Hace un año Sean Penn fue el encargado de anunciar el título de la ganadora del Oscar a la Mejor película. Cuando vio que era Birdman, de su amigo Alejandro González Iñárritu, tiró de ironía y soltó una frase que dio la vuelta al mundo: "¿Quién dio a este hijo de puta una 'green card'?" Hoy muchos académicos se estarán acordando de esa broma, porque el director mexicano ha hecho historia en Hollywood al ganar su segunda estatuilla consecutiva al Mejor director por El renacido. Iguala a dos mitos como John Ford y Joseph L. Mankiewicz, dos realizadores puramente americanos. Sin embargo, la victoria no ha sido completa, ya que 'Spotlight', de Tom McCarthy, ha dado la campanada y se ha llevado el Oscar a la Mejor película.
El filme sobre la investigación del equipo periodístico del Boston Globe que destapó uno de los mayores casos de pederastia dentro de la Iglesia Católica era una de las favoritas desde que se presentó en el Festival de Venecia, pero en los últimos meses había perdido gas en favor de El renacido. Finalmente la Academia se ha rendido a una película que bebe de clásicos como Todos los hombres del presidente y que hace de la sobriedad su mejor arma. Ha triunfado con sólo otro premio en su haber, el de mejor guion original.
Además del premio de Iñárritu, El renacido se llevó el de Mejor fotografía (tercero consecutivo para 'el chivo' Lubezki) y el más esperado, el de Leonardo DiCaprio como Mejor actor en su quinta nominación. Rompe su mala relación con la Academia, que durante años ha ignorado por completo su trabajo. Ha tenido que llegar el director de moda para que se acuerden de él. Le ha sometido a un rodaje infernal pero ha valido la pena. Por supuesto todos sus colegas se han puesto en pie en uno de las ovaciones más sentidas de la noche. “Tú eres el renacido”, le había dicho minutos antes el realizador agradeciendo su entrega. Hubo vida más allá de estas dos películas, ya que Mad Max fue la más nombrada y se alzó con 6 estatuillas.
Los Oscar cantados
Brie Larson hizo buenas las apuestas (y los premios previos que había ganado) y a sus 25 años se llevó su primer premio de la Academia. Su sobrecogedor papel en La habitación no ha tenido rival. Era uno de los galardones cantados de la noche, como lo era el de Mejor película de animación para Del revés, la vuelta de Pixar a sus historias originales y a los Oscar tras dos años en los que Disney se llevaba el gato al agua. Pete Docter realizó un discurso pidiendo creatividad a la gente para “cambiar el mundo”.
Y mientras DiCaprio se llevaba su premio, Stallone lo perdía. El gran actor británico Mark Rylance, impresionante en El puente de los espías, se llevó finalmente un Oscar que dejó a Rocky en la lona. Es la segunda vez que el actor pierde interpretando el mismo personaje, ya que optó al galardón al Mejor actor protagonista hace 39 años.
Otra que sí cumplió con las apuestas fue Alicia Vikander, que como la pintora Gerda Wegener en La chica danesa se alzó con el premio a la Mejor actriz secundaria. Nuestro Paco Delgado, candidato al Mejor vestuario por el mismo título, vio como Jenny Beavan, por Mad Max: Furia en la carretera, le robaba el premio en su segunda nominación.
En las categorías musicales Lady Gaga robó el show con su emotiva actuación de la canción Till it happens to you. Sacó al escenario a decenas de víctimas de abusos (tema que denuncia el documental por el que era candidata) y sacó las lagrimas del personal. De poco le valió, Sam Smith y su (aburrida) 'Writtings on the wall' para Spectre le robaron el Oscar.
Ennio Morricone ganó el premio a la Mejor banda sonora original por la partitura de Los odiosos ocho. Premio de consolación para el filme de Tarantino, que no acudió a la gala. La gran leyenda del cine recogió emocionadísimo y en italiano el premio a sus 87 años. Sus primeras palabras fueron para el otro genio candidato en la categoría: John Williams. Las segundas para Tarantino, que ha cumplido el sueño de trabajar con su ídolo.
Gala negra
"He visto al menos 15 personas negras en el vídeo inicial", así empezaba Chris Rock su monólogo inicial, que fue dedicado en exclusiva al racismo en Hollywood y la Academia de Cine. El actor fue duro e hizo uno de los discursos más brillantes y reivindicativos que se recuerdan. Tanto que hasta los asistentes dudaron aplaudir en algún momento, como cuando se atrevió a pedir un 'In memoriam' para los negros asesinados a tiros por la policía.
"He visto al menos 15 personas negras en el vídeo inicial", así empezaba Chris Rock su monólogo inicial, que fue dedicado en exclusiva al racismo en Hollywood y la Academia de Cine
Rock se mostró en contra del boicot que han promovido nombres como Spike Lee, Will Smith o su mujer Jada Pinket, a los que lanzó unas cuantas pullas. Para el presentador lo importante no es boicotear, sino tener “las mismas oportunidades que los blancos, todos los años”. “¿Hollywood es racista? Sí, pero te puedes acostumbrar”, ha dicho con mala leche mientas recordaba que el racismo ha estado presente en todas las décadas de Hollywood, sólo que antes había cosas más importantes por las que protestar, como “que te colgaran de un árbol”.
Pero no fue cosa de un fogonazo, el tema de la diversidad racial se arrastró durante todos los premios y dió lugar a uno de los mejores gags de la noche, en el que actores negros se colaban en las películas nominadas. Tracy Morgan como La chica danesa o Whoopi Goldberg en Joy y Marte resultaron hilarantes.
Hasta el propio Iñárritu lo sacó a la palestra en su discurso recordando una frase de su película: “No te escuchan, ven el color de tu piel". “Hay que liberarse de los prejuicios, que el color sea algo tan irrelevante como la longitud de nuestro pelo”, ha añadido sobre la bocina mientras la música amenazaba con echarle del escenario.
La presidenta de la Academia de Cine de Hollywood, Cheryl Boone Isaacs (afroamericana), también usó sus palabras para defender los cambios y medidas que ha introducido en el sistema de votaciones para los próximos años. “No basta con escuchar, hay que actuar”, dijo con contundencia antes de citar a Martin Luther King: “Lo importante es dónde estamos en los momentos de desafío”.
Pero no sólo iba a haber espacio para la protesta, y la gala tuvo que rendirse a los que consiguen llenar las arcas de dólares. Este año ese honor fue para El despertar de la fuerza, la nueva saga de Star Wars que no sólo abrió y cerró el vídeo inicial, sino que tuvo su momento de gloria con la aparición de C3PO, R2D2 y BB8 para homenajear a John Williams ante la emoción del joven Jacob Tremblay, el niño de La habitación, que vestía gemelos del halcón milenario y calcetines de Darth Vader. Hasta J.J. Abrams salió al escenario para dar el premio al Mejor director. Porque por mucha denuncia, por mucha diversidad y por mucho Iñárritu, a la Academia le sigue importando contentar a los que hacen caja.