Puede que no conozcas sus nombres, pero si has visto series y películas españolas en las últimas dos décadas, te has cruzado con su trabajo. Eva Leira y Yolanda Serrano. Yolanda Serrano y Eva Leira. Su primer trabajo se remonta a 2002, hace ya casi veinte años. María Valverde, entonces una desconocida que no se había puesto nunca delante de una cámara, fue su primer descubrimiento. Llegarían muchos (muchos) después. En su currículum aparecen Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar, Daniel Monzón, Daniel Sánchez Arévalo, Asghar Farhadi, Alberto Rodríguez, Icíar Bollaín… Y eso sin recurrir a la televisión, donde han consagrado su reinado en el audiovisual español. Solo en el mes de marzo de 2021 estrenaron Sky Rojo en Netflix, La templanza en Amazon Prime Video y Alba en Atresplayer Premium.
Si crees que el 2021 de Leira y Serrano fue bueno (lo es), su año anterior fue todavía mejor. Mientras el mundo se enfrentaba al caos, el aislamiento y la incertidumbre, las directoras de casting más importantes de nuestro cine y televisión estrenaron en 2020 Patria, Veneno, La Unidad y Adú, entre otros proyectos. Mientras esperamos el estreno de sus siguientes proyectos (con La fortuna, la primera serie de televisión para Movistar+ de Amenábar y la nueva película de Daniel Monzón a la cabeza), hablamos con dos todoterreno que siempre están buscando un nuevo desafío. De las consecuencias del COVID-19 en su trabajo, la tiranía (o no) de las redes sociales, los cantos de sirena lejos de España, su relación con los actores o su reciente ingreso a la Academia de Hollywood. Sí, de Hollywood. España se les ha quedado pequeña a Eva Leira y Yolanda Serrano. Por suerte, ellas no tienen ningún interés en abandonarnos.
¿Cómo le explicarías a alguien que no sabe lo que hacéis cuál es vuestro trabajo?
Eva Leira: Un director de casting sugiere a un productor o un director ideas sobre un acercamiento a los personajes para los que necesitan actores. Esas sugerencias a menudo vienen de actores que ya conoces y están en el mercado. También puede ocurrir que por el contexto y por ser de una franja de edad o un tipo de personajes muy concretos, tienes que buscarlo en la vida real entre la gente que no se ha dedicado nunca a la interpretación. Tu trabajo es encontrar a ese actor que haga realidad el sueño que un director o productor ha tenido con un personaje.
Yolanda Serrano: Nosotras solemos decir mucho que los personajes no existen, sobre todo en cine. El guion es una primera idea, pero no es algo útil si no se rueda. La literatura es otra cosa, pero un guion de cine no cumple su función hasta que no se rueda. Los personajes no existen hasta que no tienen ojos y cuerpo. Nosotras buscamos esa energía que se aproxima a lo que director y productor llevan años soñando. Los proyectos tardan mucho tiempo en rodarse, así que tienes que trabajar con esas expectativas que ellos arrastran desde hace años.
Habéis trabajado mucho tanto en cine como en televisión. ¿Se trabaja de forma diferente cuando lidias con un director haciendo una película o un showrunner haciendo una serie?
Leira: El trabajo es muy parecido. Hay una mayor diferencia en los tiempos de las producciones. Lo importante es que ese showrunner, director o productor ha soñado con ellos, les ha imaginado hablar, les ha visualizado en su cabeza y tiene una idea de ellos, ha conseguido venderlo... Pero el trabajo en sí es muy parecido.
Serrano: Nosotras empezamos a hacer cine. Cuando llegó la primera serie de televisión, lo que hicimos fue replicar nuestra forma de trabajo de cine a televisión. Para nosotras no hay diferencia.
En 2019 hicisteis el casting de Dolor y gloria, una película de Almodóvar, y Toy Boy, una serie protagonizada mayoritariamente por actores desconocidos. ¿Cómo cambia la experiencia de uno y otro?
Leira: Todo tiene su proceso, claro. No tiene nada que ver una prueba con un actor profesional que el trabajo que haces con un debutante.
Serrano: Lo que nos iguala en esto es que todos están nerviosos y eso hay que decirlo.
Leira: Hay películas y series en las que hay actores que entran directamente y las pruebas son muy distintas. Son muy largas y el director siempre está presente... El proceso con la gente no profesional es muy, muy largo porque tienes que hacer muchísimas pruebas hasta que ese trabajo tenga una estabilidad y la gente confíe en que están preparados. Eso con actores consolidados no pasa. Es una cuestión de cambiar el chip. Un día puedes estar en París y otro día de mochilera en Nepal. Las dos son preciosas, pero son distintas y haces cosas distintas en ellas.
¿Cómo ha cambiado vuestro trabajo en los tiempos del coronavirus?
Leira: En nuestra oficina hay una terraza maravillosa. Es ahí donde hemos hecho pruebas finales de varios proyectos. También hemos hecho muchas cosas por internet. No es la mejor forma de trabajar con los actores, pero hemos aprendido a mejorar el sistema. Hemos aprendido mucho este año, pero cuando hay decisiones finales que tomar, nos vamos a la terraza.
