Los Globos de Oro han dictado sentencia: la mejor película es Marte (The Martian). Pero también El renacido (The Revenant). Una, en la categoría de comedia, la otra en la de drama. Todos amigos. Al menos hasta el 28 de febrero: en los Oscar, que no discriminan por géneros, sólo podrá quedar una. Los académicos de Hollywood deberán decidir entre la aventura épica forestal de Alejandro González Iñárritu y la odisea espacial de Ridley Scott.
La primera busca de la mano de Leonardo DiCaprio repetir el éxito de Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia, que ganó 4 Oscar en 2015. La segunda, con Matt Damon, devolver la gloria de los Oscar al director de Gladiator. Será, claro, con permiso de Mad Max: furia en la carretera, Joy, Carol y Spotlight, entre otras producciones fuertes del año pasado, sin olvidar a algunos omitidos de los Globos como Spielberg (El puente de los espías) y Danny Boyle (Steve Jobs). Pero, si hacemos caso a la tradición, los premios se irán al filme de Scott o al de González Iñárritu.
La antesala
La expresión más manida de la prensa de cine es la que retrata a los Globos de Oro como “antesala de los Oscar”. Tiene su razón de ser. No sólo porque los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA) se entregan antes que los de la Academia de Hollywood, sino porque son los siguientes en relevancia y porque históricamente ha habido años en que se ha producido un reflejo -nunca exacto pero a veces aproximado- de los resultados de los primeros en los segundos.
Sin embargo, muy a menudo la prensa extranjera y los académicos no se ponen de acuerdo: Birdman se llevó dos Globos de Oro el año pasado (uno para Michael Keaton y otro al guión), pero inexplicablemente el filme del mexicano compitió en el apartado de mejor comedia y El Gran Hotel Budapest le arrebató la gloria. En cambio, en los Oscar, se llevó los cuatro “principales” -Película, Guión, Dirección y Montaje- pero no los de interpretación.
Para David Sims, en Variety, los Globos “tienden a sacar pecho como de que apuntan a los favoritos de los Oscar. Pero en un año con muy pocos favoritos claros, hicieron poco para ayudar”.
Desacuerdo entre críticos
De hecho, hacía casi treinta años que no se daba una disparidad de criterios tan acusada entre la crítica norteamericana: los premios de la asociación de críticos de Nueva York (NYFCC) han optado por Carol, el drama de Todd Haynes sobre una relación entre dos mujeres basado en una novela autobiográfica de Patricia Highsmith; la National Board Review (NBR) ha elegido mejor película del año a Mad Max: furia en la carretera, dirigida por George Miller y mejor director a Ridley Scott por Marte (The Martian); y al otro lado del país, la asociación de críticos de Los Ángeles (LAFCA) ha optado por Spotlight, de Tom McCarthy, como mejor película y Miller como director por su reboot de Mad Max. La última vez que ninguna de las tres principales asociaciones de críticos de Norteamérica se puso de acuerdo con el resto fue en 1988.
El periodo de votación para elegir a los nominados a los Oscar se cerró el pasado 8 de enero, con lo cual el resultado de los Globos de Oro, entregados el pasado día 10, no afecta a esta fase. Pero la votación final para elegir a los ganadores de la estatuilla dorada se abre de nuevo el 12 de febrero, y ahí es donde la decisión de la prensa extranjera puede influir en el ánimo de los académicos.
La cinta espacial de Ridley Scott sabe unir la épica, la ciencia ficción, el factor humano y el humor con acierto, lo que puede abonarle puntos en la carrera por el Oscar. El filme ha gustado mucho en EE UU y ha arrasado en la taquilla: lleva 226 millones de dólares recaudados en EEUU (casi 600 en todo el mundo). En su contra puede jugar llevar estrenada desde septiembre, mientras que El renacido aterrizó en las pantallas americanas el 24 de diciembre (a España llega el 5 de febrero), donde lleva recaudados unos 40 millones de dólares (60 en total contando el extranjero).
A cambio, premiar dos años seguidos a un mismo cineasta no es costumbre en Hollywood. Sólo dos directores, John Ford (1940 y 1941) y Joseph Mankiewicz (1949 y 1950) han ganado Oscars consecutivamente. Otro factor que puede pesar en contra de Iñárritu es su nacionalidad: sería el tercer año que Hollywood premia a un cineasta mexicano (en 2014 Alfonso Cuarón, con Gravity, se llevó el de mejor director).
González Iñárritu apostó por un filme “oscarizable”. La producción acabó alargándose hasta once meses y el presuesto creció hasta 135 millones de dólares
Lo que está claro es que a Hollywood este año le van las historias de héroes solitarios abandonados a su suerte. Tanto el astronauta de Marte commo el explorador de El renacido se enfrentan a una muerte segura. Perdido uno a 80 millones de kilómetros de la Tierra sin comida, agua ni posibilidad aparente de rescate. Abandonado el otro, malherido por un oso, por sus compañeros de expedición en mitad de los helados bosques de Norteamérica.
En medio de un ritmo de vida globalizado, Hollywood desplaza su mirada hacia historias de héroes abandonados, Robinsones de ayer o de mañana a los que sólo su ingenio y su tesón salvarán.
González Iñárritu apostó desde el comienzo por El renacido como una gran aventura , oscura y cruel, pero de ambiciones y dimensiones “oscarizables”. La producción, que iba a llevar unos siete meses, acabó alargándose hasta once, y el presupuesto se estiró hasta pasar los 95 millones de dólares previstos y llegar a 135. Durante los meses de frío rodaje, en Argentina, las relaciones entre el director mexicano y el productor Jim Skotchdopole se tensaron y acabaron con éste abandonando el set, como algún que otro miembro del equipo.
El filme de González Iñárritu puede además ponerle en bandeja por fin a Leonardo DiCaprio el Oscar que se le resiste desde hace años, pese a haberse labrado una carrera codo a codo con dos grandes del cine americano, Steven Spielberg y Martin Scorsese. Ni Gangs of New York, ni Atrápame si puedes, ni Shutter Island ni Infiltrados… La Academia se lo pone duro a un actor que ha ido creciendo desde Titanic y La playa. El Globo de Oro que acaba de ganar por Renacido podría abrirle la puerta del Oscar. Pero DiCaprio lo ganó ya dos veces antes, con El aviador (2005) y El lobo de Wall Street (2014), sin repetir después en los Oscar.