Era el gran favorito y las apuestas se han confirmado. El debut de Raúl Arévalo en la dirección, Tarde para la ira, le ha valido el Goya al Mejor realizador novel del año según la Academia de Cine. Su historia de venganza seca y cañí sorprendió a todos con sus once nominaciones y llegaba a la noche del cine español como la mejor colocada para arrasar.

Tarde para la ira es un sueño de ocho años para Arévalo, que la ha ido reescribiendo y puliendo todo este tiempo hasta que en su camino se cruzó Beatriz Bodegas, la productora que hizo realidad este sueño que ahora se ve premiado.

Raúl Arévalo ya prepara el guion de su segundo filme, aunque tiene claro que no quiere abandonar la interpretación y espera poder compaginarlas. Un premio merecido que dará una segunda vida a la película en la taquilla, donde pasó bastante desapercibida.

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