió una de las mayores acogidas de los últimos años, si cabe algo eclipsada por la revolución que supuso el anuncio del año anterior. No obstante, la historia de la mujer que vive su propio Goodbye Lenin! con la Lotería de Navidad continúa siendo uno de los spots más emotivos del siglo.
En sí, la premisa es sencilla: una entrañable maestra jubilada que piensa que le ha tocado la Lotería. Sus hijos, conmovidos, movilizan a todo un pueblo en torno a la ilusión del sorteo navideño. Alguna crítica recibió por ser demasiado sensiblero, pero nunca llueve a gusto de todos.
Entre 2014 y 2016 los anuncios de la lotería navideña corrieron a cargo de Leo Burnett, la agencia creativa encargada de los spots, y los tres fueron fabulosos. En concreto, el de 2015 fue el que se llevó las mejores críticas por lo atrevido y acertado de su narración.
En este caso no hicieron falta ni calvos ni famosos, sólo una buena idea y una genial animación para contar la historia de Justino, el entrañable protagonista de esta historia. Al igual que ocurrió con el bar de 2014, el mensaje es el de la generosidad, esta vez con un personaje con el que es imposible no empatizar.
También te puede interesar...
- Dónde y cuándo se cobran los premios de la Lotería de Navidad (2021)
- ¿Qué tengo que hacer si me toca el 'Gordo' de la Lotería de Navidad?
- ¿Cuánto se lleva Hacienda si te toca la Lotería de Navidad?