¿Qué tienen en común Xena y Tony Soprano? A simple vista poco puede unir el universo fantástico de la princesa guerrera y el Nueva Jersey en el que campa a sus anchas la familia más mafiosa de la televisión. Sin embargo, en ambos se encuentra la misma firma, la de Terence Winter, uno de los guionistas fundamentales de la televisión de EEUU. Winter -que ha acudido a España para dar una master class organizada por el sindicato de guionistas ALMA- estuvo en el equipo de escritores de la serie de Lucy Lawless, donde escribió tres capítulos, y fue productor ejecutivo y una de las mentes pensantes de Los soprano, en la que creó 19 de los episodios.
A él se le debe también otros productos fundamentales de la televisión moderna, como Boardwalk Empire, y una de las películas más arriesgadas de Martin Scorsese, El lobo de Wall Street, por la que fue nominado al Oscar. Un escritor que saca el mejor partido a la avaricia y la corrupción del ser humano. Ya sea en un barrio de Jersey, en plena bolsa de Nueva York o durante la ley seca. De hecho, el propio Winter cree que ese fue el error cuando escribía para Xena, la princesa guerrera, no sentir un vínculo con el producto. “Xena la cocreaba R.J Stewart, con quien ya había colaborado, y me dijo que había un trabajo, que era junto a Sam Saimi y que si quería unirme a su equipo. Le dije que sí. Yo le comenté que no era un buen escritor de fantasía, pero me dijo que no pasaba nada, que también había personajes, pero me costó mucho escribirlo. No estaba conectado con ese mundo, ellos lo entendían muy bien pero yo tuve que trabajar mucho. Creo que de hecho mis episodios de Xena son de los que están peor valorados por los fans en Imdb, y es cierto que no son buenos”, cuenta a EL ESPAÑOL.
El guionista ha cambiado mucho en estas décadas de carrera, y ahora ya selecciona mejor sus trabajos. “Al principio, mis estándares para aceptar un trabajo no eran muy altos, alguien me decía '¿quieres hacer este trabajo?', y yo decía que sí, porque no podía creerme que me pagaran por escribir un guion. Bueno es que todavía me emociona tanto pensar que me gano la vida haciendo esto. Al principio no pensaba si iba a hacer un buen trabajo o si era interesante, simplemente decía que sí, así que hice Las aventuras de Flipper, Diagnóstico asesinato o Xena, que son trabajos que probablemente no me interesaban mucho. Me siento más cómodo con una realidad que yo entiendo muy bien. Yo nací en un vecindario parecido al de Los Soprano, conocí a gente parecida a la de Los soprano. Entendía ese mundo y para mí era mucho más fácil, añade.
Ficción sin fronteras
Desde la irrupción de HBO con Los Soprano, The Wire y todo su arsenal de obras maestras, se extendió un tópico que decía que el mejor cine se hacía en la televisión. Una leyenda urbana que sigue viva y se ha multiplicado con la llegada de nuevas plataformas. Para Terence Winter no hay duda de que eso es cierto y que “el mejor trabajo que se ha hecho en los últimos 20 años está en televisión”. “Una de las mejores críticas que tuvimos con Boardwalk Empire era que se desdibujaban las fronteras entre cine y televisión, tenía un alcance tan importante y amplio... la fotografía, los actores, todo era propio de las mejores películas, y el hecho de que fuera una serie parecía no importar. La estrenaron justo después de Transformers 2, y yo pensaba que debía ser al revés. La serie estúpida y frívola no importante era Transformers, y lo que tenía contenido era la serie, es al contrario de lo que ocurría antes, cuando la tele hacía productos estúpidos y ridículos”, explica Terence Winter que ahora prepara el remake cinematográfico de Scarface.
Una de las mejores críticas que tuvimos con Boradwalk Empire era que se desdibujaban las fronteras entre cine y televisión, tenía un alcance tan importante y amplio...
Esas fronteras ya ni se cuestionan, y más desde que Netflix, Amazon y compañía han reventado las normas del juego, lo que ha llevado a “una proliferación de buenas series que se pueden ver en diferentes plataformas”, pero también a una sobreexposición. No hay tiempo para ver todo, y la burbuja crece sin que nadie tiene miedo a que se pinche. “Ahora mismo si tienes dos o tres millones de espectadores es una buena audiencia y hace 20 años ese producto se hubiera cancelado. La pregunta ahora para las cadenas es si 2 millones son suficientes para financiar esa serie. Si la respuesta es sí, se sigue haciendo. Si la respuesta es no, no se puede mantener ese modelo de negocio. Hay muchas series y hay un número limitado de audiencia, ya no estamos en ese tiempo en el que todo el mundo veía lo mismo, es un mundo completamente diferente”, opina Winter.
Pese a todo prefiere ver el cine en la pantalla grande, viviendo “la experiencia colectiva de compartirla con cientos de personas”. “Pero también entiendo que la tecnología y los hábitos de la gente han cambiado. El mundo avanza y hay mucha gente que prefiere verla en sus casas,donde ya hay sistemas que son incluso mejores que los de un cine. Tiene que haber sitio para ellos. Tenemos que adaptarnos a los nuevos métodos. En el metro en Nueva York la gente va viendo películas en los móviles, y a mí me gustaría que las vieran en pantalla grande, pero me alegro de que las estén viendo”, dice con mesura y sin mojarse del todo en el debate.
Su primer fracaso
El último producto de Terence Winter parecía que sería una nueva obra de culto. Vinyl llegaba a HBO de la mano de Scorsese y Mick Jagger. El primero hasta dirigía el piloto de esta serie sobre la industria musical de los años setenta. Nada podía fallar. Pero lo hizo. La cadena, que suele mostrar bastante paciencia con sus ficciones, la canceló tras la primera tanda de capítulos, algo que Winter cree que es debido a la percepción de la audiencia provocada por el lugar elegido para su estreno.
HBO lanzó Vinyl contra The walking dead, que es un monstruo. No lo entiendo. Protesté todo lo que pude, era imposible tener éxito. Nos decían que era otra audiencia, pero no era cierto, no la había
“HBO la lanzó contra The walking dead, que es un monstruo. No lo entiendo. Protesté todo lo que pude, era imposible tener éxito. Nos decían que era otra audiencia, pero no era cierto, no había otra, todo el mundo ve The walking dead. Y tuve razón. El recibimiento crítico fue muy bueno, pero no podía salir bien, así que los titulares al día siguiente eran que Vynil fue un desastre, pero lo fue de audiencia porque luchábamos contra The walking dead. La gente que no vio la serie el primer día al ver esos artículos pensaron que no era buena y no nos dieron la oportunidad. No pudimos crear nuestra propia audiencia”, explica con pesar Terence Winter que se negó a rehacer la serie para buscar un éxito que suele saborear.