El Festival de Montecarlo es la capital mundial de la televisión en estos momentos. Desde el 17 al 21 de junio pasarán por el Principado de Mónaco actores como Matthew Fox, Taylor Kitsch, Paige Spara, Taylor Kinney y David Hasselhoff. También hay espacio para la ficción española: Un asunto privado, la primera colaboración entre Amazon Prime Video y Bambú Producciones, aspira a llevarse la Ninfa de Oro del certamen televisivo más importante de Europa en su 61 edición.
Jean Reno, Ángela Molina y Aura Garrido han viajado hasta Montecarlo para estrenar una ambiciosa historia de detectives amateur en clave de comedia ambientada en la Galicia de 1948. La eterna Amelia de El ministerio del tiempo interpreta en esta ocasión a una atrevida joven de clase alta con alma de policía, Marina Quiroga, que se propone dar caza al asesino en serie que acecha la zona. Su mayor aliado será su mayordomo, un hombre discreto y servicial cuya sensibilidad y audacia le sitúan siempre en el punto clave de la investigación. Esta atípica pareja luchará contra los prejuicios de la época y la resistencia de las autoridades para llevar al culpable ante la justicia.
"Estaba deseando hacer una comedia", confiesa la actriz a SERIES & MÁS en Montecarlo. "Marina es un personaje maravilloso y me siento muy afortunada de poder hacer algo muy diferente y especial. Un asunto privado es una producción muy cuidada. Amazon ha decidido entrar muy fuerte". La serie de aventuras es el tercer contenido de Amazon Originals en España, siguiendo los pasos de El cid y La templanza.
En el horizonte están Sin huellas, la dramedia con toques de paella wéstern de Carlos de Pando y Sara Antuña, y Reina Roja, la esperada adaptación del best-seller de Juan Gómez Jurado. Ahora es el momento de hablar de Un asunto privado, una ambiciosa producción de época que llegará a Prime Video el 23 de septiembre.
Nuestra ficción tiende a verte como una heroína de época, pero con un giro inesperado. Ahí están Amelia de El ministerio del tiempo o la Matacuras de Malnazidos. ¿Qué te gustaba de Marina?
El personaje es un caramelo, es una pasada. Para empezar, yo tenía muchas ganas de hacer comedia desde hace años, y eso es algo que Teresa sabía. Es increíble cómo se acuerda de todas las cosas que le dices. Yo estaba deseando pasarme a la comedia y explorar otro tipo de personajes. Marina es muy especial por muchos motivos, pero sobre todo por esa esencia que la hace tan diferente a cualquier cosa que haya hecho antes. Esa energía radiante que tiene. David Pinillos, el director de la serie, dice que es una “ardillita”.
También me atrajo mucho el punto de vista que veía en Marina y en la propia serie. Es algo que estaba ya presente en el primer guion. Luego me di cuenta de que tenía todo el sentido del mundo. Por un lado estaba Teresa como productora en Bambú y por otro lado el equipo de Amazon, que estaba formado mayoritariamente por mujeres. Entendí que había una voluntad, una conciencia y un punto de vista muy concreto y que se aplicaba en muchas cosas. Al principio, por ejemplo, Teresa me dijo que este personaje estaba escrito como si fuera a ser un hombre, y eso se percibe en el arco que tiene o en que se le permite equivocarse, por ejemplo. Marina se enfrenta a un proceso de aprendizaje y exploración en el que puede probar cosas y equivocarse sin convertirse automáticamente en un personaje fallido. Sigue siendo una heroína con aristas.
Otra cosa que me gustó es que desde el principio insistieron en que no querían hacer un personaje que girase alrededor de una historia de amor. Por eso el mayordomo es un hombre mayor y tienen otra dinámica entre ellos. Si ponían a un actor joven a mi lado, la audiencia iba a pensar en una trama romántica y no era por dónde querían llevar la serie. Todas esas cosas me atrajeron muchísimo del proyecto.
A su manera, Teresa es una autora. La música, el tratamiento de la época, el cuidado por el vestuario o el diseño de los personajes hacen que sus series sean muy reconocibles sin tener que ver en los créditos que ella está detrás.
Teresa es una productora que tiene una visión muy concreta de las cosas. Lo tiene muy claro y es algo personal para ella. Además, es alguien que se implica mucho en los proyectos que desarrolla, se enamora de los personajes y de sus historias. Ella te cuenta las formas de una cosa que es muy difícil decirle que no. Tienes una primera reunión con ella para hablarte de un personaje, de Marina en este caso, y cuando cuelgas el teléfono estás dentro. Te transmite las cosas de tal forma y con tanto detalle, que quieres acompañarla en ese viaje. Antes de empezar a ensayar, tanto ella como David Pinillos habían pensado juntos en la esencia de Marina y en cuál debía ser su camino a seguir. Fue muy divertido seguir buscándola entre los tres en ese momento previo al rodaje.