Serrano: Tuvimos que tomar decisiones cuando nos llamaron para hacer una serie en México. La idea era ir, pero cuando vimos que no podíamos ir les planteamos la idea de que contrataran a alguien de allí. Nos dijeron que ahora era una situación perfecta porque hasta los directores de casting mexicanos tendrían que hacerlo online. Nos lanzamos al agua e hicimos toda la serie online. Había un equipo de trabajo allí, pero las pruebas siempre las hacíamos nosotras por internet. Hemos aprendido a hacer algunas cosas técnicamente que tienen su gracia. Aquí en la oficina solo hacemos las pruebas imprescindibles, y siempre con todas las medidas de seguridad. La mayoría de los actores tienen pruebas de PCR porque están trabajando en estos momentos y aquí somos como colegas que toman algo en una terraza.
Leira: Covid no creo, pero alguna pulmonía... puede ser.
Los actores a menudo se quejan de la tiranía de las redes sociales en los castings. ¿Qué impacto tienen en vuestro trabajo?
Serrano: Te voy a decir una cosa. Las redes sociales son un escaparate, igual que lo eran antes los books. Para nosotras es otro lugar en el que puedes encontrar a gente, pero nadie, o al menos podemos decir que no ha sido así en nuestras producciones, nadie está en ellas por tener tantos seguidores o tal. Es un sitio donde asomarnos, pero no nos fijamos en alguien porque tenga muchos seguidores. Es como si tú eres campeón en los 100 metros lisos y luego te pasas a hacer marcha. Pues igual ahí eres un tarugo.
¿Cómo es la situación contraria? ¿Qué pasa cuando os enamoráis de alguien que es difícil de vender?
Leira: ¿Sabes lo que pasa? No es una cuestión de fe, lo ves o no lo ves. Cuando eso ocurre es porque tenemos a alguien que ha hecho muchísimas pruebas. Lo que nosotras intentamos es que eso va a funcionar, porque está en las pruebas. No tienes que pedirle a alguien que se fíe de ti.
Serrano: Si nosotras no lo hemos visto, no podemos pedirle a alguien que lo haga. La fe aquí no existe.
Leira: Hay muchos mitos con este trabajo. "Estaba en el metro y de repente vi a un chico y me dije: ¡Es Harry Potter!". No, nos ha pasado nunca algo así. Si creemos que hemos encontrado a Harry Potter es porque Harry Potter ha hecho 300 pruebas. Claro que tienes ojo y puedes ver algo que te llama la atención por lo que sea, pero no estás seguro ni mucho menos. Los no profesionales pasan unas pruebas durísimas antes de conseguir un papel.
Serrano: Esto puede ser como el amor. La primera cita puede ser genial, pero en la quinta ya no hay química.
Leira: Los encuentros "accidentales" pueden ocurrir. Nosotros hemos encontrado a gente viendo una prueba de otra persona y de repente te das cuenta de que el que te interesa es quien da la réplica. Así es la vida.
¿Se pueden ver películas y series sin estar buscando a la siguiente gran promesa o es imposible desconectar?
Serrano: Creo que nos pasa lo mismo que con un crítico cuando ve una serie o una película. A veces estamos viendo algo cada una en su casa y nos mandamos mensajes compartiendo notas sobre detalles que nos llaman la atención. "¿Has visto ese qué bien ha dicho esa frase?" Yo sí soy capaz de disfrutar de una película y apreciar un buen trabajo sin necesidad de verlo desde el punto de vista de una directora de casting.
Leira: Ahora hay una visión mucho más global del mercado y ves ficción noruega, turca, francesa... Me parece maravilloso poder ver actores tan distintos, en mercados tan diferentes y poder ver a cada uno en sus idiomas. Hay algo de la actuación que traspasa más allá del idioma. El lenguaje de la actuación es internacional. Somos buenas espectadoras.
Os han invitado a ser miembros de la Academia de Hollywood. Habéis hecho Dolor y gloria y Veneno, que se han visto en todo el mundo. ¿Os imagináis haciendo la aventura americana?
Serrano: No lo vivimos así. Para nosotros Hollywood no sería un escalón.
Leira: En el pasado ya hemos trabajado con Steven Soderbergh, Jim Jarmusch, Ken Loach... Ahora estamos haciendo la parte española de una serie americana que se va a rodar aquí, In from the Cold. Pero siempre con personajes que eran españoles. Lo que sí estamos viendo ahora es que por primera vez estamos teniendo una relación directa, de verdad, con Latinoamérica. Hay un salto exponencial brutal y luego nuestra ficción ha dado un salto increíble. Para nosotras no es tanto el sueño americano, como el gran sueño global en español. Eso nos parece que es un reto y que está muy cerca. Ahora hay una ficción interesantísima en otros países. Estados Unidos creó esta industria, pero yo veo algunas series que me hacen decir... ¡yo quiero ser nórdica! En La templanza por ejemplo nos enriqueció mucho fue ir a México, descubrimos un mercado que no conocíamos y conocimos a gente increíble.
