Los Globos de Oro pusieron a Netflix la miel en los labios y luego se la quitaron. La plataforma llegaba como la favorita, atiborrada de nominaciones tanto en cine como en televisión y poco a poco se fue desinflando hasta quedarse en perdedora. También en la parte televisiva, donde a pesar de contar con grandes ficciones perdió en todas las categorías de peso.
En comedia todos sabían que Fleabag se llevaría el gato al agua, dándole el premio a Amazon, pero tanto en drama como en miniserie tenían opciones importantes gracias a The Crown y la miniserie Creedme, pero no sirvieron de nada. En el apartado dramático la que arrasó fue Succession, la ficción de HBO que comenzó dubitativa su primera temporada pero que ha cogido velocidad de crucero en su maravillosa segunda tanda de capítulos, lo que le ha hecho llevarse el premio a la mejor serie y también al del Mejor actor a Brian Cox por ese patriarca shakespeariano que hará todo por mantener su emporio empresarial
Fue HBO la que también se llevó el premio a la Mejor miniserie por Chernobyl, que encima consiguió el de actor secundario para Stellan Skarsgaard. Así que Netflix se tuvo que conformar con el premio a la Mejor actriz en una serie dramática para la gran Olivia Colman por dar vida a la Reina de Inglaterra. La británica logró su segundo premio consecutivo y demostró que da unos discursos terriblemente ridículos. Nadie es perfecta, tampoco la Colman.
Menos mal que lo arreglaron dos mujeres que al recibir su premio levantaron a toda la platea por su compromiso y por aprovechar su momento para alzar la voz. La primera fue Patricia Arquette, que también ganó el año pasado y que esta vez, por su Globo a la Mejor secundaria por The act censuró que Trump ha llevado al mundo “al borde de la guerra” y está “amenazando por Twitter”. Así que pidió perdón a sus hijos por no dedicarles el premio pero que precisamente por ellos quería aprovechar para que la gente vote contra Trump en las próximas elecciones de 2020.
También pidió a las mujeres que fueran a votar en 2020 Michelle Williams, increíble en Fosse/Verdon por la que se llevó el Globo de Oro a la Mejor actriz en una miniserie. Williams, embarazada, pidió que las mujeres puedan decidir qué hacer con su cuerpo y que por todo ello había que “ir a votar pensando en vuestros intereses. Es lo que llevan haciendo los hombres toda la vida".
Dos gotas de lucidez en una gala llena de discursos aburridos, como mucho emotivos, y a la que no pudo acudir otro de los ganadores, Russell Crowe, que dio la sorpresa al ganar como Mejor actor de Miniserie por La voz más alta. Su interpretación de Roger Ailes, el magnate creador de Fox News y abusador sexual, le valió el Globo que le pilló en Australia con los suyos y en medio del terrible incendio que asola la zona.
La otra sorpresa, aunque no para los gurús de EEUU, fue el cómico egipcio Ramy Youssef, que por la serie basada en sus experiencias como musulmán en EEUU se ha llevado su primer premio. Un galardón que la crítica preveía pero que para casi todo el mundo sonó a extraño al no haber tenido ninguna repercusión fuera de su país.
De Juego de Tronos nadie se acordó, la despedida de la serie estrella de HBO sólo tenía una nominación, la de Kit Harrington, que evidentemente no se materializó. La prensa extranjera no ha comulgado con la última tanda de episodios del fenómeno de masas y no ha hecho como los Emmy, que le dio el mayor galardón.