La cultura española sigue en suspenso. Para el gobierno la crisis se ha acabado, eso se encargan de gritar a los cuatro vientos, pero el sector sigue viviendo sus consecuencias en forma de partidas escasas y medidas que tienen más de ideológicas que de estratégicas. A pesar de todo parece que se roza el aprobado, ya que el informe anual que presenta la Fundación Alternativas da una nota de 4,7, la mejor de los últimos cinco años, pero lejos del 5,1 logrado en 2011.
En dicho documento se analizan todas las áreas culturales, incuido el cine, al que dedican un apartado con un título claro: El cine español en la era digital, transformaciones profundas, actuaciones escasas. Un capítulo realizado por el profesor universitario José Vicente García Santamaría en el que se deja claro que en la actualidad el sector audiovisual vive un momento excitante y novedoso con la presencia de nuevos actores que no está siendo aprovechado por nadie, especialmente por unas autoridades que no tienen una legislación preparada para que nuestro cine saque cabeza.
La Fundación Alternativas analiza la evolución positiva de la cuota de mercado del cine español, que está relacionada directamente “con la creciente actividad de Atresmedia, Mediaset España y Telefónica, y en menor medida por Mediapro y Zeta y algunas productoras independientes” que ha permitido que desde el año 2012 (y excepto en aquel histórico 2014) se mantenga entre el 18 y el 20%. Lejos quedaron esos años en los que era imposible pasar del 15%, pero el optimismo ha hecho que se cierren los ojos a una realidad dura, sigue habiendo una desafección por nuestro cine, ya que de los cinco países con la industria audiovisual más potente somos el que tiene una peor cuota. Tanto Francia, como Italia, Reino Unido y Alemania mejoran sobradamente esos datos, también dedican mucho más dinero a su industria.
Falta mayor implicación de la administración, mas producción estadística y un corpus legislativo más avanzado
La fundación alternativas lo tiene claro: Falta mayor implicación de la administración, mas producción estadística y un corpus legislativo más avanzado. Además critica una cosa que muchos llevan diciendo hace años, en España se produce demasiado cine, y más para el volumen de ayudas que da el Estado. “No parece aconsejable consumir la mayor parte del presupuesto en mantener una elevada producción de películas anuales con ratios superiores a los del conjunto de la UE mientras el volumen de dinero destinado a actividades de promoción y distribución es claramente inferior al 10% del total”, dice el informe que cree que de las partidas al cine no se destina lo suficiente a encontrar un mercado y dar una visibilidad a las películas, por ello se pude más ayuda para la difusión online en el extranjero para “crear imagen de marca y estar presente en festivales”.
Las cifras son escandalosas, una media de 40 películas españolas nunca llegan a estrenarse, y otro procentaje no encuentran la distribución adecuada. Parecía que con González Sinde se llegó al tope de producción de películas con 200, pero los gobiernos populares dejaron esa cifra en ridículo, y en 2016 se alcanzaron las 254, el mismo año, Francia, con más población, más asistencia a los cines y más ayudas para la promoción y distribución rodó 283 filmes, sólo 29 más que nosotros. Rodar más no significa que se recaude más, y el ejemplo es el año 2002, en el que con sólo 106 estrenos se recaudaron 110 millones, una de las cifras más altas del siglo XXI.
Una de las propuestas más claras que propone la Fundación Alternativas es “relanzar el audiovisual español”, y para eso hace falta la ayuda de un gobierno que pasa del cine. El informe tasa en 300 millones de euros, una cifra parecida a la de Italia, lo que la industria debería recibir para poder llegar a todos los sectores: producción, distribución, promoción… actualmente se dan 70 para todo el ICAA, y eso porque se juntan las ayudas a la producción con las de la amortización de cursos pasados, por lo que la mitad de ese dinero es para pagar deudas acumuladas, osea que realmente se dan 35 millones a ayudas reales.
El informe tasa en 300 millones de euros, una cifra parecida a la de Italia, lo que la industria debería recibir para poder llegar a todos los sectores
Otro de los problemas que marca el informe es que el duopolio está quedándose con el mercado, lo que provoca “menos diversidad”. “Telecinco y Antena 3 el 85% de la recaudación del cine español”, por lo que la pequeña producción (que supone un 90% de las empresas), tienen muy difícil “enfrentarse en solitario a nuevos retos”. Por ello cree que el futuro pasa por la alianza de empresas de diferentes tamaños, que las pequeñas se alíen con televisiones o plataformas de video on demand para sacar adelante filmes como Fe de Etarras, que nace de la alianza de Mediapro y Netflix.
Para ello ofrece alternativas, como que las cadenas generalistas estén obligadas a dedicar parte de sus recursos a la producción independiente, es decir, a la “realización de películas en las que el grupo propietario no sea el productor principal”, así como imponer obligaciones a los operadores de Video On Demand, deberes que parece que tendrán que empezar a cumplir en 2020, y que países como Alemania están ya obligando a realizar. Sólo así el audiovisual español podrá enfrentarse al futuro con la seguridad de que las cifras prometedoras de los últimos años no son un espejismo.