Natalie Portman se ha posicionado en el movimiento feminista y lo ha hecho a favor de la campaña #MeToo, con un poderoso e inspirador discurso en la segunda Women’s March del pasado fin de semana en EEUU. “A los 13 años abrí muy emocionada mi primera carta de un fan para leer una fantasía de violación que un hombre me había escrito. Una cuenta atrás empezó en mi radio local por mi 18 cumpleaños: curiosamente la fecha en la que sería legal acostarse conmigo. Los críticos hablaban de mis pechos en sus críticas. Lo entendí bien rápido, aún teniendo 13 años: si quería expresarme sexualmente, me sentiría insegura y los hombres se sentirían con derecho a comentar y objetizar mi cuerpo, para gran incomodidad mía”, relata.
“Así que cambié mi comportamiento. Rechacé cualquier papel con una escena de beso y hablé de esa elección en las entrevistas. Enfaticé lo libre que era, lo seria que era, y me esforcé en vestirme de manera ‘elegante’. Me gané la reputación de ser una mojigata, conservadora, nerd, seria… todo en un intento de sentir que mi cuerpo estaba a salvo y que mi voz sería escuchada”, continúa la protagonista de Cisne negro.
A los 13 años, tuve muy claro el mensaje de nuestra cultura. Sentí la necesidad de cubrir mi cuerpo e inhibir mi expresión y mi trabajo para poder enviar mi propio mensaje al mundo: soy alguien digno de seguridad y de respeto
“A los 13 años, tuve muy claro el mensaje de nuestra cultura. Sentí la necesidad de cubrir mi cuerpo e inhibir mi expresión y mi trabajo para poder enviar mi propio mensaje al mundo: soy alguien digno de seguridad y de respeto. La respuesta a mi elección fueron desde comentarios sobre mi cuerpo hasta declaraciones más amenazantes y deliberadas. Me sirvieron para controlar mi comportamiento en un ambiente de terrorismo sexual”. Portman expresó que sueña con “un mundo en el que pueda vestirme como quiera, decir lo que quiera y expresar un deseo como quiera sin temor por mi seguridad física o reputación. Ese sería el mundo en el que el deseo femenino y la sexualidad podrían tener su máxima expresión y cumplimiento”.
Nada de "puritanismo"
Y aún guardó aplomo para dirigirse, de forma subyacente, a las más de 100 intelectuales francesas que firmaron un manifiesto en el que sostenían que esta ola feminista acabará desembocando en puritanismo y en retroceso de las libertades sexuales. “Algunas personas han llamado a este movimiento “puritano” o “un retorno a los valores victorianos”, donde los hombres no pueden comportarse o hablar sexualmente con mujeres finas, frágiles y delicadas. A todas esas personas, les quiero decir: el sistema actual es puritano. Tal vez los hombres puedan decir y hacer lo que quieran, pero las mujeres no pueden. El sistema actual inhibe a las mujeres de expresar nuestros deseos y necesidades, de buscar nuestro placer”.
Zanjó: “Ese mundo que queremos construir es lo opuesto a puritano. Declaremos alto y claro: esto es lo que quiero, esto es lo que necesito, esto es lo que deseo, así es como puedes ayudarme a lograr el placer. Hagamos una revolución del deseo”.