Durante años España fue tierra de rodaje de grandes producciones. A mediados de los años 50, Samuel Bronston trajo a nuestra geografía filmes como El Cid o 55 días en Pekín. En la actualidad los incentivos fiscales de las Islas Canarias (más abultados que los de la península, por la insularidad) también atraen a taquillazos como la secuela de Wonder Woman, que actualmente ha tomado Lanzarote. Lo que es más difícil ver es que un director de prestigio, uno de esos a los que le ponen la etiqueta de autor, ponga sus ojos en nuestra industria para rodar una historia ambientada en España.
El que lo ha hecho ha sido Asghar Farhadi, iraní ganador de dos Oscar por dos peliculones como Nader y Simin, una separación y El viajante, que creó en su mente un guion que tenía lugar en un pueblo de la meseta y para el que pensó desde su inicio en Javier Bardem y Penélope Cruz. Farhadi encontró la financiación en nuestro país, cogió el petate y se vino cinco años a conocer nuestras culturas, nuestras costumbres para parir Todos lo saben, un filme que tendría que proyectarse en bucle a todos aquellos que tienen prejuicios hacia nuestro cine o dicen aquello de: ‘para ser española es buena’.
Todos lo saben es un filme del que cualquier industria debería sentirse orgullosa. Primero, porque un director como Farhadi haya querido rodar aquí; segundo porque todo el equipo técnico, que brilla a una gran altura, es español; tercero, porque ha conseguido juntar al reparto más estelar que se ha visto recientemente en una película nacional; y cuarto, porque la película inauguró el pasado Festival de Cannes, algo histórico que hasta ahora sólo había logrado Almodóvar. Era emocionante ver a todo el reparto español pisar la alfombra roja como si fueran estrellas de Hollywood.
La película ya se ha estrenado en Francia, donde ha hecho más de seis millones de euros, y tiene asegurada su distribución en EEUU. Es el título más asequible de su director, que aquí usa una trama de thriller para indagar en los dilemas morales que a él le interesan. Una familia se junta en una boda donde desaparece la hija del personaje de Penélope Cruz. Eso desembocará en una madeja de celos, rencillas y secretos. Cualquier espectador podrá empatizar con la trama de búsqueda, mientras que otros entrarán en cuestiones como si la tierra es del que la trabaja o del que la hereda; o si los hijos son de los padres biológicos o de los que los cuidan.
Como siempre Bardem y Penélope Cruz están perfectos en sus papeles, pero el elenco de secundarios no se deja achantar, especialmente una Bárbara Lennie que demuestra que es la mejor actriz de su generación. Ella tiene una de las mejores escenas en las que es capaz de estar a la altura de un Bardem inmenso. Hasta los papeles más pequeños brillan, como la inmensa Elvira Mínguez.
Sin duda es un filme menor dentro de la filmografía de Asghar Farhadi, y aún así sigue siendo una película que hay que ver y paladear para acabar con los prejuicios sobre el cine español.