Cada año llegan decenas de películas basadas en la vida de alguna celebridad. Stephen Hawking, Mark Zuckerberg, Lady Di… e incluso algunas por duplicado, como los dos filmes que se han estrenado sobre Steve Jobs. Extraña, por tanto, que un título sobre la vida de Mario Moreno Cantinflas, uno de los actores más populares de la historia del cine y un verdadero fenómeno de masas en España, haya tardado dos años en estrenarse en nuestro país.
Más raro aún si tenemos en cuenta que el encargado de dar vida al mexicano es el actor español Óscar Jaenada. El ganador del Goya por Camarón hizo el petate después de llevarse el cabezón y ha dado tumbos por películas de Hollywood hasta que ahora ha recaído en la industria mexicana para un papel que persiguió desde el primer minuto.
Jaenada confiesa a EL ESPAÑOL que a él también le “llama mucho la atención” este retraso que nos ha convertido en el último país de habla hispana en el que se estrena Cantinflas. “A mí me daba vergüenza, pero no ahora que ya se estrena, me la daba hace dos años cuando iba a Colombia y me decían: 'En tu país habrán flipado', y yo les tenía que decir que es que en España no había encontrado distribución. Ahí sentía vergüenza, ahora la tiene que tener otros, yo ya la sentí en su día al ver que a una película sobre Cantinflas le costaba tanto llegar al público”, dice sin tapujos.
Me daba vergüenza ver que a una película sobre Cantinflas le costaba tanto llegar al público español
El actor ha vuelto a la normalidad después de mimetizarse con el icono del cine cómico. Su acento, sus andares, sus dejes, todo lo absorbió para meterse en su piel y cerrar las bocas que habían criticado el fichaje de un 'extranjero' para dar vida al mexicano. Él nunca temió el linchamiento público, aunque lo notó desde el primer minuto. “Lo comprobé el segundo día que estaba en México. Ya había portadas de periódicos cuestionando mi elección, tuve todo y a todos en contra, pero no era la primera vez que me pasaba, así que me recogí y les respondí con la película”, recuerda el actor. Hasta el hijo de Mario Moreno dudó públicamente sobre Jaenada, aunque luego rectificara alabando su gran trabajo. El resultado es que Cantinflas fue la elegida por México para representarles en los Oscar y Jaenada fue nominado a los Premios Ariel (los Goya mexicanos).
Alejar la imitación
Para Óscar Jaenada Cantinflas es sinónimo de risas, del recuerdo de sus padres carcajeando con las películas del mexicano. No conocía mucho más, pero había algo que le llamaba poderosamente la atención. Para referirse a él todo el mundo usaba el nombre del actor unido al personaje: Mario Moreno Cantinflas. La persona tapada por el rol, un conflicto que explora la película y que se produce por elección del propio intérprete, que quiso ocultar su vida privada y personal del circo de la industria.
Esto dificultó mucho la preparación del personaje para el español, ya que si bien de Cantinflas había toneladas de información, de Mario Moreno no había nada. “Del personaje real había poquísima, según iba investigando me iba dando cuenta de que Mario Moreno utilizó a Cantinflas para parapetarse, para ser alguien muy distinto. Regaló a Cantinflas al mundo para que Mario estuviera en casa. Eso lo pagó, lo sufrió y lo disfrutó también”, opina Jaenada de esta dualidad.
La parte del icono, de sus gestos característicos y frases míticas era, en teoría, más fácil. Pero estaba el riesgo de caer en la mera copia y no entrar en el personaje real, uno de los males más habituales del biopic. El método escogido por el español fue sorprendente. Contrató al mejor imitador de Cantinflas y estudió sus movimientos. “La clave estaba en no hacer lo que él hacía. No llegar hasta allí. Es el imitador más famoso y trabaja con la familia de Cantinflas, pero yo tenía que desmontar eso, porque lo suyo son cinco minutos, un gag, una imitación. Pero yo tenía dos horas de cine y no podía ser tan aturullado, quería irme a la verdad, no al recuerdo que tenemos de él y a hacer cantinfleadas (por un segundo se convierte en el mexicano y le imita), esto era otra cosa. Cantinflas era mucho más sereno de lo que pensamos”, zanja.
Óscar Jaenada parecía destinado para el papel, fue él quien se presentó en México en vez de mandar una audición grabada cuando se enteró de que comenzaba el casting para interpretar a Mario Moreno, sabía que si se lo proponía podía ser “el más mexicano de los mexicanos”, y así fue. Está acostumbrado a luchar por los papeles que quiere, “pocas veces me traen el guion a casa”, recuerda con humildad.
Están muriendo todos los artistas que hacen cine desde un punto de vista íntimo y personal, y están muriendo porque sólo interesa subvencionar lo comercial
La película, además de la vida del actor, retrata un momento en el que las grandes producciones de estudios de Hollywood estaban matando las producciones independientes, una situación que a Jaenada le recuerda a lo que ocurre actualmente en el cine español, en el que “las televisiones buscan cantidad y no calidad". “Están muriendo todos los artistas que hacen cine desde un punto de vista íntimo y personal, y están muriendo porque sólo interesa subvencionar lo comercial", opina el actor sobre el modelo actual de financiación de nuestras películas y la dependencia de los dos grandes grupos audiovisuales.
A partir del viernes Cantinflas volverá a los cines españoles. Lo hará con el cuerpo de Óscar Jaenada y con las ganas de volver a reventar las taquillas como hizo en su momento, y también hace dos años en México, donde este biopic se convirtió en un auténtico fenómeno de masas en los cines.