Tu otro compañero de viaje es quizás el más inesperado. ¿Cómo ha sido compartir escena con alguien como Jean Reno?
Trabajar con Jean Reno ha sido muy bonito porque nos entendimos muy bien desde el principio. Él me acogió con mucho cariño y me cuidó en todo momento. Me sentía muy protegida estando con Jean, así que fue muy fácil crear esa conexión y esa complicidad que tienen Marina y Héctor. Es una relación que sigue evolucionando durante los episodios, hasta llegar a un lugar muy bonito. Ha sido un privilegio trabajar con alguien como Jean. He aprendido muchísimo solo con verle trabajar cada día. Me llamaba mucho la atención lo específico que es y lo bien que lee a todos los personajes. Es una persona muy inteligente.
La ropa es otro de los elementos que llaman más la atención en Un asunto privado. ¿Cómo ayudó el trabajo de Pepe Reyes a dar forma a Marina?
La ropa era también otro de los detalles que daba forma al personaje. Su vestuario influye hasta en su forma de andar. Cuando va en tacones y falda de tubo, tiene que cambiar sus andares si quiere ir rápido. Hay un punto de partida que siempre tuvo claro Teresa y me resultó muy interesante. En todos los capítulos Marina empieza con un personaje perfecto que se va desmontando, rompiendo y alterando a lo largo del episodio. Es un concepto muy bonito y que dice mucho del personaje.
Cada vestuario de esta serie tiene tres, cuatro o cinco alteraciones. El equipo de vestuario liderado por Pepe Reyes y Teresa crearon juntos ese mundo. A veces era imposible moverse con ellos. Me daban una falta de tubo y tenía que pedirles que me la abrieran cinco centímetros porque literalmente me iba a caer al suelo. Muchas veces había que ir adelantando el vestuario. Podíamos tener un modelito para cuando está caminando y el vestuario se tiene que ver perfecto. Luego cambiábamos de traje para hacer posible la acción y el movimiento. O para poder meter un arnés dentro, por ejemplo. Para poder hacer que corra o que salte.
Hiciste una serie con Bambú hace casi diez años, Imperium. ¿Cómo ha sido reencontrarse con una productora que tiene fama de cuidar tanto a los actores?
Ha sido muy guay colaborar con ellos. Para mí han sido dos proyectos de época, pero en realidad han sido completamente diferentes. Como dices ha pasado mucho tiempo entre uno y otro. Yo he cambiado mucho y mi carrera también. En estos 10 años Bambú también ha tenido un carrerón increíble. Ha sido la creadora de las primeras series de varias plataformas: Netflix, Apple TV+ y Movistar Plus+. En el caso de Amazon, por ejemplo, ha sido la tercera. Su trayectoria ha sido brutal y ha ayudado a que se rompan muchos moldes en este país.
Ya llevas más de diez años trabajando como actriz. ¿Crees que hay algún paralelismo entre tu carrera y la de Marina, una persona que quiere dedicarse a algo que su entorno no entiende? ¿Te ha pasado alguna vez que te has dado cuenta de que la industria quería algo de ti y tú querías seguir por otro camino?
Diría que no. Hay muchas cosas de Marina con las que me identifico, pero quizás esa situación no la he vivido tanto. para empezar porque en mi casa mis padres me han apoyado siempre. Entendieron lo que quería hacer con mi vida y me han ayudado muchísimo. Han sido un soporte muy fuerte siempre. No me ha pasado como a otros compañeros que tenían padres que no les apoyaban en su decisión de ser actores.
Creo que soy una persona que ha tenido mucha suerte. He trabajado muy duro para intentar encontrar mi hueco en la industria, pero también me siento muy afortunada en los personajes, los compañeros y los proyectos que me han llegado. Lo que sí es verdad es que, como todos los que ya llevan unos años trabajando, he vivido muchas cosas. Empiezas con mucha pasión e inocencia y luego los claroscuros de la industria te trastocan las cosas. También he pasado un tiempo intentando encontrarme a mí misma dentro de esa industria más allá de lo que esperen o no esperen de mí. He intentando trabajar en descubrir qué es lo que quiero yo, qué me parece bien y qué no, por dónde estoy dispuesta a pasar y por dónde no.
He tenido que aprender a decir que no y a preguntarme qué es lo que quería de verdad. La interpretación es una carrera en la que puedes pasarte demasiado tiempo preguntándote qué es lo que quieren los demás de mí, y también es importante saber lo que quiero yo. Todavía estoy en ese proceso, pero ya empiezo a tener más claro dónde me quiero colocar, y dónde no quiero. A mí es algo que me pasa como actriz, pero creo que es extensible a otras profesiones. Cuando tienes una vocación admiras a todo el mundo y llegas con ganas de hacerlo todo y contentar a la gente, pero luego las cosas son más complicadas. Para bien y para mal. Creo que en cierto modo es un viaje que también acaba viviendo la propia Marina.
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