Tras la muerte de Matthew Perry se ha creado una fundación en nombre del actor. A través de este organismo, y tal como era su deseo en vida, será recordado como una persona que ayudó a los demás a luchar contra la adicción. Su legado será honrado con la Fundación Matthew Perry, creada para continuar con su compromiso de ayudar a otros a superar esta enfermedad. 

"En el espíritu del compromiso duradero de Matthew Perry para ayudar a otros que luchan contra la enfermedad de la adicción, nos embarcamos en un viaje para honrar su legado mediante el establecimiento de la Fundación Matthew Perry, guiados por sus propias palabras y experiencias, e impulsados por su pasión por hacer una diferencia en tantas vidas como sea posible", dice el comunicado oficial de la fundación.

La página web recoge las palabras que dijo el actor en el podcast "Q With Tom Power" en 2022, promocionando sus memorias, sobre la forma en la que quería que le recordaran tras su fallecimiento: "Cuando muera, no quiero que lo primero que se mencione sea Friends. Quiero que ayudar a los demás sea lo primero que se mencione. Y voy a vivir el resto de mi vida demostrándolo. La adicción es demasiado poderosa para que alguien la venza solo, pero juntos, un día a la vez, podemos vencerla"

La fundación está patrocinada y gestionada por el National Philanthropic Trust, una organización benéfica pública y líder en fondos asesorados por donantes que ha recaudado más de 49.000 millones de dólares desde su creación. En la web de la Fundación Matthew Perry hay un apartado abierto a donaciones para apoyar su causa.

Una lucha pública

Perry había hablado abiertamente de su lucha durante décadas contra las adicciones al alcohol y los opiáceos. En sus memorias Friends, Lovers and the Big Terrible Thing, publicadas el año pasado, el actor recordaba cómo en el punto álgido de su adicción, durante sus últimos años en la comedia de NBC, tomaba 55 pastillas de Vicodin al día.

Durante la promoción de su libro, declaró a The New York Times que llevaba 18 meses sobrio y que "probablemente había gastado 9 millones de dólares intentando estar sobrio". Parecía comprometido con su sobriedad y quería ayudar a otros que también luchaban.

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El actor falleció a los 54 años el 28 de octubre en un jacuzzi de su casa de Los Ángeles, según informaron entonces fuentes policiales a Los Angeles Times. La oficina del forense de Los Ángeles aún no ha establecido la causa de la muerte, pero los primeros informes toxicológicos apuntan que no había rastros de drogas como el fentanilo o la metanfetamina en su organismo.

La cocreadora de Friends, Marta Kauffman, dijo en el programa Today que habló con Perry dos semanas antes de su muerte y señaló que "estaba feliz y animado. No parecía agobiado por nada. Estaba en un momento realmente bueno".

"Parecía estar mejor de lo que le había visto en mucho tiempo", añadió. "Me encantó verlo. Estaba emocionalmente en un buen momento. Tenía buen aspecto. Había dejado de fumar. Estaba sobrio. Aprendió cosas a lo largo de todo esto y lo que aprendió más que nada es que quiere ayudar a otros adictos, y eso le dio un propósito."