“Dentro de lo malo, no es un producto tan malo, porque estas patatas fritas no tienen aditivos ni conservantes, sino que sólo son patatas hechas con aceite y sal”. Ésta ha sido la conclusión principal del nutricionista Ángel Nogueira tras analizar la composición de las nuevas patatas fritas que ha lanzado Belén Esteban al mercado por 1,55 euros. Éstas se enmarcan en una línea de productos, cuyo nombre es Sabores de la Esteban, que ya ha arrasado en la temporada primavera-verano con un gazpacho y un salmorejo. Y que ahora pretende abrirse hueco en los lineales con cuatro nuevos productos de cara al otoño y al invierno.
Así, este mes de octubre la popular colaboradora de Mediaset ha incorporado a su marca unas patatas fritas, una crema de verduras, una de calabaza y otra de calabacín a las que tendrá acceso si acude a Carrefour, El Corte Inglés, Alcampo o Dia. Por ello, EL ESPAÑOL ha querido preguntar a un profesional de la alimentación si las patatas fritas “soñadas” por Belén Esteban, tal y como las describe la estrella de la farándula, son buenas para nuestra salud o no. Su precio, no obstante, es de 1,55 euros la bolsa de 130 gramos.
“Veo que los ingredientes principales del producto son la patata y el aceite. Entonces, es como si las hicieras en tu casa. Observo que no llevan ningún otro conservante, sino que están hechas con patata aceite y sal. En este sentido, podríamos calificar el producto como natural. No sería como las Pringles, que son un puré de patatas, que luego fríen. O como las patatas de jamón o de queso, que llevan una serie de saborizantes y aditivos. En consecuencia, este producto sería natural porque no lleva ningún aditivo”, inicia su valoración el nutricionista Ángel Nogueira (La Coruña, 1976).
Pese a ello, el profesional de la nutrición, que dirige una consulta en el número 93 de la calle Fuencarral, en Madrid, manda un aviso a navegantes. “Nutricionalmente, siempre se recomienda que este tipo de productos se consuman ocasionalmente porque, al final, sigue siendo un producto calórico. Es decir, cuando tú fríes, hay una transferencia de agua y aceite. En otras palabras, el alimento —en este caso la patata— pierde agua y se rellena con aceite. Lo va absorbiendo. Entonces, claro, un producto que ya tiene calorías lo que haces es enriquecerlos con más calorías. Eso es la fritura”, explica el profesional.
Buen sabor
Algo que se puede destacar del producto, no obstante, es el buen sabor que tiene. Este medio las ha probado, junto con varios consumidores, y las valoraciones en general han sido positivas. “Lo mejor es que están bien doradas y son crujientes”, esgrime José Antonio, un cocinero profesional con más de 40 años de experiencia en el sector. Otros consumidores, en este sentido, destacan que “no son muy saladas, en contraposición de algunas de sus competidoras”.
Esto último, sin embargo, contrasta con una calificación menos positiva que ha hecho Ángel Nogueira a nivel nutricional, ya que las patatas fritas de Belén Esteban contienen un 7% de sal por cada 30 gramos. “Este producto no sería un alimento apropiado para las personas hipertensas. Es recomendable que estas personas consuman sal comiendo, por ejemplo, un buen jamón serrano o un poco de sal en unas acelgas, pero no en patatas fritas”, aclara Nogueira.
“Tampoco serían recomendables para una persona que tenga el colesterol o los triglicéridos altos. Así que, por muy natural que sea el producto, no sería bueno para las personas que puedan tener este tipo de patologías” añade. Y es que el nutricionista insiste en que, “a pesar de no tener aditivos, es un producto calórico”.
De hecho, explica que para las personas con sobrepeso, consumir patatas fritas es algo contraproducente. “Pero ni éstas ni las que nos podamos hacer en casa”, aclara. “Es un alimento alto en calorías, por lo que se recomienda el consumo ocasional. Una persona que no tenga sobrepeso, quizá, las pueda consumir más veces, pero una persona con sobrepeso lo tendría que eliminar de su dieta”, concluye.
Mejores que las Pringles
Ángel Nogueira, en todo caso, dice que las patatas fritas de Sabores de la Esteban “dentro de lo malo, no es un producto tan malo”. “Serían peores las Pringles o los Chetos, que al final tienen muchos más aditivos que este producto. Pero no sólo las patatas fritas de Belén Esteban, sino todas aquellas que estén hechas con patata y aceite de oliva”, sentencia.
Sea como fuere, Belén Esteban se está consolidando en el mercado de la alimentación con este producto y otras tres cremas de verduras que han salido al mercado bajo su nueva marca. Y, en el caso de las patatas, tal y como se ha indicado, es un producto más “natural” al no contener aditivos, conservantes y potenciadores de sabor. De hecho, son aptas para celíacos y para veganos al no contener ni gluten ni ingredientes de origen animal.
Detrás de ellas, eso sí, hay una empresa con sede en Bullas (Murcia) “con más de 50 años de historia”. Se trata de Rubio Snacks S.L., que son “líderes en fabricación de patatas fritas en sartén”. La empresa, en la actualidad, cuenta con dos fábricas en España de las que salen todos los productos que se comercian en el mercado español y en el resto del mundo. Ahora, la entidad se ha aventurado a afianzar una nueva alianza con Belén Esteban para su nuevo producto.
Estas patatas fritas, en suma, se añaden a la línea de productos de Sabores de la Esteban. El resto —gazpacho, salmorejo y cremas— también se hace en Murcia, pero en este caso es la empresa Cool Vega Company S.L., la responsable de la elaboración de los productos que firma Belén Esteban.
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