La capacidad dramática de Bayona quedó clara con Lo imposible, pero con Un monstruo viene a verme ha vuelto a dejar a los espectadores rotos en sus butacas. Las lágrimas son la tónica dominante al finalizar los pases de su nueva película, que cuenta el proceso de aceptación de la muerte a través de la fantasía. Muchos se sorprenderán al descubrir que no es una obra de terror, a pesar del enorme árbol que la protagoniza, sino un drama fantástico que encoge el corazón a casi todos.
En un mundo en el que la lágrima se concibe como sinónimo del éxito -gracias a esa simplificación cinematográfica de que con los dramas se llora y con las comedias se ríe- era cuestión de tiempo que también se usara como herramienta comercial. Una cadena de cines ha decidido promocionar el filme del director español dando un paquete de Kleenex a la entrada de la sala que pone lo siguiente: "En Cinesa adoramos a J.A. Bayona, aunque a veces nos haga llorar. Un movimiento que deja claro a lo que se enfrentará el espectador".
El propio director hablaba sobre esto en el Festival de San Sebastián, donde presentó la película. Bayona quitaba importancia a que su película hiciera llorar a la gente. “No hay que tener miedo a llorar en el cine, porque llorar es algo terapéutico. No hay que ponerle demasiado énfasis a eso. Me parece más meritorio que la película deje poso al hecho de que llores o no. Yo lloro con MasterChef… y está bien, es terapéutico, pero no es el objetivo de la película”, contaba a este periódico.
La película llegó el viernes pasado a las salas, y ha conseguido el mejor estreno español del año con más de 3,6 millones de euros según los primeros datos ofrecidos por ComsCoreMovieSpain y ha rozado ser el mejor estreno del año. A pesar de ello se ha quedado lejos de las espectaculares cifras de sus dos películas previas, El orfanato y Lo imposible.
Los comentarios de la gente están siendo muy positivos, y se espera que la película tenga una larga carrera comercial. La mayor parte de las alabanzas que está recibiendo la película por parte del público en las redes sociales hacen referencia, precisamente, a las lágrimas derramadas en la butaca.
Con esta película Bayona cierra su trilogía sobre relaciones maternofiliales, en las que además, la muerte tenía un papel muy importante. Ahora saltará a Hollywood, donde Steven Spielberg le espera para dirigir la nueva entrega de su saga Parque Jurásico. Con esa seguro que no reparten pañuelos a la entrada de los cines.