Cuando Hayao Miyazaki anunció que se retiraba el mundo del cine quedó mudo. Perdía a uno de los realizadores con un universo más personal de las últimas décadas. Lo había conseguido gracias a la animación tradicional. En una época en la que los estudios sólo apuestan por las tres dimensiones para sus películas de 'dibujos', el japonés permaneció fiel a su forma de contar historias. Y así llegaron sus obras maestras como El castillo ambulante o El viaje de Chihiro (Oscar a la Mejor película de animación). Ahora la animación, y el cine, están de enhorabuena, ya que el realizador nipón ha confirmado que trabaja en la que, ahora sí, será su última película que se llamará Kemushi no Boro (Boro la oruga).
Miyazaki lo ha confirmado al medio japonés NHK. Se trata de un proyecto muy querido por él, ya que lleva en su cabeza desde hace 20 años. La historia de una oruga tan pequeña que puede ser aplastada con los dedos iba a ser uno de los cortometrajes que se exhibieran en el Museo Ghibli (y labor a la que se dedica ahora el creador), pero el maestro no ha quedado contento con el resultado y ha preferido volver a comenzar desde cero y darle forma de largometraje.
Su nueva película, y con la que sí que pretende retirarse, tiene varias novedades respecto a su carrera. La primera es que por primera vez dejará la animación tradicional y apostará por el CGI, o animación generada por ordenador. La segunda es que, en un primer momento, Boro la oruga no podrá verse en salas tradicionales, ya que se mantiene la idea de ser estrenada en el Museo Ghibli.
Miyazaki no ha obtenido todavía el consentimiento del estudio, pero ha trabajado por su cuenta en él y nadie duda de que Ghibli dará carta blanca a uno de sus padres fundadores. En la misma entrevista Miyazaki confesó que “estaba listo para morir” mientras trabajaba en esta última obra, por lo que sí que parece tener claro que está será su última historia.
Será la gran apuesta del estudio, que en 2014 vivió un momento complicado tras el anuncio de la retirada de su director estrella. Ante los rumores de cierre de la compañía, su director tuvo que aclarar que sólo se trataba de una pausa temporal para pensar mejor los proyectos. Desde entonces sólo han producido un nuevo filme, La tortuga roja, y este parece que será su nuevo trabajo. Ahora queda esperar unos cuantos años para ver si el genio de 75 años consigue que Boro sea otro de sus grandes personajes, como lo fueron Totoro o Chihiro.