En 2014 se estrenó Ocho apellidos vascos y la gente se volvió loca. Colas en los cines, gente que la veía varias veces, hasta convertir una película por la que nadie daba un duro en un fenómeno social en nuestro país. La clave: reírse de nosotros mismos y convertirse en un canto por la unidad por encima de lo que nos separa. El humor como reparador de las cicatrices de un país acostumbrado a las heridas. Muchos lo tuvieron claro, Borja Cobeaga y Diego San José explicaron mejor el problema vasco con su comedia romántica que los políticos de Euskadi durante años.
En estas semanas de crispación, cargas policiales y odios enconados, el humor intentará salvarnos otra vez. Al mando, Paco León, un experto en sacar una sonrisa que con Toc Toc -la adaptación de la obra de teatro del mismo nombre- y junto a Rossy de Palma y Alexandra Jiménez busca un poco de paz en un ambiente cada vez más tenso. León vive otro momento de gloria profesional. En enero estrenará la serie más ambiciosa de la historia de la televisión en España, La peste, y también prepara una ficción para Movistar+ que producirá, dirigirá y escribirá, y eso que sigue pensando que él no tiene nada de gracia.
La película se define como una comedia obsesivo compulsiva. ¿Su obsesión es hacer reír?
No, yo creo que no. El TOC no lo controlas y esto para mí es una pasión, algo que me gusta. Yo hago humor cuando hace falta, cuando me pagan… no es algo compulsivo.
Pero tiene una gracia innata.
¿Tú crees? Yo creo que lo he profesionalizado, siempre he sido muy sosito, después le he sacado partido, pero no me considero gracioso, yo después del trabajo soy bastante seta. Decepciono.
¿Es maniático?
Creo que no, pero te pones a pensarlo y siempre tienes rituales, cosas que te gusta que se hagan de una forma y no de otra… pero en nuestra profesión creo que es difícil ser maniático porque te tienes que adaptar a mil cosas.
Hay que tener empatía, eso es algo que se necesita en este momento actual en el que cada vez está más difícil entender al otro
De las estrellas se suele pensar lo contrario.
Yo creo que es para alimentar la leyenda, y eso son cosas de los representantes. Eso de quiero un camerino forrado de lila… eso nos da igual. Yo me he hecho actor cambiándome en los cuartillos de los bares, así que no soy maniático.
¿Es la sociedad cada vez más neurótica?
Bueno se dice eso de que la psicología es el negocio del futuro. Gracias a la obra de teatro y películas como esta, se conocen este tipo de trastornos que yo no conocía. Y eso ayuda a normalizar, si lo conoces ya no extraña ni da miedo y se da visibilidad. La gente que lo sufre socialmente es cuando peor lo pasa.
¿Esto entronca bastante con 'Kiki'?
Sí, porque ayuda a visibilizar la diversidad, porque cada uno tenemos nuestra pedrada. Igual que en el sexo cada uno tiene sus gustos, cada uno tiene sus manías, sus rituales.
Ese canto a la diversidad parece llegar en el momento justo, estrenan en unas fechas en las que el ambiente está muy caldeado.
Pues sí. Las comedias cumplen su función de evasión en la sociedad, para airearse, y la conclusión que tiene la película, eso de ponerse en el lugar del otro, es un canto a la empatía, a ver qué le pasa al otro y mejorarte tú, y eso es algo que se necesita en este momento actual en el que cada vez está más difícil entender al otro y hay que hacer un ejercicio de eso, porque eso es sano.
Usted no dudó en poner un tuit criticando lo que pasó el domingo. ¿Siente que tiene una responsabilidad como artista?
No, la responsabilidad la tienen los políticos, que son los más irresponsables. Luego a nivel personal un artista se puede implicar a nivel que quiera. Yo solo me duelo. No tengo nada claro y la gente lo tiene todo claro. A mí lo que ha pasado el domingo y está pasando me parece terrible. La gente cada vez esta mas sorda, rabiosa… me entristece muchísimo. No creo que seamos los artistas los que tengamos dar soluciones.
A mí lo que ha pasado el domingo y está pasando me parece terrible. La gente cada vez esta mas sorda, rabiosa… me entristece muchísimo
¿Hablar de ciertas cosas, hace que uno se defina políticamente?
Es que te posicionan. Yo dije 'qué vergüenza' porque nadie puede sentirse orgulloso de lo que está pasando y te posicionan y te insultan por cosas que suponen que piensas. No he opinado sobre el referéndum, ni sobre la identidad española y catalana. Dije que lo que había pasado era tremendo, y creo que todo el mundo debería comulgar con eso, pero no.
Al ver la respuesta de la gente a esos tuits, ¿se plantea dejar de hablar sobre ciertas cosas?
Sí, un poco sí, te acobarda, pero intento que no. Hay que mantener unos mínimos de respeto, y es cada vez más complicado. En las redes parece que todo el mundo se odia sin límites, y hay que templarse, sobre todo hay que templarse, no sé si es demasiado tarde, pero hay que hacerlo.
Las redes sociales parece que dividen más que unen.
Eso es responsabilidad de los políticos, las redes sociales son un eco de lo que pasa. Los que nos dividen son los políticos y ellos son los que dicen o conmigo o contra mí, y eso no debe ser. Eso es muy irresponsable y va a tener consecuencias terribles muy a la larga. Igual que pienso que no se soluciona nada a golpes… creo que la cosa está muy tensa y me entristece y me preocupa.
Los que nos dividen son los políticos y ellos son los que dicen o conmigo o contra mí, y eso no debe ser. Eso es muy irresponsable y va a tener consecuencias terribles
¿Puede el humor ser sanador en una situación como esta?
Pero el humor necesita perspectiva. La comedia es tragedia más tiempo y hace falta la distancia para tener mirada inteligente sobre lo que sea. Mira Borja Cobeaga, se arriesga a hacer humor sobre ETA, pero se necesita esa distancia, que habrá gente que cree que la tiene y otros que no.
Pero mire la polémica con la lona de 'Fe de Etarras'.
Pero es una polémica buscada, y es márketing, es una campaña inteligentísima y muy oportuna.
¿Le interesa lo que ofrece Netflix o Movistar+ a los creadores?
Están captando el talento y tienen libertad y medios, ya los criterios para hacer una serie no son sólo comerciales, sino artísticos y buscan un público determinado, con un gusto más refinado.
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