El mejor truco realizado por el diablo fue convencer al mundo de que no existía. La cita célebre, sacada de un clásico del thriller como Sospechosos habituales, podría aplicarse también al fascinante villano de Encerrado con el diablo, la gran sorpresa seriéfila del verano. Apple TV+ acaba de estrenar el sexto y último episodio de la miniserie de Dennis Lehane, un memorable cara a cara entre Taron Egerton y Paul Walter Hauser que ha ido más allá de los vicios y lugares comunes del true crime.
Antes de cruzarse con Jimmy Keene, el traficante que entró en una prisión de máxima seguridad para sacarle una confesión antes de que pudiera ser liberado por falta de pruebas, Larry Hall era un mentiroso compulsivo que confundió a unos investigadores que lo dejaron marchar al verle incapaz de ser el responsable de los numerosos casos de violación y asesinato de los que sería acusado años más tarde.
Paul Walter House fue escogido para interpretar al criminal después de sorprender a la industria con la desarmante naturalidad de sus aproximaciones al mito del paleto sureño (conocidos en Estados Unidos como rednecks) en películas como Yo, Tonya, Infiltrado en el Kkklan y Richard Jewell, la película de Clint Eastwood en la que interpretaba al personaje del título. Su inquietante trabajo como Larry Hall debería situarle en la carrera por todos los premios televisivos del próximo año. SERIES & MÁS estuvo hablando con el actor de 35 años de los retos de meterse en la piel de un personaje tan incómodo y aterrador como Larry Hall.
¿Cómo fue el proceso creativo de encontrar los movimientos y la forma de hablar tan característicos de Larry?
No había mucho audio o video disponible sobre Larry Hall. Creo que encontré unos 15 segundos de audio en YouTube. Su voz era muy alta, casi caricaturescamente alta. Traté de hacer lo mismo que hizo Mahershala Ali en la película Green Book, donde tomó la voz del personaje real y la diluyó en un rango vocal que resultara ligeramente más natural y digerible para la audiencia. En cuanto al movimiento y la fisicalidad, intenté meterme en el cuerpo de una persona rota que está encerrada en prisión. Hay momentos en los que se siente un poco más capaz y hay momentos en los que se siente vacío, como si ya estuviera muerto. Intentas usar tu cuerpo de la mejor manera que puedes para comunicar todo lo que está pasando por dentro de él.
¿Cómo conectas como actor, pero también como persona, con un personaje como este?
Leer sobre la infancia de Larry fue definitivamente lo más sorprendente y descorazonador en el proceso de documentación. No quiero hacer spoilers ni estropear la serie a nadie, pero en uno de los episodios exploramos esos orígenes del personaje. Creo que eso ayudará al espectador a entender el camino de Larry. Eso no quiere decir que todos reaccionaríamos igual si viviéramos lo mismo que él, pero es interesante rastrear la psicología de una persona herida que lidia con eso hiriendo a otras personas.
Al final el guion era mi hoja de ruta y mejor aliado. No necesito saber más sobre Larry Hall de lo necesario para contar la historia que Dennis, Taron y Apple TV+ tienen en mente. No pretendo ser un historiador de este tipo, como sí lo haría si fuera a contar una historia sobre una figura política. Para mí, simplemente se trata de entender lo que quiere el personaje. Da igual si haces de villano, de asesino, o de un misionero que alimenta a niños hambrientos en otros países. No importa dónde se encuentre en el espectro. Todos compartimos deseos, miedos, sentimientos de abandono… Todas estas cosas son innatas a todos los seres humanos. Intento apelar a la humanidad de los personajes que interpreto.
Más allá de eso, te enfrentas a las cosas desde el punto de vista distorsionado de ese personaje. En el caso de Larry había mucha negación, sentía que tenía derecho a cosas que en absoluto le pertenecían. No es algo divertido de interpretar. Me pasó lo mismo en Infiltrado en el Kkklan, donde tuve que interpretar a un hombre racista. No es agradable, pero lo haces para contar una buena historia. Siempre ayuda cuando tienes gente brillante a tu alrededor.
Larry tampoco es el clásico villano que encuentras en estas historias.
Su proceso interno era muy complejo. Creo que las personas que están locas realmente no saben que lo están y las personas que son peligrosas no siempre saben cuándo están siendo peligrosas. Es un estado mental y emocional desequilibrado e imprevisible, que puede resultar muy difícil de procesar. No creo que para Larry la cárcel sea tan complicada o peligrosa. Él acostumbra a moverse por otra realidad en su cabeza. Lo más desafiante para él es forjar una relación con Jimmy Keen, cuando comienza a sentir algo por él como si fuera mi amigo o incluso mi alma gemela o algo así. Es interesante, porque al final Larry es la peor pesadilla de Jimmy y Jimmy es en realidad la peor pesadilla de Larry.