Serrano: Fue maravilloso. A eso nos referimos con viajar y conocer otros mercados. Para nosotras ir a México y tener la oportunidad de descubrir actores nos encanta, como personas y como directoras de casting. Nos ayuda y nos vuelve a encender en este trabajo. Cuando nos ofrecieron La templanza, lo que más ilusión nos hizo era ir a México. No podíamos hacerlo solo con los mexicanos que hay en España, que son muy pocos. Queríamos ir a allí y nos dijeron que sí.
Leira: El sueño americano está muy bien, pero creo que estamos en otro punto. Pero todos, no nosotras. La industria se ha hecho global y casi se puede trabajar desde tu propio territorio en muchos proyectos interesantes gracias a las sinergias con empresas de cualquier sitio.
Serrano: En España seguimos teniendo retos. Nos encanta conocer a nuevos directores, ir a la ECAM y la ESCAC para estar en contacto con la gente que va a salir de ahí. Nos gusta ir a dar clase para saber lo que viene. Miramos hacia adelante en busca de nuevos desafíos, pero nos gusta mirar atrás para ver quién quiere contar historias. Aunque nosotras vayamos a ser unas señoras mayores cuando llegue ese momento.
Una de las asignaturas pendientes que tenemos en la ficción española es la multiculturalidad.
Serrano: La ficción es un reflejo de la sociedad y nosotros no somos franceses ni ingleses. Cada vez somos más multiculturales en España, pero otros países europeos llevan viviendo el mestizaje muchísimos más años que nosotros. Vamos poco a poco. Siempre la ficción va por detrás de la realidad, pero ahora ya se está haciendo un esfuerzo por abrirnos.
Leira: Tenemos que hacer pequeños cambios en ese sentido. Si haces un casting del Madrid actual, del Barcelona actual, debes representar la diversidad que te puedes encontrar en tu día a día. Tú puedes ir al médico y encontrarte un médico colombiano. Eso ya está pasando. Lo mismo en un despacho de abogados. Esa normalidad es lo que tenemos que aplicar ahora. Hay que reflejar la sociedad sin tener que explicarla o justificarla. Aspiramos a esa normalidad, pero creo que estamos en el buen camino.
El futuro de los actores está en vuestras manos. ¿Qué clase de relación se puede tener con un actor?
Serrano: Hay que tener una relación profesional clara. Si tenemos algún amigo actor, tiene que entender cuál es nuestra profesionalidad. Si no, no puede ser nuestro amigo. Se tiene que entender la relación por los dos lados. Yo tengo amigos actores y gente a la que quiero en la profesión, pero mantienes una relación muy profesional.
Leira: No es un debate que nos planteemos realmente. Creemos que la profesión de actor es maravillosa y muy delicada porque trabaja con sus emociones. Tenemos que pensar que todos somos profesionales.
Serrano: Son nuestra materia prima. Si no los cuidamos, no podríamos trabajar. De las cosas más bonitas que nos ha pasado fue cuando, en el estreno de una película, vino a vernos una actriz a la que no habíamos cogido para el personaje y nos dijo: "qué bien lo hacéis, cabronas, no me cogisteis y me enfadé muchísimo, pero qué bien está". Tampoco hay que olvidar que es un trabajo muy subjetivo, y que tampoco hace falta siempre el mejor actor para hacer un personaje, sino la persona que mejor encaja para ese perfil.
Es vuestro primer año como académicas. ¿Cómo llega ese momento?
Serrano: Olivia, una amiga que trabaja en Netflix, me mandó un mensaje dándome la enhorabuena. ¿Enhorabuena de qué? Yo no entendía nada.
Leira: Esa misma noche, casi a las doce, me llegó un correo electrónico. El remitente decía "The Academy". Pensé lo mismo. “Enhorabuena. ¿Enhorabuena por qué?” Pensé que sería spam de cualquier empresa, pero me lo leí tres veces, despacito.
Serrano: No teníamos ni idea de que ese proceso existía, así que le mandé un mensaje a Eva. "Que dicen que enhorabuena". De repente empezamos a recibir mensajes de otros compañeros a los que acababan de hacer miembros, como el productor español Álvaro Longoria o Javier Braier, el director de casting argentino.
Leira: Todavía no tenemos ni idea de cómo pasó, pero es el primer año que votamos. Es superemocionante. Frances McDormand está soberbia, espectacular. Nos encantó The Father. Me ha gustado mucho el polaco de Corpus Christi, aunque la película estuvo en los premios del año pasado. Somos muy defensoras de los actores de Otra ronda, son otra liga, aunque no estén nominados. El chico de Sound of Metal, Riz Ahmed... como está. Hay de todo este año. Y hay que investigar más, que hay mucha gente con talento.
Serrano: Tenemos amigos que nos piden que votemos lo que les gusta a ellos. Todo el mundo quiere dejar su semillita.
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