La política entró en la gala y la gala evitó la política. Rajoy en funciones estaba en casa, viendo el fútbol. Jugaba el Dépor. En la alfombra roja se jugó el pacto en la distancia corta entre Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Los tres llegaban a la edición número 30 de los Premios Goya con un Gobierno por formar, con ganas de cultura, con hambre de cine y con declaraciones recién pulidas y énfasis de campaña. Los del cine tenían motivos, pero no ganas.
El único que enmudeció fue el ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, que no admitió ni preguntas
Y callaron, olvidaron el presente y cruzaron los dedos para el futuro. Y en el escenario siguieron intentándolo con el musical -¿por qué ese empeño?- y hubo celebración, agradecimientos y un bodrio acartonado propio de hace tres décadas. Lo interesante de la noche estuvo en el besamanos de la Academia del Cine. El único que enmudeció fue el ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, que no admitió ni preguntas y se limitó a sonreír en una gala en funciones. Por allí pasaron los tres con los bolsillos llenos de buenos propósitos.
Por primera vez en 30 años, las reivindicaciones las traían los políticos, no los cómicos. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dijo que si su partido forma parte de un pacto de gobierno propondrá el IVA reducido al cine, porque el 21 % “ha sido una losa". Resaltó que la industria del cine es "marca España". "Hay que poner a la cultura española donde se merece y donde la han puesto sus actores y directores que tienen una situación en el mundo", añadió. Por si fuera poco, declaró eufórico que el protagonismo de la noche no era la política, sino que “la política ayude a un sector muy tocado por ese IVA cultural que nosotros queremos bajar”.
Chascarrillos y promesas
Pablo Iglesias mantuvo la intensidad de promesas y buenas palabras para un gobierno en capilla: “Este país se merece un gobierno de progreso que esté a la altura de los trabajadores que se ocupan de la cultura”. Explicó a los periodistas que es fundamental apoyar todas las fases de la producción cinematográfica. “No es aceptable que el 25% de las producciones españolas no lleguen a estrenarse. Hay que apoyar todas las fases y todas las modalidades en las que se hace arte audiovisual”, dijo. El líder de Podemos apareció con esmoquin. “Es un gesto hacia el cine español”, reconoció. “Uno se siente orgulloso de su país por la sanidad y por la educación, pero también por el cine”.
El tercero, Pedro Sánchez, también llegó con la mochila de titulares hasta arriba y el mejor guion de la noche: “Si consigo formar gobierno me darán el Goya al mejor reparto, porque se trataría de un gobierno plural y representativo para todos los españoles”. La cabeza del PSOE aseguró que habrá ministerio de Cultura si todo llega a buen puerto y un IVA cultural del 10%. Un último giro en la casa de la comedia: “De esta gala podría salir el título Ahora o nunca”.
Rovira atizó a la falta de interés de Montoro, el gran escollo del cine durante los últimos cuatro años
Con estos precedentes los del cine lo tenían muy complicado para igualar el nivel de reivindicación cultural de la política. Rovira atizó a la falta de interés de Montoro, el gran escollo del cine durante los últimos cuatro años, y se la jugó a todo o nada con el ministro de cuerpo presente: “¿Usted de menú no ha comido nunca, no?”, después de hacer un repaso a todos sus privilegios de cuna.
El esperado primer discurso del presidente de la Academia fue tal y como nos habíamos imaginado. Antonio Resines mantuvo su tono habitual y esquivó cualquier polémica: “Seré breve”, dijo después de felicitar a Daniel Guzmán por su premio como mejor director novel. Y volvió a bromear: “Como presidente vuestro que soy...” Alabó el trabajo de su equipo al frente de la Academia en los meses que al frente de la misma, después de que Enrique González Macho lo dejara. Precisamente, evitó cualquier referencia al escándalo del fraude de las taquillas del cine.
Antonio Resines aseguró que en 2015 se descargan en España 1.900 películas al minuto
“La Academia está en un buen momento. Sería infinitamente mejor sin el IVA, y no voy a dar más coñazo. El cine sí es cultura y como es cultura debería ser una cuestión de Estado, al margen de partidos e ideología”, dijo someramente. El otro asunto en su discurso fue la piratería, con la que se creció al dar una abultada cifra: “En 2015 se descargan en España 1.900 películas al minuto”.
Hagan cuentas. Habría sido un detalle indicar de dónde ha sacado las cifras. “Se han hecho cosas, pero hay que hacer más. No daré más el coñazo”. Y cerró con un otro chiste: “Lamento comunicaros que no voy a terminar el discurso con un rap. Lo siento mucho, amigos. Nosotros somos contingentes, pero vosotros sois necesarios [al público]”.
Las estrellas también se confesaron ante EL ESPAÑOL en la entrada del Hotel Auditorium de Madrid. Luis Tosar: “A ver si se forma un gobierno, porque este país lo necesita ya. Pero espero que no lo hagan hoy justo aquí. Espero que se marchen pronto a casa y negocien, pero que no nos revienten a nosotros la ceremonia”. Fernando León de Aranoa: “Les doy la bienvenida a la gala. Les diría lo que diría a cualquiera que tiene responsabilidad política: que cuiden mucho más a la cultura porque es mucho más que una industria, mucho más que entretenimiento, es un patrimonio que hace a un país más culto y más libre”. Inma Cuesta pidió protección de la cultura porque da puestos de trabajo y es nuestro sello de identidad.
Inma Cuesta: “No hay que pedir sólo por la cultura, sino por la educación, la economía. Salvaguardar y proteger la cultura porque es una industria, no sólo entretenimiento y da puestos de trabajo a muchísima gente. Es nuestro sello de identidad”.
Ricardo Darín se atrevió a animar a la clase política a que moviera un dedo por la política: “Hagan algo, es lo único que tienen que hacer”. Y Juan Diego Botto aludió a la polémica de los Carnavales madrileños: “Buenas notes titiriteros”. Tampoco las declaraciones del Nobel de Literatura fueron las más políticas que se oyeron en la gala de la 30 edición de los Premios Goya -ni las de su acompañante-, no. fue Miguel Herrán, el mejor actor revelación quien descubrió la importancia de la cultura en la sociedad. “Has conseguido que un chaval sin ilusiones descubra un mundo nuevo, quiera estudiar y trabajar. Me has dado una vida, Daniel". Una revelación.