¿Fue fácil dejar atrás el personaje después de acabar el rodaje?
Me encantó dejar el papel atrás. La serie se acabó retrasando un mes o un mes y medio. Tuvimos un par de casos positivos de COVID. Tuvimos que lidiar con un huracán que pasó por Nueva Orleans. Hubo varios retrasos en general. Tener que interpretar a Larry Hall durante más tiempo de lo que había planeado fue bastante desalentador, quería deshacerme del personaje lo antes posible. Afortunadamente, no queda ningún residuo de Larry Hall en mi ser en este momento. Me siento muy liberado y me alegro de haberlo sacado de mi cuerpo. No me gustaría tener que hacerlo de nuevo. Si deciden hacer un musical de Larry Hall, que llamen a otro.
Esta no es la primera vez que interpretas a alguien real. ¿Es más o menos difícil que hacer de un personaje de ficción? ¿Hay alguna diferencia para ti en la forma de trabajar?
Es curioso, pero creo que para mí es más desafiante hacer un personaje ficticio, porque el proceso de trabajo depende más directamente de ti y del guion. Con esas dos cosas tienes que encontrar la esencia del personaje. Cuando interpretas a una persona real, tienes mucha más información que te ayuda a tomar tus decisiones creativas. Es más fácil entender por qué esa persona es como es. Es como si estuvieras haciendo trampa cuando interpretas a personas reales, cuentas con una ayuda extra.
Lo que sí resulta más complicado es cuando hay una serie de expectativas puestas en tu trabajo. No puedo imaginar lo que pasó Rami Malek cuando empezó a preparar su interpretación de Freddie Mercury. Debió imponerle mucho, porque Freddie era muy querido en todo el mundo. Lo mismo con Taron y Elton John. Los dos tipos de personaje tienen sus propios desafíos.
La química de Jimmy y Larry es muy potente. ¿Cómo fue el proceso de recrear esa dinámica con Taron?
La verdad es que no hicimos una lectura conjunta para ver qué clase de dinámica tendríamos juntos. Solo tuve que hacer una audición por Zoom con Dennis Lehane y la directora de casting, Alexa L. Fogel. Taron estaba de mi lado desde el principio y me ayudó a conseguir el papel. Creo que le había gustado mi trabajo en Yo, Tonya y Richard Jewell. Yo era un gran admirador suyo desde que le vi en Sing, Kingsman y Rocketman. Antes de empezar ya había un cariño y respeto mutuo, y nos encantaba la idea de trabajar juntos.
Disfrutamos mucho con las escenas en las que estamos peleando verbalmente, esos juegos psicológicos que se vuelven aún más intensos en la segunda parte de la serie. Sin revelar demasiado, me encantó cómo en los últimos dos episodios pudimos soltarnos la melena y habitar esos personajes en secuencias muy intensas. A veces era complicado, pero nos ayudamos mucho mutuamente.
¿Cómo describirías a Dennis Lehane como escritor y showrunner?
La mejor forma en que puedo describirlo, al menos creativamente, es diciendo que Dennis es hiperinteligente, pero no arrogante. Hay algo realmente poderoso cuando una persona creativa consigue ser al mismo tiempo inteligente, humilde y buen comunicador de sus ideas. Eso es todo lo que puede desear cualquier colaborador. Volvería a trabajar con Dennis Lehane en dos segundos. Realmente creo que es una de las mentes más agudas en la industria del entretenimiento. Me encanta lo que hacemos Taron y yo, pero sin las palabras de Dennis, esta sería una serie muy distinta.
El true crime es increíblemente popular en estos momentos. ¿Por qué crees que existe esta fascinación general por el mundo del crimen y los asesinos en serie?
Creo que nunca desaparecerá esa fascinación por lo criminal. Es chocante descubrir que hay funcionarios y políticos que cometen delitos en su propio beneficio. Es fascinante descubrir que han entrado a robar en una casa. ¿Cómo han entrado? ¿Qué robaron? ¿Por qué se lo llevaron? Creo que tiene que ver con la idea de responder preguntas y misterios, dar respuestas a cosas que muchas veces no las tienen. A todos nos gusta ser detectives por un día, el true crime como género se convierte en juego del gato y el ratón para el espectador. La curiosidad y la fascinación que nos lleva a tratar de responder lo incontestable es lo que hace que la gente vuelva una y otra vez a estas historias.
Los seis episodios de 'Encerrado con el diablo' ya están disponibles en Apple TV+.
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