Premios Oscar 2017: a la hoguera con las favoritas
¿Es 'La La Land' tan buena? ¿Por qué dura tanto 'Manchester frente al mar'? ¿Qué tiene Denis Villeneuve para engañar tanto al público? Destrozamos a las películas nominadas de esta edición.
20 febrero, 2017 01:32Noticias relacionadas
El domingo acaba la carrera y se sabrá el ganador. Este año la cosa parece clara y La La Land tiene todo a favor para llevarse el Oscar a la Mejor película del año. El musical de Damien Chazelle quiere incluso amenazar ese récord a la más premiada que ostentan Ben-Hur, Titanic y El retorno del rey.
Por su parte, las otras favoritas intentarán rascar todos los premios que puedan. La Academia de Hollywood las ha elegido como las mejores películas del año y todo el mundo se ha rendido a sus pies, pero todas tienen puntos débiles, argumentos que dan poder a sus detractores para decir que no se merecen la estatuilla. Las favoritas con más candidaturas van a pasar por este examen sin piedad que tirará a la hoguera a todas ellas.
'La La Land', qué plagio más bonito
Qué sí, que La La Land es preciosa, mágica. Uno sale volando de la sala, cantando, bailando y con ganas de escuchar la banda sonora. Lo mismo que antes consiguieron Un americano en parís, Cantando bajo la lluvia o Melodías de Broadway, las películas que Damien Chazelle copia sin escrúpulos en este musical popurrí.
¿No se habían dado cuenta de lo cinéfilo que es el jovencísimo Chazelle? Pues no será por los continuos guiños al cine clásico. Carteles, escenas, películas que ven, planos clavados… el pastiche hecho arte y con un mensaje que perpetúa el que lanzó en Whiplash: para triunfar en el arte tienes que ser un psicópata o renunciar al amor. Viva el optimismo.
'Manchester frente al mar', dramón a tiempo real
La sutileza, la naturalidad, el antisentimentalismo, sin subrayados… todos estos piropos se le han dedicado a la película de Kenneth Lonergan, lo que pocos han dicho es que se toma casi tres horas para contar algo que en poco más de una se podía haber solventado. Cuando parece que va a dormir al público le mete un golpe de efecto y le despierta removiéndole.
Además ha conseguido que nos creamos que hay un Affleck que es buen actor por seguir los consejos de su hermano y poner cara de palo. Eso por no hablar del abuso de música clásica para subrayar los momentos en los que hay que emocionarse o cierto sueño que tiene el protagonista que debería haberse caído en cualquier relectura del guion.
'La llegada', Villeneuve nos toma por tontos
Denis Villeneuve es el nuevo Christopher Nolan -al menos hasta que este estrene Dunkirk el año que viene-. Un director que conjuga a la perfección lo autoral y lo mainstream en una mezcla hiperseductora. Sus películas hacen sentir al espectador inteligente, todos piensan que están viendo una obra definitiva, aunque en segundos visionados se caen por su propio peso.
Con La llegada ha recurrido a la ciencia ficción y ha dejado a todos emocionados y comiéndose la cabeza. Lo que quería. Lo hace con una narración tramposa, con un prólogo que lleva al espectador por una dirección para que en el último minuto… ¡zas! Todo cuadre. Luego están los agujeros de guion que nadie quiere ver: si el lenguaje de los aliens tiene la característica que tiene, ¿por qué no solucionan ellos el problema? ¿por qué no hablan entre sí las naves para arreglar el tinglado antes? ¿por qué Amy Adams tiene cara de sufrir todo el rato -además de para seguir engañando al espectador-?
'Hasta el último hombre', el gore cristiano del tito Mel
Mel Gibson ha vuelto. Y lo ha hecho como se fue, con ganas de desplegar su mensaje a todo el mundo. Con Hasta el último hombre reincide en su género favorito -y de su propia creación-, el gore cristiano. Viva la sangre, las vísceras, los cuerpos desmembrados mientras lanza un mensaje ultraconservador y católico al mundo. Porque en la película del tito Mel los japoneses son malos, malísimos, pero los americanos muy buenos, y cuanto más fe tienen mejores soldados y personas son.
A Gibson le salvan sus espectaculares escenas bélicas, porque esa primera parte de telenovela y esa imagen de Andrew Garfield descendiendo como el mesías son de juzgado de guardia. Que esté nominada Hasta el último hombre y no Silencio es incomprensible.
'Moonlight, negros, pobres y gays, dadnos el Oscar
Moonlight ha sido la tapada de esta carrera por el Oscar. Esa cenicienta que se cuela todos los años y que encandila a los críticos. No falla. Director semidesconocido, tema duro tratado sin caer en los clichés... todo. Pero lo que le falta también es emocionar al público. Jenkins está tan pendiente de que todo sea poético, hermoso y profundo que acaba aburriendo.
Eso sí, tiene todo para estar en esta edición de los Oscar que se han empeñado en enseñar al mundo que son muy progresistas y no una panda de blancos, viejos y racistas. Así que Moonlight les venía perfecta: una película sobre una comunidad negra, pobre, con un adolescente homosexual y hasta un poco de bullying. Y mejor no hablar de ese favorito al Mejor actor secundario que es Mahershala Ali por ser el personaje más empático de la película.